Finalmente, MCI (ex WorldCom) arregla con acreedores

Mobile Communications International –WorldCom, rebautizada con su nombre original- superó el último obstáculo para salir del mayor concurso en la historia norteamericana. Logró acuerdos con dos grupos de acreedores hostiles entre sí.

10 septiembre, 2003

La componenda exigió dos días de continuas discusiones y acelerará los trámites ante el tribunal de quiebras (Nueva York) que entiende en la causa. Ahora, los analistas esperan -en cuestión de días- un dictamen favorable a la restructuración de la ex WorldCom, hoy nuevamente MCI.

El primer grupo de acreedores representa US$ 750 millones en títulos preferidos y otras deudas por 235 millones. Recobrarán 52,7 centavos por cada dólar de la deuda certificada, en vez de los 36 ofrecidos al principio. El otro grupo comprende tenedores de bonos a quienes, inicialmente, no se había ofrecido arreglo alguno (dejándoseles a merced del mercados para bonos chatarra). Ahora, percibirán 44,5 centavos por dólar nominal.

La entonces WorldCom pidió la quiebra en julio de 2002, amparándose en el título XI de la ley federal. En ese momento, declaraba deudas por US$ 41.000 millones e ingresos ficticios por 3.800 millones. Luego, fue revelándose una densa trama de fraudes contables que, con el tiempo, alcanzó los US$ 11.000 millones en asientos falsos.

Desde el cambio de nombre y presidente ejecutivo –cargo que ocupa Michael Capellas, ex Compaq Computer-, la empresa se sacó de encima todos los ejecutivos vinculados a la conducción anterior. Ésta la encabezaba Bernard Ebbers, una “estrella” en materia de escándalos empresarios.

No obstante el acuerdo, MCI sigue bajo investigación en el departamento federal de Justicia, la fiscalía neoyorquina y la Comisión Federal de Valores (SEC). Semanas atrás, Richard Breeden –veedor judicial- produjo un informes con 78 cargos e inició un programa para mejorar el contralor de los accionistas.

El nuevo esquema elimina la figura del CEO y exige que todos los directores (salvo el propio Capellas) sean independientes. Estas reformas figurarán en el nuevo estatuto, que sólo podrá ser modificado por una asamblea de accionistas.

Tras los arreglos, MCI planea salir de la convocatoria con pasivos por US$ 5.000 millones, apenas 12,3% de los 41.000 millonea adeudados hace catorce meses. Tanto los convenios como el refinanciamiento han sido durante objetados por AT&T, Verizon Communications y SBC Communications.

La componenda exigió dos días de continuas discusiones y acelerará los trámites ante el tribunal de quiebras (Nueva York) que entiende en la causa. Ahora, los analistas esperan -en cuestión de días- un dictamen favorable a la restructuración de la ex WorldCom, hoy nuevamente MCI.

El primer grupo de acreedores representa US$ 750 millones en títulos preferidos y otras deudas por 235 millones. Recobrarán 52,7 centavos por cada dólar de la deuda certificada, en vez de los 36 ofrecidos al principio. El otro grupo comprende tenedores de bonos a quienes, inicialmente, no se había ofrecido arreglo alguno (dejándoseles a merced del mercados para bonos chatarra). Ahora, percibirán 44,5 centavos por dólar nominal.

La entonces WorldCom pidió la quiebra en julio de 2002, amparándose en el título XI de la ley federal. En ese momento, declaraba deudas por US$ 41.000 millones e ingresos ficticios por 3.800 millones. Luego, fue revelándose una densa trama de fraudes contables que, con el tiempo, alcanzó los US$ 11.000 millones en asientos falsos.

Desde el cambio de nombre y presidente ejecutivo –cargo que ocupa Michael Capellas, ex Compaq Computer-, la empresa se sacó de encima todos los ejecutivos vinculados a la conducción anterior. Ésta la encabezaba Bernard Ebbers, una “estrella” en materia de escándalos empresarios.

No obstante el acuerdo, MCI sigue bajo investigación en el departamento federal de Justicia, la fiscalía neoyorquina y la Comisión Federal de Valores (SEC). Semanas atrás, Richard Breeden –veedor judicial- produjo un informes con 78 cargos e inició un programa para mejorar el contralor de los accionistas.

El nuevo esquema elimina la figura del CEO y exige que todos los directores (salvo el propio Capellas) sean independientes. Estas reformas figurarán en el nuevo estatuto, que sólo podrá ser modificado por una asamblea de accionistas.

Tras los arreglos, MCI planea salir de la convocatoria con pasivos por US$ 5.000 millones, apenas 12,3% de los 41.000 millonea adeudados hace catorce meses. Tanto los convenios como el refinanciamiento han sido durante objetados por AT&T, Verizon Communications y SBC Communications.

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