Fiat SpA: por vez primera, no habrá un Agnelli al frente

En forma sorpresiva, el consejo de administración designó a Luca Cordero Montezemolo como sucesor de Umberto Agnelli al frente de Fiat SpA. Ex jefe de Ferrari debe terminar la profunda restructuración iniciada tras la crisis de 2000/1.

31 mayo, 2004

“Es un presente griego”, opinaban analistas de París, Londres y Zürich. “Es una apuesta por el futuro”, sostuvo Guglielmo Epifani, de la CGIL, la mayor entidad sindical de tercer grado en Italia. La designación de John Elkann como vicepresidente sugiere que, en todo caso, el “heredero designado” por Giovanni Agnelli –su abuelo, fallecido en 2003-, queda en segundo plano para preservarlo del deterioro.

Sin duda, Montezemolo (pese a sus estrechos vínculos con la familia, aunque ajeno a ella) representa un tipo de gestión muy alejado del tradicional en el grupo. Inclusive, un innovador como Umberto tenía sus diferencias con quien llevó a Ferrari de nuevo al estrellato y con cuentas sanas.

Por supuesto, el nombramiento del “superejecutivo” –cuya impronta innovadora molesta también a Silvio Berlusconi- deja incógnitas sobre los vástagos de la dinastía y dos o tres cargos claves. Los “infantes” son John y Lapo Elkann, nietos de Giovanni, Andrea y Anna Agnelli, hijos de Umberto. Tras la designación de John, dos varones y una mujer están en carpeta.

¿A quién irá a parar Giovanni Agnelli & Cia, “caja fuerte” familiar? Ahí ya surge una dificultad técnica: según las leyes italiana y suiza, las comanditas de esta clase no pueden llevar el nombre de un difunto.

El “abogado” falleció hace dieciséis meses. Ahora, si la “caja fuerte” va a manos de un Elkann, ya ni siquiera habrá comunidad de apellidos. Algunos expertos legales no descartan a alguna hermana sobreviviente de Giovanni y Umberto. Por orden de edad figuran Clara (84 años, casada con Giovanni Nuvoletti), Susanna (82, casada con Urbano Rattazzi), Maria Sole (79, casada con Teodoro Fabbri) y Cristiana (76, casada con Brando d’Adda).

No existen trabas institucionales para que los Elkann y los Agnelli (quinta generación) presidan IFI –holding controlado totalmente por la caja fuerte)-, IFIL (donde IFI tiene 62% y, por es canal, 30,06% de Fiat SpA- y hasta Fiat Auto Holding (90% en poder de la matriz, 10% en poder de General Motors). John y los tres precandidatos apenas tienen entre 24 y 28 años. Posiblemente, éste sea el mayor obstáculo para armar la grilla sucesoria alrededor de ellos.

Aparte, los nietos de Giovanni no son italianos y, hoy, la súbita aparición de Montezemolo acelerará –estiman especialistas en la interna- la “desagnellizazione”. También puede reavivar rivalidades entre las hermanas, en desmedro de la autoritaria pero brillante Susanna, algunos de cuyos seis hijos no se llevan bien con el nuevo CEO de Fiat SpA.

Por supuesto, la lógica de la familia y del grupo prescribe que Fiat Auto y otras controladas de Fiat SpA las manejen ejecutivos “profesionales”, no necesariamente ligados a los Agnelli y colaterales. Aún hay varios en la estructura, demasiados para quienes preferirían una Fiat “moderna”. Amén de Fiat Auto, están Iveco (camiones, 50% en poder del holding), Ferrari (joya de la corona, 56%), CNH (49.9%) e Italenergia (26,4%).

La renuncia de Giuseppe Morchio, gerente general y operador favorito de Umberto, indica que la transición no es sobre hojuelas. Entretanto, observadores en Fráncfort y Nueva York estiman que Montezemolo es una carta decisiva para armonizar los intereses de la banca acreedoras y los de la familia. Esto apunta a la comandito, hasta anoche vacante.

“Es un presente griego”, opinaban analistas de París, Londres y Zürich. “Es una apuesta por el futuro”, sostuvo Guglielmo Epifani, de la CGIL, la mayor entidad sindical de tercer grado en Italia. La designación de John Elkann como vicepresidente sugiere que, en todo caso, el “heredero designado” por Giovanni Agnelli –su abuelo, fallecido en 2003-, queda en segundo plano para preservarlo del deterioro.

Sin duda, Montezemolo (pese a sus estrechos vínculos con la familia, aunque ajeno a ella) representa un tipo de gestión muy alejado del tradicional en el grupo. Inclusive, un innovador como Umberto tenía sus diferencias con quien llevó a Ferrari de nuevo al estrellato y con cuentas sanas.

Por supuesto, el nombramiento del “superejecutivo” –cuya impronta innovadora molesta también a Silvio Berlusconi- deja incógnitas sobre los vástagos de la dinastía y dos o tres cargos claves. Los “infantes” son John y Lapo Elkann, nietos de Giovanni, Andrea y Anna Agnelli, hijos de Umberto. Tras la designación de John, dos varones y una mujer están en carpeta.

¿A quién irá a parar Giovanni Agnelli & Cia, “caja fuerte” familiar? Ahí ya surge una dificultad técnica: según las leyes italiana y suiza, las comanditas de esta clase no pueden llevar el nombre de un difunto.

El “abogado” falleció hace dieciséis meses. Ahora, si la “caja fuerte” va a manos de un Elkann, ya ni siquiera habrá comunidad de apellidos. Algunos expertos legales no descartan a alguna hermana sobreviviente de Giovanni y Umberto. Por orden de edad figuran Clara (84 años, casada con Giovanni Nuvoletti), Susanna (82, casada con Urbano Rattazzi), Maria Sole (79, casada con Teodoro Fabbri) y Cristiana (76, casada con Brando d’Adda).

No existen trabas institucionales para que los Elkann y los Agnelli (quinta generación) presidan IFI –holding controlado totalmente por la caja fuerte)-, IFIL (donde IFI tiene 62% y, por es canal, 30,06% de Fiat SpA- y hasta Fiat Auto Holding (90% en poder de la matriz, 10% en poder de General Motors). John y los tres precandidatos apenas tienen entre 24 y 28 años. Posiblemente, éste sea el mayor obstáculo para armar la grilla sucesoria alrededor de ellos.

Aparte, los nietos de Giovanni no son italianos y, hoy, la súbita aparición de Montezemolo acelerará –estiman especialistas en la interna- la “desagnellizazione”. También puede reavivar rivalidades entre las hermanas, en desmedro de la autoritaria pero brillante Susanna, algunos de cuyos seis hijos no se llevan bien con el nuevo CEO de Fiat SpA.

Por supuesto, la lógica de la familia y del grupo prescribe que Fiat Auto y otras controladas de Fiat SpA las manejen ejecutivos “profesionales”, no necesariamente ligados a los Agnelli y colaterales. Aún hay varios en la estructura, demasiados para quienes preferirían una Fiat “moderna”. Amén de Fiat Auto, están Iveco (camiones, 50% en poder del holding), Ferrari (joya de la corona, 56%), CNH (49.9%) e Italenergia (26,4%).

La renuncia de Giuseppe Morchio, gerente general y operador favorito de Umberto, indica que la transición no es sobre hojuelas. Entretanto, observadores en Fráncfort y Nueva York estiman que Montezemolo es una carta decisiva para armonizar los intereses de la banca acreedoras y los de la familia. Esto apunta a la comandito, hasta anoche vacante.

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