Ferrari sufre un revés en su guerra judicial con McLaren

Por una parte, la tradicional vuelta de Francia declina entre escándalos y corredores dopados. Por la otra, la pelea Ferrari-McLaren recorre tribunales. Ahora, París dejó malparados a los italianos: hubo espionaje, pero no es punible.

27 julio, 2007

Ferrari había reunido documentos y testimonios que, a su criterio, probaran operaciones de espionaje emprendidas por la británica McLaren en su desmedro. Se trata de un grueso expediente hasta no hace mucho secreto. Hoy puede comprarse en Inglaterra por menos de seis libras o nueve euros en Francia e Italia.

La causa civil está caratulada Ferrari SpA versus Michael Coughlan, ex jefe de diseño de la firma británica. Naturalmente, Ferrari es una división del grupo Fiat, mucho más grande que McLaren. Quizá por ello, jueces de Londres y Parìs fallaron contra la marca de Maraniello.

De hecho, la demanda se basaba en admisiones del ingeniero. Pero también figuraban correos electrónicos de Nigel Stepney, donde se dan detalles de diseño y mecánica substraídos a Ferrari. Un grupo de técnicos y ejecutivos de McLaren tenía acceso a los datos. Según sostienen en Italia, la justicia de dos países –Gran Bretaña, Francia- fue influida por tres eminencias grises, los ingleses Ronald Dennis (McLaren-Mercedes), Bernard Ecclestone (amo de la F 1) y Maximilian Mosley, presidente de la federación internacional.

Por supuesto, el asunto afecta a una vieja rivalidad en Fórmula 1, ese mundillo de empresarios sin escrúpulos y corredores suicidas. En cuanto al expediente, fue librado al dominio público por un tribunal londinense, el 10 de julio. Ahora está en Internet, traducido a tres o cuatro idiomas. “Estos dos fallos legitiman la deslealtad y el tráfico de influencias”, sostienen varios ejecutivos de Ferrari. Sin duda, esto y la decadencia de la vuelta de Francia ponen en tela de juicio el futuro del negocio.

Ferrari había reunido documentos y testimonios que, a su criterio, probaran operaciones de espionaje emprendidas por la británica McLaren en su desmedro. Se trata de un grueso expediente hasta no hace mucho secreto. Hoy puede comprarse en Inglaterra por menos de seis libras o nueve euros en Francia e Italia.

La causa civil está caratulada Ferrari SpA versus Michael Coughlan, ex jefe de diseño de la firma británica. Naturalmente, Ferrari es una división del grupo Fiat, mucho más grande que McLaren. Quizá por ello, jueces de Londres y Parìs fallaron contra la marca de Maraniello.

De hecho, la demanda se basaba en admisiones del ingeniero. Pero también figuraban correos electrónicos de Nigel Stepney, donde se dan detalles de diseño y mecánica substraídos a Ferrari. Un grupo de técnicos y ejecutivos de McLaren tenía acceso a los datos. Según sostienen en Italia, la justicia de dos países –Gran Bretaña, Francia- fue influida por tres eminencias grises, los ingleses Ronald Dennis (McLaren-Mercedes), Bernard Ecclestone (amo de la F 1) y Maximilian Mosley, presidente de la federación internacional.

Por supuesto, el asunto afecta a una vieja rivalidad en Fórmula 1, ese mundillo de empresarios sin escrúpulos y corredores suicidas. En cuanto al expediente, fue librado al dominio público por un tribunal londinense, el 10 de julio. Ahora está en Internet, traducido a tres o cuatro idiomas. “Estos dos fallos legitiman la deslealtad y el tráfico de influencias”, sostienen varios ejecutivos de Ferrari. Sin duda, esto y la decadencia de la vuelta de Francia ponen en tela de juicio el futuro del negocio.

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