Este año, Davos busca encarar cambios en la ecuación del poder
El ya rutinario Foro Económico Mundial no peca de modesto. Ahora, busca definir otra agenda global y la ecuación del poder. A juzgar por la lista de invitados y por los ausentes-, esa frase parece un síntoma de apunamiento.
Falta, por ejemplo, un habitué como William J.Clinton, cuya esposa Hillary Rodham es precandidata presidencial en Estados Unidos. Washigton envía funcionarios de tercera línea, entre ellos la representante comercial viajera y un subsecretario del área hacienda.
En el plano político, el personaje más relevante parece Nguyen Tan Dung, primer ministro vietnamita. Otra dimensión define a Chadwick Hurley, jefe de YouTube, portal que permite bajar videos gratis en la web. Acaba de ser comprado por Google.
Sea como fuere, Klaus Schwab –el suizo que organiza estas rumbosos tenidas- habla del tema. “El desplazamiento de poder es doble. Por un lado, va de centro a la periferia: por el otro, de arriba hacia abajo” (lo segundo suena un poco lírico). Quizá por ello, el factótum afirmaba que acudirían veinticuatro jefes de estado o gobierno, 85 ministros de gabinete y ochocientos empresarios y ejecutivos. Pero el programa de esta edición pone de manifiesto el éxodo de norteamericanos y europeos.
Verbigracia, Schawab restó importancia a la ausencia de pesos pesados del gobierno que todavía encabeza George W.Bush. Así, una invitada –Condoleezza Rice- se disculpó arguyendo falta de tiempo y exceso de trabajo. ¿Quién podía no creerle? Como premio consuelo, el senador John McCain (precandidato presidencial republicano) estará en Davos criticando la política de Bush en Irak y otros temas.
Otros abonados otrora atractivos no pasan buenos momentos. No obstante el siempre sonriente Antony Blair cerrará las jornadas con un discurso que –sospechan los ingleses- será para despedirse del poder y sus oropeles internacionales. En efecto, se acerca velozmente al retiro en medio de duros reproches por haberse dejado arrastrados a Irak, donde una eventual balcanización liquidará un país inventado por Gran Bretaña en 1922.
Como si algo faltara, John Browne –CEO de Britisch Petroleum y copresidente del FEM- abandona en junio el cargo. Un año antes de lo debido, envuelto en escándalos como las filtraciones en Alaska, un accidente fatal en una refinería tejana y manipulaciones en el mercado de futuros
No obstante, Schwab cree que no fatarán la canciller alemana, Angela Merkel, hoy presidente de turno en la Unión Europea. También espera a Gordon Brown (heredero de Blair; si ganan los laboristas, claro) y al rey jordado Abdullá. Pero ¡ay! un accidente esquiando le impedirá asistir al gobernador de California, Arnold Schwarzenegger (vaya una ironía, tratándose de Conan).
En lo atinente a las estrellas de sector privado, nunca fatan en Davos. Así, los cronistas sociales verán a William Gates, Michael Dell, Carlos Ghosn, Rex Tillerton (Exxon Mobil), Serge Brin y Lawrence Page (Google). Tmbién aparecerá Rupert Murdoch, magnate ultraderechista de medios.
Falta, por ejemplo, un habitué como William J.Clinton, cuya esposa Hillary Rodham es precandidata presidencial en Estados Unidos. Washigton envía funcionarios de tercera línea, entre ellos la representante comercial viajera y un subsecretario del área hacienda.
En el plano político, el personaje más relevante parece Nguyen Tan Dung, primer ministro vietnamita. Otra dimensión define a Chadwick Hurley, jefe de YouTube, portal que permite bajar videos gratis en la web. Acaba de ser comprado por Google.
Sea como fuere, Klaus Schwab –el suizo que organiza estas rumbosos tenidas- habla del tema. “El desplazamiento de poder es doble. Por un lado, va de centro a la periferia: por el otro, de arriba hacia abajo” (lo segundo suena un poco lírico). Quizá por ello, el factótum afirmaba que acudirían veinticuatro jefes de estado o gobierno, 85 ministros de gabinete y ochocientos empresarios y ejecutivos. Pero el programa de esta edición pone de manifiesto el éxodo de norteamericanos y europeos.
Verbigracia, Schawab restó importancia a la ausencia de pesos pesados del gobierno que todavía encabeza George W.Bush. Así, una invitada –Condoleezza Rice- se disculpó arguyendo falta de tiempo y exceso de trabajo. ¿Quién podía no creerle? Como premio consuelo, el senador John McCain (precandidato presidencial republicano) estará en Davos criticando la política de Bush en Irak y otros temas.
Otros abonados otrora atractivos no pasan buenos momentos. No obstante el siempre sonriente Antony Blair cerrará las jornadas con un discurso que –sospechan los ingleses- será para despedirse del poder y sus oropeles internacionales. En efecto, se acerca velozmente al retiro en medio de duros reproches por haberse dejado arrastrados a Irak, donde una eventual balcanización liquidará un país inventado por Gran Bretaña en 1922.
Como si algo faltara, John Browne –CEO de Britisch Petroleum y copresidente del FEM- abandona en junio el cargo. Un año antes de lo debido, envuelto en escándalos como las filtraciones en Alaska, un accidente fatal en una refinería tejana y manipulaciones en el mercado de futuros
No obstante, Schwab cree que no fatarán la canciller alemana, Angela Merkel, hoy presidente de turno en la Unión Europea. También espera a Gordon Brown (heredero de Blair; si ganan los laboristas, claro) y al rey jordado Abdullá. Pero ¡ay! un accidente esquiando le impedirá asistir al gobernador de California, Arnold Schwarzenegger (vaya una ironía, tratándose de Conan).
En lo atinente a las estrellas de sector privado, nunca fatan en Davos. Así, los cronistas sociales verán a William Gates, Michael Dell, Carlos Ghosn, Rex Tillerton (Exxon Mobil), Serge Brin y Lawrence Page (Google). Tmbién aparecerá Rupert Murdoch, magnate ultraderechista de medios.
