EE.UU.: subieron exportaciones y bajó el déficit comercial

Sorpresivamente, en julio cedió el rojo del intercambio norteamericano. En buena medida, porque se colocaron afuera más aviones, máquinas, motores y tractores. Vale decir, productos de la economía física.

12 septiembre, 2007

Eso explica las ventas al exterior de empresas como Boeing, General Electric o John Deere. Por supuesto sólo falta un sector antes activo y hoy en decadencia por pecados propios: la industria automotriz.

Si persiste, esta onda exportadora podría amortiguar un poco los efectos de la crisis hipotecaria y la iliquidez financiera consiguiente. Ambos fenómenos están debilitando la confianza del público y la demanda laboral. Por el contrario, en los cinco meses desde marzo hasta julio, las exportaciones marcaron picos, pero no debido -como insisten varios gurúes neoyorquinos-estimuladas por una imaginaria “expansión global”, inédita desde los años 70.

En realidad, la cual determinante es un dólar que (hasta el leve repunte iniciado en agosto) venía debilitándose ante divisas rivales. Por cierto, esta misma semana el euro volvió a máximas de US$ 1,385 y la libra a 2,03. Por tanto, la paridad cambiaria podrán continuar promoviendo exportaciones. Pero el crecimiento mundial es apenas un mito en boga.

Durante julio, pues, la brecha cedió 0,3%, de US$ 59.400 millones en junio a 59.200 millones, Este leve margen confirma que no obraba una expansión global. En esta oportunidad, el departamento federal de comercio y los gurúes acertaron en los pronósticos. Las ventas externas subieron 2,7%, máximo mensual en tres años y las compras lo hicieron en 1,8%, Esto significa asimismo un récord, US$ 196.900 millones, lo cual indica que EE.UU. sigue adicto a las importaciones.

Eso explica las ventas al exterior de empresas como Boeing, General Electric o John Deere. Por supuesto sólo falta un sector antes activo y hoy en decadencia por pecados propios: la industria automotriz.

Si persiste, esta onda exportadora podría amortiguar un poco los efectos de la crisis hipotecaria y la iliquidez financiera consiguiente. Ambos fenómenos están debilitando la confianza del público y la demanda laboral. Por el contrario, en los cinco meses desde marzo hasta julio, las exportaciones marcaron picos, pero no debido -como insisten varios gurúes neoyorquinos-estimuladas por una imaginaria “expansión global”, inédita desde los años 70.

En realidad, la cual determinante es un dólar que (hasta el leve repunte iniciado en agosto) venía debilitándose ante divisas rivales. Por cierto, esta misma semana el euro volvió a máximas de US$ 1,385 y la libra a 2,03. Por tanto, la paridad cambiaria podrán continuar promoviendo exportaciones. Pero el crecimiento mundial es apenas un mito en boga.

Durante julio, pues, la brecha cedió 0,3%, de US$ 59.400 millones en junio a 59.200 millones, Este leve margen confirma que no obraba una expansión global. En esta oportunidad, el departamento federal de comercio y los gurúes acertaron en los pronósticos. Las ventas externas subieron 2,7%, máximo mensual en tres años y las compras lo hicieron en 1,8%, Esto significa asimismo un récord, US$ 196.900 millones, lo cual indica que EE.UU. sigue adicto a las importaciones.

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