Dow, Bayer y DuPont, acusadas de manipular precios
En 2002, se abrió una investigación en apariencia modesta- sobre maniobras con precios en un rincón del negocio químico. Hoy se multiplica en escala mundial y salpica a gigantes como Dow Chemical, DuPont, Bayer o ExxonMobil.
La serie de casos en el tapete se inicia en una acción, concertada entre varios fiscales norteamericanos y europeos, basada en el otorgamiento de inmunidades a quienes revelasen detalles sobre esa maniobrar. De inmediato, grupos rivales comenzaron denunciarse entre sí, para eludir penas severas echándoles el fardo a sus competidores.
Autoridades a ambos lados del Atlántico se lanzaron a detectar maniobras concertadas para manipular precios en media docena de insumos químicos empleados en la industria de plásticos, caucho y otros materiales sintéticos. Cabía sospechar, pues, una conspiración entre supuestos rivales, para inflar precios en Estados Unidos, Canadá, Japón y la Unión Europea.
Un factor agravaba las cosas: las actividades usuarias de esos insumos proveen a varias industrias, desde la automotriz hasta la de mobiliario. Así, sólo en San Francisco se diligencian por lo menos cuatro sumarios relevantes, relativas a un plástico de amplio uso, uretano y neopreno.
Hasta el momento, los procedimientos han resultado en una admisión de culpas y el pago de una multa de US$ 50 millones por parte de UniRoyal y su matriz, Crompton Corporation. En un acuerdo con la fiscalía, la firma reconoció haber conspirado en 1995-2001 con otras, para inflar artificiosamente los precios de químicos empleados en la fabricación de caucho sintético, cuyo mercado mueve US$ 1.000 millones anuales.
No obstante, esos “pecados” parecen ser apenas la punta del témpano. Las denuncias de Crompton contra rivales, en efecto, afectaban a Dow Cheminal y DuPont. Al punto, ambas aceptaron cooperar con la justicia, en tanto Bayer también pedía inmunidad. Finalmente, las maniobras en torno del neopreno generaron demandas –sólo civiles, por hoy- contra ExxonMobil, la mayor petrolera del mundo.
La serie de casos en el tapete se inicia en una acción, concertada entre varios fiscales norteamericanos y europeos, basada en el otorgamiento de inmunidades a quienes revelasen detalles sobre esa maniobrar. De inmediato, grupos rivales comenzaron denunciarse entre sí, para eludir penas severas echándoles el fardo a sus competidores.
Autoridades a ambos lados del Atlántico se lanzaron a detectar maniobras concertadas para manipular precios en media docena de insumos químicos empleados en la industria de plásticos, caucho y otros materiales sintéticos. Cabía sospechar, pues, una conspiración entre supuestos rivales, para inflar precios en Estados Unidos, Canadá, Japón y la Unión Europea.
Un factor agravaba las cosas: las actividades usuarias de esos insumos proveen a varias industrias, desde la automotriz hasta la de mobiliario. Así, sólo en San Francisco se diligencian por lo menos cuatro sumarios relevantes, relativas a un plástico de amplio uso, uretano y neopreno.
Hasta el momento, los procedimientos han resultado en una admisión de culpas y el pago de una multa de US$ 50 millones por parte de UniRoyal y su matriz, Crompton Corporation. En un acuerdo con la fiscalía, la firma reconoció haber conspirado en 1995-2001 con otras, para inflar artificiosamente los precios de químicos empleados en la fabricación de caucho sintético, cuyo mercado mueve US$ 1.000 millones anuales.
No obstante, esos “pecados” parecen ser apenas la punta del témpano. Las denuncias de Crompton contra rivales, en efecto, afectaban a Dow Cheminal y DuPont. Al punto, ambas aceptaron cooperar con la justicia, en tanto Bayer también pedía inmunidad. Finalmente, las maniobras en torno del neopreno generaron demandas –sólo civiles, por hoy- contra ExxonMobil, la mayor petrolera del mundo.
