Danone cuestiona los motivos del boicot

El presidente del la compañía francesa dijo en una entrevista que el boicot contra su empresa, propuesto principalmente por las agrupaciones de izquierda, es una maniobra política que sólo beneficia a sus competidores extranjeros.

10 abril, 2001

(EFE).- El presidente del grupo de alimentación francés Danone, Franck Riboud, denunció que el llamamiento para boicotear los productos de su empresa tras el anuncio de un plan de despidos es una maniobra “política” que sólo beneficia a sus competidores extranjeros, menos respetuosos, según él, con las normas sociales.

En una entrevista publicada hoy (martes 10) por Le Figaro, Riboud se quejó de que “algunos han querido hacer de Danone un símbolo, el de una economía globalizada sometido únicamente a los dictados de los accionistas. Nos hemos convertido en el chivo expiatorio de un combate político”.

La compañía, que tiene una plantilla de 110.000 personas, anunció a finales de marzo la reestructuración de su sector de galletas en Europa con la supresión de 1.816 empleos, 560 de ellos en Francia por el cierre de dos plantas.

El presidente de Danone justificó el plan, a pesar de que la empresa incrementó el pasado año sus ganancias, porque “ya no estamos en los años 60 cuando la competencia era esencialmente nacional. La competición hoy es mundial. No se puede asegurar el futuro de una empresa más que manteniéndola al nivel de las mejores”.

“Nuestros principales competidores en las galletas son ahora gigantes que han reestructurado sus herramientas de producción y que utilizan mejor que nosotros su capacidad”, alegó.

Preguntado sobre las protestas recibidas por dirigir la empresa teniendo en cuenta únicamente a los accionistas, respondió que “cuando el grupo distribuye 2.000 millones de francos (305 millones de euros) de dividendos, da la mitad a los asalariados” en concepto de participación, y eso ocurre así desde hace 20 años.

“Cuando construimos un campeón mundial que en cinco años ha pasado de 6 a 55% de su facturación en el mercado internacional (…) ¿acaso no beneficia eso tanto a los 110.000 asalariados como a los accionistas?”, subrayó.

Negó que se pueda comparar su empresa con el grupo de distribución británico Marks & Spencer, que también ha anunciado un plan social que en Francia se traducirá en el cierre de sus 18 tiendas y el despido de los 1.700 empleados, porque “Danone es el ejemplo de un grupo que hace desde hace mucho tiempo una política social europea”.

Cargó contra el boicot lanzado por políticos -sobre todo de izquierdas- porque “es un llamamiento al suicidio. ¿A quién sirve? A las grandes empresas extranjeras. ¿Realmente creen que Nestlé, Unilever o PepsiCo son más sociales que Danone?”.

“Debilitar Danone y utilizarlo contra la globalización no resolverá ninguno de los problemas que plantea la globalización” ya que “Francia necesita campeones industriales, si no, no será más que el terreno de maniobra de los grupos multinacionales”, argumentó Riboud.

“Está claro que hay gente que utiliza Danone con fines partidistas. Pero la paradoja es que atacan a una empresa que puede hacer avanzar el progreso social”, dijo.

Insistió en que “puede ser necesario hacer reestructuraciones incluso cuando se tienen ganancias. En primer lugar porque eso permite hacerlas correctamente, respetando a los empleados. Además, hay que hacerlo cuando el futuro es a ese precio”.

(EFE).- El presidente del grupo de alimentación francés Danone, Franck Riboud, denunció que el llamamiento para boicotear los productos de su empresa tras el anuncio de un plan de despidos es una maniobra “política” que sólo beneficia a sus competidores extranjeros, menos respetuosos, según él, con las normas sociales.

En una entrevista publicada hoy (martes 10) por Le Figaro, Riboud se quejó de que “algunos han querido hacer de Danone un símbolo, el de una economía globalizada sometido únicamente a los dictados de los accionistas. Nos hemos convertido en el chivo expiatorio de un combate político”.

La compañía, que tiene una plantilla de 110.000 personas, anunció a finales de marzo la reestructuración de su sector de galletas en Europa con la supresión de 1.816 empleos, 560 de ellos en Francia por el cierre de dos plantas.

El presidente de Danone justificó el plan, a pesar de que la empresa incrementó el pasado año sus ganancias, porque “ya no estamos en los años 60 cuando la competencia era esencialmente nacional. La competición hoy es mundial. No se puede asegurar el futuro de una empresa más que manteniéndola al nivel de las mejores”.

“Nuestros principales competidores en las galletas son ahora gigantes que han reestructurado sus herramientas de producción y que utilizan mejor que nosotros su capacidad”, alegó.

Preguntado sobre las protestas recibidas por dirigir la empresa teniendo en cuenta únicamente a los accionistas, respondió que “cuando el grupo distribuye 2.000 millones de francos (305 millones de euros) de dividendos, da la mitad a los asalariados” en concepto de participación, y eso ocurre así desde hace 20 años.

“Cuando construimos un campeón mundial que en cinco años ha pasado de 6 a 55% de su facturación en el mercado internacional (…) ¿acaso no beneficia eso tanto a los 110.000 asalariados como a los accionistas?”, subrayó.

Negó que se pueda comparar su empresa con el grupo de distribución británico Marks & Spencer, que también ha anunciado un plan social que en Francia se traducirá en el cierre de sus 18 tiendas y el despido de los 1.700 empleados, porque “Danone es el ejemplo de un grupo que hace desde hace mucho tiempo una política social europea”.

Cargó contra el boicot lanzado por políticos -sobre todo de izquierdas- porque “es un llamamiento al suicidio. ¿A quién sirve? A las grandes empresas extranjeras. ¿Realmente creen que Nestlé, Unilever o PepsiCo son más sociales que Danone?”.

“Debilitar Danone y utilizarlo contra la globalización no resolverá ninguno de los problemas que plantea la globalización” ya que “Francia necesita campeones industriales, si no, no será más que el terreno de maniobra de los grupos multinacionales”, argumentó Riboud.

“Está claro que hay gente que utiliza Danone con fines partidistas. Pero la paradoja es que atacan a una empresa que puede hacer avanzar el progreso social”, dijo.

Insistió en que “puede ser necesario hacer reestructuraciones incluso cuando se tienen ganancias. En primer lugar porque eso permite hacerlas correctamente, respetando a los empleados. Además, hay que hacerlo cuando el futuro es a ese precio”.

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