Daimler:insider trading en Alemania, sumario a Mercedes en EE.UU.

El despido de Jürgen Schremp y la apresurada venta de opciones accionarias hacen sospechar irregularidades. Entretanto, asume Dieter Zetschke en medio de dudas sobre el balance del grupo y una investigación por presuntos sobornos en Mercedes.

5 agosto, 2005

Fue algo extraño: este jueves seis ejecutivos superiores de Daimler –entre ellos el director de compras, Thomas Sidlik- ejercían opciones y liquidaban acciones por € 1.500.000 en la bolsa de Fráncfort. Eso hizo caer el título casi 2,3%. El martes, Eckhardt Corden (director saliente de la división Mercedes) había hecho lo mismo. Pero el mercado se puso nervioso recién al saber que el propio Schremp había revendido opciones por 3.600.000… justo antes de trascender su despido.

Parte del problema está en Washington, donde el departamento federal de Justicia acaba de abrir una causa contra Mercedes Benz por presuntos sobornos. Según los fiscales, la división de DaimlerChrysler pagó coimas en una docena de países, con conocimiento o complicidad de directivos, algunos ya fuera de la empresa (Schremp era uno). Como en el caso Volkswagen, también se sospecha que hubo presiones e incentivos a medios, para no tocar el tema.

Ese manipuleo explica que el asunto estallase recién cuando Justicia informó haber iniciado actuaciones. En efecto, David Bazeetta, ex auditor de DaimlerChrysler, denunció –hace ocho meses- que la empresa mantenía decenas de cuentas bancarias secretas para sobornar funcionarios, analistas y medios en Norteamérica, Latinoamérica y otras partes del mundo.

Ese nuevo escándalo y el tufo a maniobras con información reservada (“insider trading”) llegaron hasta Deutsche Bank. Por tanto, la comisión alemana de valores abrió un sumario en regla y pidió ser parte en la causa abierta en EE.UU. Al mismo tiempo, otro grupo de ejecutivos y ex también ejercía opciones en masa.

“Proceden como si la empresa estuviese a punto de caerse. O son tontos o saben algo que el resto del mundo ignora”, comentaban las páginas editoriales de cinco diarios, dentro y fuera de Alemania. Después de los escándalos en Volkswagen y la rebelión de accionistas en Daimler, el horno no está para bollos. Menos en plena campaña electoral.

Algunos analistas europeos relacionan esa liquidación de opciones con una actitud poco clara de Deutsche Bank, la mayor institución privada de la Unión Europea. Hace algunos días, se desprendió de 35 millones de accionas, con lo cual redujo de 10,8 a 6,9% su participación en el paquete de la automotriz. “¿Por qué tanto apuro? ¿sólo para hacer caja? ¿o está por ocurrir algo en Daimler?”, preguntaba por la TV germana media docena de intermediarios bursátiles. Varios observadores ajenos al mercado creen tener la respuesta: la junta directiva estudia formas no traumáticas para sacarse de encima Chryslter ofreciéndosela a una empresa de Asia oriental.

Fue algo extraño: este jueves seis ejecutivos superiores de Daimler –entre ellos el director de compras, Thomas Sidlik- ejercían opciones y liquidaban acciones por € 1.500.000 en la bolsa de Fráncfort. Eso hizo caer el título casi 2,3%. El martes, Eckhardt Corden (director saliente de la división Mercedes) había hecho lo mismo. Pero el mercado se puso nervioso recién al saber que el propio Schremp había revendido opciones por 3.600.000… justo antes de trascender su despido.

Parte del problema está en Washington, donde el departamento federal de Justicia acaba de abrir una causa contra Mercedes Benz por presuntos sobornos. Según los fiscales, la división de DaimlerChrysler pagó coimas en una docena de países, con conocimiento o complicidad de directivos, algunos ya fuera de la empresa (Schremp era uno). Como en el caso Volkswagen, también se sospecha que hubo presiones e incentivos a medios, para no tocar el tema.

Ese manipuleo explica que el asunto estallase recién cuando Justicia informó haber iniciado actuaciones. En efecto, David Bazeetta, ex auditor de DaimlerChrysler, denunció –hace ocho meses- que la empresa mantenía decenas de cuentas bancarias secretas para sobornar funcionarios, analistas y medios en Norteamérica, Latinoamérica y otras partes del mundo.

Ese nuevo escándalo y el tufo a maniobras con información reservada (“insider trading”) llegaron hasta Deutsche Bank. Por tanto, la comisión alemana de valores abrió un sumario en regla y pidió ser parte en la causa abierta en EE.UU. Al mismo tiempo, otro grupo de ejecutivos y ex también ejercía opciones en masa.

“Proceden como si la empresa estuviese a punto de caerse. O son tontos o saben algo que el resto del mundo ignora”, comentaban las páginas editoriales de cinco diarios, dentro y fuera de Alemania. Después de los escándalos en Volkswagen y la rebelión de accionistas en Daimler, el horno no está para bollos. Menos en plena campaña electoral.

Algunos analistas europeos relacionan esa liquidación de opciones con una actitud poco clara de Deutsche Bank, la mayor institución privada de la Unión Europea. Hace algunos días, se desprendió de 35 millones de accionas, con lo cual redujo de 10,8 a 6,9% su participación en el paquete de la automotriz. “¿Por qué tanto apuro? ¿sólo para hacer caja? ¿o está por ocurrir algo en Daimler?”, preguntaba por la TV germana media docena de intermediarios bursátiles. Varios observadores ajenos al mercado creen tener la respuesta: la junta directiva estudia formas no traumáticas para sacarse de encima Chryslter ofreciéndosela a una empresa de Asia oriental.

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