Comienzan a aplicársele multas al grupo Siemens
La justicia alemana impuso a Siemens una sanción por 201 millones (US$ 284.500.000). Esto cierra una de las causas por sobornos más grandes de Europa occidental. Pero probablemente no sea la única medida de su tipo.
El conglomerado afronta potencialmente una serie de multas y sentencias penales contra directivos y otros jerárquicos. Este gigante de la ingeniería ha sido involucrado en sobornos -pagados a dirigentes corruptos del extranjero para colocar a alto precio equipos y servicios de telecomunicaciones.
Los fiscales revelaron, el jueves, que Reinhard Siekaczek, ex gerente de esa división, fue imputado penalmente en el mismo escándalo. Ello ocurrió hace una semana, pero la trenza de ejecutivos medios logró silenciar el caso. El polaco étnico fue acusado por malversar € 24 millones, señaló el procurador Christian Schmidt-Sommerfeld en Múnich.
De ahora al receso navideño se esperan más acciones contra otros ejecutivos. Pese a su exigüidad, la sanción a Siemens es la primera desde que se abrieran las investigaciones en 2006. Su valor es, pues, psicológico y deteriora la imagen del grupo como un impoluto cruzado de la industria germana.
En mayo, la empresa sufrió otra sanción leve (€ 38 millones), resultante de una causa anterior. En esa oportunidad, hacía a coimas repartidas por la subsidiaria eléctrica italiana. Pero, en septiembre último, un estudio jurídico norteamericano, contratado por la firma, constató dos cosas: el total de pagos dudosos suma € 1.600 millones y una trenza gerencial que traba investigaciones internas.
Especialmente fuera de Alemania y otras economías centrales. En el resto del mundo, la compañía se había habituado durante años a tratar con altos funcionarios, políticos, gremialistas o militares venales, para obtener contratos y ventas de todo tipo. No obstante, Berlín acaban de cobrarle a Siemens € 180 millones en impuestos relacionados con 450 millones en transacciones sospechosas.
El conglomerado afronta potencialmente una serie de multas y sentencias penales contra directivos y otros jerárquicos. Este gigante de la ingeniería ha sido involucrado en sobornos -pagados a dirigentes corruptos del extranjero para colocar a alto precio equipos y servicios de telecomunicaciones.
Los fiscales revelaron, el jueves, que Reinhard Siekaczek, ex gerente de esa división, fue imputado penalmente en el mismo escándalo. Ello ocurrió hace una semana, pero la trenza de ejecutivos medios logró silenciar el caso. El polaco étnico fue acusado por malversar € 24 millones, señaló el procurador Christian Schmidt-Sommerfeld en Múnich.
De ahora al receso navideño se esperan más acciones contra otros ejecutivos. Pese a su exigüidad, la sanción a Siemens es la primera desde que se abrieran las investigaciones en 2006. Su valor es, pues, psicológico y deteriora la imagen del grupo como un impoluto cruzado de la industria germana.
En mayo, la empresa sufrió otra sanción leve (€ 38 millones), resultante de una causa anterior. En esa oportunidad, hacía a coimas repartidas por la subsidiaria eléctrica italiana. Pero, en septiembre último, un estudio jurídico norteamericano, contratado por la firma, constató dos cosas: el total de pagos dudosos suma € 1.600 millones y una trenza gerencial que traba investigaciones internas.
Especialmente fuera de Alemania y otras economías centrales. En el resto del mundo, la compañía se había habituado durante años a tratar con altos funcionarios, políticos, gremialistas o militares venales, para obtener contratos y ventas de todo tipo. No obstante, Berlín acaban de cobrarle a Siemens € 180 millones en impuestos relacionados con 450 millones en transacciones sospechosas.
