Caso Enron provoca reformas contables

La Junta de Normas para Contabilidad Financiera (FASB), de influencia mundial, proyecta derogar la práctica que permitió los abusos cometidos por directivos de Enron: formar sociedades con inversores que hagan aportes casi simbólicos (ej., 3%).

1 febrero, 2002

La FASB (Financial Accounting Standards Board), la Reserva Federal, la SEC y el departamento de Justicia están examinando el papel de Ernst & Young –otro de los cinco mayores estudios contables del país – en un caso relacionado con el de Enron. Se trata de PNC Financial Services Group, holding que debe hoy revisar los métodos empleados para evaluar balances de tres compañía que había creado junto con American International Group, un gigante del seguro.

Enron aprovechó la “regla del 3%” para ocultar deudas por US$ 2.600 millones y, después, borrar US$ 502 millones en utilidades. Todo mediante firmas colaterales armadas con “socios neutros”, gracia al ahora famoso 3%. Por ende, en junio la FASB propondrá reformas taxativas sobre proporciones de capital externo que una empresa deberá tener para considerarse independiente de la que controla el paquete.

“La clave reside en el contralor”, afirma Jack Murray, vicepresidente de First American Title Insurance Co.), experto en equilibrios contables. “Si se establece una sociedad como mero vehículo financiero sujeto a instrucciones de la matriz, deberá consignarse explícitamente en los balances públicos”. La práctica es frecuente, no sólo en EE.UU., sobre todo en aerolíneas, automotrices y bancos, que crean fideicomisos o compañías financieras para manejar planes de turismo, venta de vehículos por planes o leasing, administración de tarjetas, etc.

El problema con Enron es que sus directivos llevaron esas prácticas a un nivel de inescrupulosidad sin precedentes (“actuaron como lo hacía el BCCI”, dijo el economista Paul Krugman) y “fabricaron” más de 3.000 sociedades filiales o colaterales, un tercio en plazas extraterritoriales (off shore). Todo eso condujo a la mayor quiebra empresaria en la historia estadounidense, pues Enron Corp. era la mayor firma de energía y combustibles y una de las siete principales… en el mundo.

Ray Simpson, director de proyectos en la FASB, señaló que hay dos prioridades para el trimestre entrante: lineamientos contra “entidades con suficiente sustancia económica autónoma” y normas para “impedir el uso de hombres de paja como inversores en apariencia independientes”.

La FASB (Financial Accounting Standards Board), la Reserva Federal, la SEC y el departamento de Justicia están examinando el papel de Ernst & Young –otro de los cinco mayores estudios contables del país – en un caso relacionado con el de Enron. Se trata de PNC Financial Services Group, holding que debe hoy revisar los métodos empleados para evaluar balances de tres compañía que había creado junto con American International Group, un gigante del seguro.

Enron aprovechó la “regla del 3%” para ocultar deudas por US$ 2.600 millones y, después, borrar US$ 502 millones en utilidades. Todo mediante firmas colaterales armadas con “socios neutros”, gracia al ahora famoso 3%. Por ende, en junio la FASB propondrá reformas taxativas sobre proporciones de capital externo que una empresa deberá tener para considerarse independiente de la que controla el paquete.

“La clave reside en el contralor”, afirma Jack Murray, vicepresidente de First American Title Insurance Co.), experto en equilibrios contables. “Si se establece una sociedad como mero vehículo financiero sujeto a instrucciones de la matriz, deberá consignarse explícitamente en los balances públicos”. La práctica es frecuente, no sólo en EE.UU., sobre todo en aerolíneas, automotrices y bancos, que crean fideicomisos o compañías financieras para manejar planes de turismo, venta de vehículos por planes o leasing, administración de tarjetas, etc.

El problema con Enron es que sus directivos llevaron esas prácticas a un nivel de inescrupulosidad sin precedentes (“actuaron como lo hacía el BCCI”, dijo el economista Paul Krugman) y “fabricaron” más de 3.000 sociedades filiales o colaterales, un tercio en plazas extraterritoriales (off shore). Todo eso condujo a la mayor quiebra empresaria en la historia estadounidense, pues Enron Corp. era la mayor firma de energía y combustibles y una de las siete principales… en el mundo.

Ray Simpson, director de proyectos en la FASB, señaló que hay dos prioridades para el trimestre entrante: lineamientos contra “entidades con suficiente sustancia económica autónoma” y normas para “impedir el uso de hombres de paja como inversores en apariencia independientes”.

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