Brasil: nueva central hidroeléctrica

Se trata de Itá, la mayor central privada de energía hidroeléctrica en América Latina. La represa pertenece a Itasa, un holding integrado por Gerasul (69%), Companhia Siderúrgica Nacional (29,5%) y Cementos Itambé (1,5%).

26 octubre, 2000

(EFE).- La central hidroeléctrica de Itá, en el sur de Brasil, con una capacidad de 1.450 megavatios y considerada como la mayor empresa privada de su género en América Latina, comenzó a operar esta semana, aunque apenas con dos de sus cinco turbinas.

La hidroeléctrica, ubicada sobre el río Uruguay en el municipio de Itá, frontera entre los sureños estados de Santa Catarina y Río Grande do Sul, fue inaugurada oficialmente el martes 24 por los dirigentes del consorcio propietario, en una ceremonia en la que participó el ministro brasileño de Minas y Energía, Rodolpho Tourinho.

La planta, que estará generando los 1.450 megavatios de su capacidad en febrero del próximo año, cuando se activen las otras tres turbinas, exigió una inversión de US$ 1.050 millones por parte de los socios del consorcio Itasa, según informaron fuentes del grupo.

Itasa es controlada por la ex generadora estatal Gerasul, con una participación de 69%, y tiene como socios a la Companhia Siderúrgica Nacional (CSN), con 29,5%, y a la empresa Cementos Itambé, con 1,5%.

A su vez, Gerasul, responsable de la generación de energía eléctrica en todo el sur de Brasil y privatizada hace dos años, es controlada por la empresa belga Tractebel.

El holding estatal Eletrobras también es socio del nuevo proyecto, aunque tan sólo posee US$ 320.000 en acciones preferenciales (sin derecho a voto) de la hidroeléctrica y no tiene participación en el capital social de la empresa.

Pese a que la producción eléctrica de Itá garantiza 61% del consumo en el estado de Santa Catarina y 31% de la demanda de Río Grande do Sul, fronterizo con la Argentina y Uruguay, la energía de la planta será distribuida entre los socios del proyecto.

Las dos turbinas que comenzaron a operar el martes, por ejemplo, garantizan la autosuficiencia eléctrica de la CSN, que participó como socia en el proyecto precisamente con la condición de que la hidroeléctrica le suministre toda la energía que necesita en la actualidad.

La siderúrgica calcula que su participación en la planta eléctrica le garantizará un ahorro anual de unos US$ 55 millones.

Los 1.450 megavatios de capacidad de energía colocan a Itá no sólo como la mayor hidroeléctrica privada de América Latina, sino también como la séptima de Brasil, aunque lejos de las estatales Itaipú (la mayor planta del mundo con 12.000 megavatios) y Tucuruí (8.000 megavatios).

Según las cifras suministradas por el consorcio Itasa, la planta eléctrica generó 4.000 empleos directos y 1.500 indirectos.

La inundación de la represa obligó a la empresa a reubicar e indemnizar a 3.560 familias en 11 municipios.

(EFE).- La central hidroeléctrica de Itá, en el sur de Brasil, con una capacidad de 1.450 megavatios y considerada como la mayor empresa privada de su género en América Latina, comenzó a operar esta semana, aunque apenas con dos de sus cinco turbinas.

La hidroeléctrica, ubicada sobre el río Uruguay en el municipio de Itá, frontera entre los sureños estados de Santa Catarina y Río Grande do Sul, fue inaugurada oficialmente el martes 24 por los dirigentes del consorcio propietario, en una ceremonia en la que participó el ministro brasileño de Minas y Energía, Rodolpho Tourinho.

La planta, que estará generando los 1.450 megavatios de su capacidad en febrero del próximo año, cuando se activen las otras tres turbinas, exigió una inversión de US$ 1.050 millones por parte de los socios del consorcio Itasa, según informaron fuentes del grupo.

Itasa es controlada por la ex generadora estatal Gerasul, con una participación de 69%, y tiene como socios a la Companhia Siderúrgica Nacional (CSN), con 29,5%, y a la empresa Cementos Itambé, con 1,5%.

A su vez, Gerasul, responsable de la generación de energía eléctrica en todo el sur de Brasil y privatizada hace dos años, es controlada por la empresa belga Tractebel.

El holding estatal Eletrobras también es socio del nuevo proyecto, aunque tan sólo posee US$ 320.000 en acciones preferenciales (sin derecho a voto) de la hidroeléctrica y no tiene participación en el capital social de la empresa.

Pese a que la producción eléctrica de Itá garantiza 61% del consumo en el estado de Santa Catarina y 31% de la demanda de Río Grande do Sul, fronterizo con la Argentina y Uruguay, la energía de la planta será distribuida entre los socios del proyecto.

Las dos turbinas que comenzaron a operar el martes, por ejemplo, garantizan la autosuficiencia eléctrica de la CSN, que participó como socia en el proyecto precisamente con la condición de que la hidroeléctrica le suministre toda la energía que necesita en la actualidad.

La siderúrgica calcula que su participación en la planta eléctrica le garantizará un ahorro anual de unos US$ 55 millones.

Los 1.450 megavatios de capacidad de energía colocan a Itá no sólo como la mayor hidroeléctrica privada de América Latina, sino también como la séptima de Brasil, aunque lejos de las estatales Itaipú (la mayor planta del mundo con 12.000 megavatios) y Tucuruí (8.000 megavatios).

Según las cifras suministradas por el consorcio Itasa, la planta eléctrica generó 4.000 empleos directos y 1.500 indirectos.

La inundación de la represa obligó a la empresa a reubicar e indemnizar a 3.560 familias en 11 municipios.

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