Autorizaron la fusión de Quilmes y Brahma

El Gobierno argentino permitió la operación entre las cervecerías, aunque impuso a las empresas cumplir algunos requisitos como la venta de las marcas Bieckert y Palermo, entre otras.

13 enero, 2003

Así lo decidió ayer la Secretaría de Defensa de la Competencia,
que condicionó la operación al cumplimiento estricto de esos
requisitos, que incluyen la venta de plantas de elaboración
de cerveza que poseen ambas compañías en el país.

A través de esta operación, Brahma, controlada por Companhia de
Bebidas Das Americas, adquiere el 37,5 por ciento del capital
social de Quilmes y juntas se transforman en la principal
cervecería de Sudamérica.

La autorización final de la operación por parte del Estado
argentino quedó sujeta a una serie de compromisos que deberán
cumplir ambas firmas, en un período de 12 meses a partir de la
fecha.

Quilmes y Brahma deberán presentar ante la Comisión Nacional de
Defensa de la Competencia -dentro de los primeros 5 días de cada
mes- un exhaustivo informe de todas las acciones que vayan
desarrollando a los efectos de cumplir las exigencias para la
aprobación final de la operación.

La autorización final quedó sujeta a los siguientes
condicionamientos:

– Desprendimiento de activos:

– Quilmes y Brahma deberán vender a una nueva empresa que no
produzca cerveza en la Argentina y no mantenga vínculos
societarios ni alianzas estratégicas con esas empresas, los
siguientes activos: las marcas “Bieckert” y “Palermo”; “Heineken”
y/o “Imperial”; y, a opción de ese entrante, la marca “Norte”.

– También deberán vender la planta de producción de cerveza de
última generación que actualmente posee Brahma en Luján, cuya
capacidad de producción ronda los 2 millones de hectolitros
anuales (el volumen total del mercado argentino asciende a los 12
millones de hectolitros aproximadamente).

– Además, se deberá vender a un tercero distinto del entrante
mencionado y que no fabrique o comercialice cerveza en el mercado
argentino la planta de producción de malta que actualmente posee
Quilmes en Llavallol o, en su defecto, presentar un compromiso de
que, al menos durante el plazo de 10 años, concederán la
explotación de esa maltería al tercero en cuestión.

— Compromisos:

Quilmes y Brahma deberán también presentar los siguientes
compromisos:

– Por el término de 7 años permitirán y facilitarán el acceso,
sin limitación, a todas las redes de distribución utilizadas por
ellas de las cervezas fabricadas o comercializadas por el nuevo
entrante. Con esto, se busca que este nuevo actor tenga asegurada
la distribución hasta tanto pueda llevar a cabo las inversiones
que le permitan desarrollar su propia red, teniendo en cuenta que
la distribución resulta una cuestión clave para el desarrollo del
negocio y la inserción en el mercado.

– No podrán forzar ni inducir de forma alguna a sus clientes a
comprar conjuntamente con las cervezas por ellas fabricadas o
comercializadas, otros productos que, directa o indirectamente,
produzcan y/o comercialicen, impidiendo de esta manera lo que se
conoce como “venta atada”.

– Por el plazo de 2 años garantizarán al nuevo entrante, si
éste así lo solicita, la producción a pedido o por encargo, de una
cantidad de cerveza “Bieckert”, “Palermo”, “Norte” y “Heineken” o
“Imperial” igual al promedio de la producción de esas cervezas
registrada en los últimos 2 años, con más un 20 por ciento, en
cada una de las plantas en las que Quilmes lleva a cabo
actualmente la producción de la cerveza de dichas marcas.

Con estas condiciones se busca generar un nuevo competidor
internacional capaz de reemplazar la función que cumplía Brahma
-antes de su concentración con Quilmes- en su carácter de
reguladora de precios del mercado interno.

Así lo decidió ayer la Secretaría de Defensa de la Competencia,
que condicionó la operación al cumplimiento estricto de esos
requisitos, que incluyen la venta de plantas de elaboración
de cerveza que poseen ambas compañías en el país.

A través de esta operación, Brahma, controlada por Companhia de
Bebidas Das Americas, adquiere el 37,5 por ciento del capital
social de Quilmes y juntas se transforman en la principal
cervecería de Sudamérica.

La autorización final de la operación por parte del Estado
argentino quedó sujeta a una serie de compromisos que deberán
cumplir ambas firmas, en un período de 12 meses a partir de la
fecha.

Quilmes y Brahma deberán presentar ante la Comisión Nacional de
Defensa de la Competencia -dentro de los primeros 5 días de cada
mes- un exhaustivo informe de todas las acciones que vayan
desarrollando a los efectos de cumplir las exigencias para la
aprobación final de la operación.

La autorización final quedó sujeta a los siguientes
condicionamientos:

– Desprendimiento de activos:

– Quilmes y Brahma deberán vender a una nueva empresa que no
produzca cerveza en la Argentina y no mantenga vínculos
societarios ni alianzas estratégicas con esas empresas, los
siguientes activos: las marcas “Bieckert” y “Palermo”; “Heineken”
y/o “Imperial”; y, a opción de ese entrante, la marca “Norte”.

– También deberán vender la planta de producción de cerveza de
última generación que actualmente posee Brahma en Luján, cuya
capacidad de producción ronda los 2 millones de hectolitros
anuales (el volumen total del mercado argentino asciende a los 12
millones de hectolitros aproximadamente).

– Además, se deberá vender a un tercero distinto del entrante
mencionado y que no fabrique o comercialice cerveza en el mercado
argentino la planta de producción de malta que actualmente posee
Quilmes en Llavallol o, en su defecto, presentar un compromiso de
que, al menos durante el plazo de 10 años, concederán la
explotación de esa maltería al tercero en cuestión.

— Compromisos:

Quilmes y Brahma deberán también presentar los siguientes
compromisos:

– Por el término de 7 años permitirán y facilitarán el acceso,
sin limitación, a todas las redes de distribución utilizadas por
ellas de las cervezas fabricadas o comercializadas por el nuevo
entrante. Con esto, se busca que este nuevo actor tenga asegurada
la distribución hasta tanto pueda llevar a cabo las inversiones
que le permitan desarrollar su propia red, teniendo en cuenta que
la distribución resulta una cuestión clave para el desarrollo del
negocio y la inserción en el mercado.

– No podrán forzar ni inducir de forma alguna a sus clientes a
comprar conjuntamente con las cervezas por ellas fabricadas o
comercializadas, otros productos que, directa o indirectamente,
produzcan y/o comercialicen, impidiendo de esta manera lo que se
conoce como “venta atada”.

– Por el plazo de 2 años garantizarán al nuevo entrante, si
éste así lo solicita, la producción a pedido o por encargo, de una
cantidad de cerveza “Bieckert”, “Palermo”, “Norte” y “Heineken” o
“Imperial” igual al promedio de la producción de esas cervezas
registrada en los últimos 2 años, con más un 20 por ciento, en
cada una de las plantas en las que Quilmes lleva a cabo
actualmente la producción de la cerveza de dichas marcas.

Con estas condiciones se busca generar un nuevo competidor
internacional capaz de reemplazar la función que cumplía Brahma
-antes de su concentración con Quilmes- en su carácter de
reguladora de precios del mercado interno.

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