Anheuser-Busch: InBev la compra por 33.500 millones

El nuevo y tercer monto (US$ 52.000 millones) quebró la resistencia de A-B y se han iniciado tratativas. Esto disgusta a George Bush: su mandato termina con la “extranjerización” de la mayor cervecera norteamericana.

15 julio, 2008

Tampoco les cae bien a varios economistas serios, quienes empiezan a preguntarse ad&oacute;nde ir&aacute; a parar una man&iacute;a de fusiones y adquisiciones &ndash;cifrada en managers sin ideas- que s&oacute;lo beneficia a avispados intermediarios y especuladores. No s&oacute;lo en el negocio cervecero, claro.<br />
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Por un lado, InBev es un conglomerado de origen brasile&ntilde;o instalado en B&eacute;lgica para pagar menos impuestos. Una de sus marcas emblem&aacute;ticas, Quilmes, es argentina. Por el otro, Anheuser-Busch lleva 156 a&ntilde;os y su marca, Budweiser, es casi una leyenda. Ir&oacute;nicamente, si hay fusi&oacute;n s&oacute;lo quedar&aacute; la A-B checa, avatar de la divisi&oacute;n (siglo XIX) entre ambas ramas, la entonces austroh&uacute;ngara (cerveza tipo Pilsen) y la estadounidense (lager liviana, parecida a la Brahma de hasta hace unos cuarenta a&ntilde;os).<br />
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Mientras tanto se diluyeron las versiones de que un grupo de ejecutivos y t&eacute;cnicos amenazaba con renunciar si InBev tomaba la compa&ntilde;&iacute;a. Naturalmente, las bolsas de Nueva York &ndash;cuna de la obsesi&oacute;n por F&amp;A- y Bruselas inflaban ambas acciones por un solo motivo: el matrimonio formar&iacute;a el mayor conglomerado mundial en su negocio. La oferta hostil inicial cotizaba en US$ 65 la acci&oacute;n de A-B.<br />
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A su vez, el megafinancista Warren Buffett apoyaba la fusi&oacute;n. Berkshire Hathaway, su fondo inversor, es el segundo accionista de A-B. Sea como fuere, la propuesta era seductora, pues equival&iacute;a a 11,3 veces las utilidades proyectadas para 2009. Pero es relativamente inferior al monto que pag&oacute; SABMiller, hasta ahora tercera cervecera mundial, por la holandesa Koninklijke Grolsch: catorce veces los ingresos brutos de un a&ntilde;o. Como ironizan expertos brit&aacute;nicos y alemanes, &ldquo;ahora sent&eacute;monos a esperar que el enfriamiento del consumo norteamericano alcance a la cerveza&rdquo;-<br />
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Algunos expertos esperan, ahora, una batalla entre InBev y SABMiller. Al presente, la firma de Lovaina tiene Brahma, Quilmes, Stella Artois, Beck y Leffe. Es fuerte en Latinoam&eacute;rica, Europa central y oriental. En 2007 produjo 270 millones de hectolitros. La A-B norteamericana aporta Budweiser, Michelob y Tiger. Envasa 190 millones de hl. en EE.UU., Canad&aacute;, China y Latinoam&eacute;rica. En Argentina, la chilena CCU re&uacute;ne Budweiser, Schneider y una marca menor, Imperial. Volviendo a EE.UU.-Canad&aacute;, A-B domina el mercados (48%), seguida por Miller (18,5%), Coors (11%). Crown (5,5%) y marcas de menor participaci&oacute;n.<br />

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