Andersen quiere pelear

Arthur Andersen LLC radicará hoy una acción contra las acusaciones que la Fiscalía le hizo el viernes 15, en virtud de lo resuelto por el gran jurado en Houston (obstrucción a la justicia, quema de pruebas sobre maniobras en Enron).

18 marzo, 2002

Entretanto, la instancia federal no descarta una aceptación negociada de cargos. Esto lo atribuyen observadores neutrales a una posibilidad que, también, se baraja en Buenos Aires, San Pablo y Zürich: dificultades para probar fehacientemente parte de la acusación fiscal.

La fiscalía sostiene, empero, que la destrucción de documentos fue mayor de lo admitido por el estudio. Al parecer, se extendió a la sede de AA (Chicago) y filiales en Portland (Oregon) y Londres.

Andersen ha tratado de centrar las responsabilidades en el auditor jefe para Enron, David Duncan, y otros. Duncan, despedido en enero, colabora con los investigadores parlamentarios.

La pena máxima prevista incluye cinco años de prisión condicional y US$ 500.000 de multa a los presuntos reos. Pero, para Andersen, lo peor será una accesoria, que le vedará auditar balances de compañías registradas en la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores), que es su negocio clave.

Por su parte, la firma exigirá a las autoridades identificar a los responsables individuales y los delitos que se les incoan. También solicitará que la causa salga de Houston.

Hay una audiencia prevista por el tribunal para el miércoles. Mientras, con Japón, España y Chile habiendo anunciado su separación del sistema mundial de AA, se aguardaban novedades en el sudeste asiático, América latina y la Unión Europea.

En el caso argentino, AA está representado por Pistrelli Díaz y su plantilla de clientes importantes –la segunda, tras la fusión que creó PricewaterhouseCoopers- contiene no más de 8% de origen estadounidense. De hecho, la cartera tiene 40% de clientes locales y el resto, más de la mitad, son europeos.

Entretanto, la instancia federal no descarta una aceptación negociada de cargos. Esto lo atribuyen observadores neutrales a una posibilidad que, también, se baraja en Buenos Aires, San Pablo y Zürich: dificultades para probar fehacientemente parte de la acusación fiscal.

La fiscalía sostiene, empero, que la destrucción de documentos fue mayor de lo admitido por el estudio. Al parecer, se extendió a la sede de AA (Chicago) y filiales en Portland (Oregon) y Londres.

Andersen ha tratado de centrar las responsabilidades en el auditor jefe para Enron, David Duncan, y otros. Duncan, despedido en enero, colabora con los investigadores parlamentarios.

La pena máxima prevista incluye cinco años de prisión condicional y US$ 500.000 de multa a los presuntos reos. Pero, para Andersen, lo peor será una accesoria, que le vedará auditar balances de compañías registradas en la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores), que es su negocio clave.

Por su parte, la firma exigirá a las autoridades identificar a los responsables individuales y los delitos que se les incoan. También solicitará que la causa salga de Houston.

Hay una audiencia prevista por el tribunal para el miércoles. Mientras, con Japón, España y Chile habiendo anunciado su separación del sistema mundial de AA, se aguardaban novedades en el sudeste asiático, América latina y la Unión Europea.

En el caso argentino, AA está representado por Pistrelli Díaz y su plantilla de clientes importantes –la segunda, tras la fusión que creó PricewaterhouseCoopers- contiene no más de 8% de origen estadounidense. De hecho, la cartera tiene 40% de clientes locales y el resto, más de la mitad, son europeos.

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