Alitalia: una ofensiva intereuropea contra el salvataje
British Airways, Lufthansa y seis aerolíneas más sostienen, ante la Comisión Europea, que el salvataje de Alitalia viola normas sobre asistencia estatal. Bruselas ya había trabado el plan, porque tiene sus propias dudas.
La presentación del “frente contra Roma” se hizo ante Loyola Palacio, comisionada de Transportes. La principal objeción les cabe a las dos sociedades eventualmente sucesoras de Alitalia, Az Fly –inclusive se cuestiona el nombre, incorrecto en inglés- y Az Service. “Se quiere dividir una entidad para obtener utilidades que Alitalia entera no logra generar”, señala el memorando.
Por supuesto, la prensa italiana se pliega a Antonio Marzano, ministro de Producción y cerebro del salvataje. Así, un diario milanés observa que Lufthansa –una de las promotoras de la impugnación- es alemana y “Alemania no cede cuando se trata de intereses nacionales”.
Pero, advierten en Fráncfort y Londres, “una cosa es el estado germano y otra el italiano. Aparte, no parece muy nacionalista rebautizar en inglés empresas semipúblicas”. Por otro lado, la más interesada en frustrar el salvataje es British Airways, primera compradora potencial de Alitalia.
En cuanto a Marzano, su lenguaje no ayuda. Tras enterarse de la presentación colectiva ante la CE, calificó a sus firmantes como “buitres empeñados es deshacer nuestra obra”. Término curioso, partiendo de un gobierno que apoya a fondos buitres contra la Argentina.
El embate va más allá de las empresas en sí. En una fase tan crítica como la actual para el negocio global de aerotransportes, hay una puja que involucra alianzas bastante distintas entre sí. La más vieja (1992) es StarAlliance, creada por Air Canada y United Airlines, que ahora incluye otras trece líneas.
En 1999 se formó SkyTeam, entre Air France y Delta Air Lines; luego se unieron Alitalia, AeroMéxico, KLM (hoy fusionada con los franceses), CSA, Northwest, Continental y la surcoreana KAL. Finalmente, British Airways, American Airlines, Aer Lingus, Cathay Pacific, Qantas, FinnAir y LanChile integran OneWorld. Como se ve, dos de los grupos abarcan empresas en convocatoria.
La presentación del “frente contra Roma” se hizo ante Loyola Palacio, comisionada de Transportes. La principal objeción les cabe a las dos sociedades eventualmente sucesoras de Alitalia, Az Fly –inclusive se cuestiona el nombre, incorrecto en inglés- y Az Service. “Se quiere dividir una entidad para obtener utilidades que Alitalia entera no logra generar”, señala el memorando.
Por supuesto, la prensa italiana se pliega a Antonio Marzano, ministro de Producción y cerebro del salvataje. Así, un diario milanés observa que Lufthansa –una de las promotoras de la impugnación- es alemana y “Alemania no cede cuando se trata de intereses nacionales”.
Pero, advierten en Fráncfort y Londres, “una cosa es el estado germano y otra el italiano. Aparte, no parece muy nacionalista rebautizar en inglés empresas semipúblicas”. Por otro lado, la más interesada en frustrar el salvataje es British Airways, primera compradora potencial de Alitalia.
En cuanto a Marzano, su lenguaje no ayuda. Tras enterarse de la presentación colectiva ante la CE, calificó a sus firmantes como “buitres empeñados es deshacer nuestra obra”. Término curioso, partiendo de un gobierno que apoya a fondos buitres contra la Argentina.
El embate va más allá de las empresas en sí. En una fase tan crítica como la actual para el negocio global de aerotransportes, hay una puja que involucra alianzas bastante distintas entre sí. La más vieja (1992) es StarAlliance, creada por Air Canada y United Airlines, que ahora incluye otras trece líneas.
En 1999 se formó SkyTeam, entre Air France y Delta Air Lines; luego se unieron Alitalia, AeroMéxico, KLM (hoy fusionada con los franceses), CSA, Northwest, Continental y la surcoreana KAL. Finalmente, British Airways, American Airlines, Aer Lingus, Cathay Pacific, Qantas, FinnAir y LanChile integran OneWorld. Como se ve, dos de los grupos abarcan empresas en convocatoria.
