Aerolíneas: Bastos sugirió la quiebra

En opinión del ministro de Infraestructura argentino, esa es la mejor opción para la compañía. Una operación similar permitió en otro momento salvar a Panam “que fue absorbida por United”, ejemplificó el funcionario.

9 mayo, 2001

El ministro de Infraestructura y Vivienda de la Argentina, Carlos Bastos, propuso ayer (martes 08) que Aerolíneas Argentinas se declare en quiebra, recordando que una operación similar permitió el exitoso “traspaso de Panam (que también quebró) a United, sin que se perdiera ningún puesto de trabajo”.

De prosperar esta idea, el Estado español debería hacerse cargo de la deuda de US$ 900 millones que ahoga a la aerolínea, mientras que el control de la compañía podría pasar a manos de un nuevo accionista.

Hasta el momento, el candidato más firme para ocupar ese rol ha sido el titular de Aeropuertos Argentina 2000, Eduardo Eurnekián, quien hace un par de días viajó a España y mantuvo una entrevista con el presidente de la Sepi, Pedro Ferreras, para sugerir plazos para una futura adquisición.

El ministro de Infraestructura, por su parte, dijo en una reunión con una comisión del Congreso que analiza la crisis que atraviesa la aerolínea, que “el Estado argentino no pondrá un peso”, para sanear los números de la compañía porque se trata de una entidad “privada”.

“Una quiebra rápida de la empresa, y lograr la llegada de un nuevo accionista puede ser una solución para que pueda seguir operando”, afirmó el ministro, quien al mismo tiempo sugirió que es la Sociedad Estatal de participaciones Industriales (Sepi) la que debería hacerse cargo de la deuda.

El año pasado, Aerolíneas Argentinas arañó un pasivo de US$ 1.243 millones; a raíz de esto, los administradores españoles propusieron un plan de saneamiento financiero que implica la inversión de US$ 650 millones y varias medidas para reducir gastos, incluyendo un recorte de 1.430 puestos de trabajo mediante jubilaciones anticipadas y bajas incentivadas entre los 6.500 empleados de la empresa.

La decisión no encontró eco en muchos de los sindicatos, en especial el de los técnicos aeronáuticos de la empresa, quienes la semana pasada debieron aceptar la conciliación obligatoria que exigió el gobierno argentino, tras una huelga que paralizó a la compañía durante casi nueve días.

Ante los legisladores de la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones, El ministro Bastos reconoció que “el trámite de la quiebra puede llevar más tiempo del deseable”.

“Aerolíneas es una empresa privada, conducida por una empresa privada –dijo el funcionario- y todas las decisiones fueron tomadas por ella, sin intervención del Estado argentino”.

Aerolíneas Argentinas, que fue privatizada en 1991 y originalmente gestionada por la Iberia, pasó luego por las manos de la estadounidense American Airlines y, más recientemente, por SEPI.

El ministro de Infraestructura y Vivienda de la Argentina, Carlos Bastos, propuso ayer (martes 08) que Aerolíneas Argentinas se declare en quiebra, recordando que una operación similar permitió el exitoso “traspaso de Panam (que también quebró) a United, sin que se perdiera ningún puesto de trabajo”.

De prosperar esta idea, el Estado español debería hacerse cargo de la deuda de US$ 900 millones que ahoga a la aerolínea, mientras que el control de la compañía podría pasar a manos de un nuevo accionista.

Hasta el momento, el candidato más firme para ocupar ese rol ha sido el titular de Aeropuertos Argentina 2000, Eduardo Eurnekián, quien hace un par de días viajó a España y mantuvo una entrevista con el presidente de la Sepi, Pedro Ferreras, para sugerir plazos para una futura adquisición.

El ministro de Infraestructura, por su parte, dijo en una reunión con una comisión del Congreso que analiza la crisis que atraviesa la aerolínea, que “el Estado argentino no pondrá un peso”, para sanear los números de la compañía porque se trata de una entidad “privada”.

“Una quiebra rápida de la empresa, y lograr la llegada de un nuevo accionista puede ser una solución para que pueda seguir operando”, afirmó el ministro, quien al mismo tiempo sugirió que es la Sociedad Estatal de participaciones Industriales (Sepi) la que debería hacerse cargo de la deuda.

El año pasado, Aerolíneas Argentinas arañó un pasivo de US$ 1.243 millones; a raíz de esto, los administradores españoles propusieron un plan de saneamiento financiero que implica la inversión de US$ 650 millones y varias medidas para reducir gastos, incluyendo un recorte de 1.430 puestos de trabajo mediante jubilaciones anticipadas y bajas incentivadas entre los 6.500 empleados de la empresa.

La decisión no encontró eco en muchos de los sindicatos, en especial el de los técnicos aeronáuticos de la empresa, quienes la semana pasada debieron aceptar la conciliación obligatoria que exigió el gobierno argentino, tras una huelga que paralizó a la compañía durante casi nueve días.

Ante los legisladores de la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones, El ministro Bastos reconoció que “el trámite de la quiebra puede llevar más tiempo del deseable”.

“Aerolíneas es una empresa privada, conducida por una empresa privada –dijo el funcionario- y todas las decisiones fueron tomadas por ella, sin intervención del Estado argentino”.

Aerolíneas Argentinas, que fue privatizada en 1991 y originalmente gestionada por la Iberia, pasó luego por las manos de la estadounidense American Airlines y, más recientemente, por SEPI.

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