¿Y si Strauss-Kahn pelea la presidencia?
La política francesa vive en vilo desde que un juez estadounidense le levantó el arresto domiciliario a Dominique Strauss-Kahn, ex director gerente del Fondo Monetario. Los cargos por acoso sexual se agrietan: la dama no era un dechado de virtudes.
4 julio, 2011


<p>De inmediato, sus adherentes plantearon la vuelta de DS-K a la actividad pública. Mientras, un sondeo tras otro revelan fuerte apoyo de la gente para replantear la carrera hacia la presidencia del país. Después de todo, no hace mucho, el entonces precandidato socialista marchaba al frente de quienes podían vencer en 2012 a un Nicolas Sarkozy en declive político.<br />
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Martine Aubry, la socialista que –la semana anterior- se largó en pos de su candidatura justamente por ausencia de DS-K, fue clara. “La verdad se impondrá y quiero que sea lo más pronto posible”, sostuvo. Por ahora, empero, el pasaporte del causante sigue confiscado y el expediente no ha concluido. Casi como si fuera un tributo a las veleidades puritanas de la justicia aquende el Atlántico norte. <br />
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Por cierto, el viernes Joan Illuzzi-Orbon, fiscal jefe neoyorquina, admitió ante la corte estadual que “la solidez del caso ha sido afectada por brechas sustanciales de credibilidad”. En particular, surgieron dudas sobre la posición de la camarera o el valor de su denuncia inicial. A raíz de ello, la procuradoría consintió que, como solicitaban los abogados de DS-K, la fianza (un millón de dólares) le fuera restituida y cesase la obligación de vivir bajo custodia policial.<br />
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Las novedades generaron y generan asombro en Francia. Ya antes, el affair despertaba duras críticas al sistema judicial norteamericano por no haber tenido en cuenta la presunción de inocencia hasta demostrarse lo contrario. El partido Socialista expresó su alivio. Ahora, se especula con que extienda el plazo para registrar candidatos, que vence el día 13, apostando a la caída del caso en la próxima audiencia (lunes 18). <br />
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En carta remitida a los letrados de DS-K y conocida este fin de semana, la fiscalía admitió que la supuesta víctima había mentido al jurado. En realidad, tras el supuesto ataque la supuesta víctima, en desacuerdo con la paga recibida por sus favores, esperó que el todavía presidente del FMI se retirase y, recién en ese momento, lo denunció a un supervisor. De hecho, la empleada nacida en Guinea-Bissau primero limpió otro cuarto y el que había ocupado DS-K.<br />
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Sin embargo, a criterio del juez Michael Obus, “este caso no se ha cerrado y debe seguir su curso”. En otro plano, el probable regreso del dirigente socialista es un arma de dos filos. No tanto por ambiciones hoy presumibles, sino por eventuales consecuencias en las relaciones bilaterales. En efecto ¿cómo serán si Strauss-Kahn llega la presidencia tras haber sido procesado, al menos en parte, por un fiscal estadounidense?<br />
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Si bien Sarkozy ha mantenido hasta el momento un cauto, diplomático silencio sobre los problemas de DS-K, las campañas electorales suelen implicar operaciones muy sucias. Además, la tercera candidata en discordia, la ultraderechista Marine Le Pen, no dejará fácilmente que le birlen el segundo lugar en las encuestas. Sea después de DS-K, sea de Sarkozy.<br />
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