Xi Jin Ping consolida su posición como líder

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El Congreso del PC es la herramienta. No hay muchas pistas sobre futuras reformas.

La cumbre partidaria comienza hoy, un ámbito donde se espera que quede evidente su hegemonía indiscutible como dirigente, aunque en algunos ámbitos se comienza a hablar de una posible dictadura de Xi (formalmente comienza su segundo mandato como presidente del país).

Se especula con una de dos posibilidades. O bien Xi intenta profundizar el legado de apertura dejado por Deng (su predecesor), o bien se orientará a defender su posición hegemónica, la del partido, y en especial la de los más cercanos aliados.

Tanto su campaña firme contra la corrupción, como la defensa de los territorios que China considera suyos, cuenta con buen respaldo popular.

Durante su primer mandato, el dirigente estuvo secundado por personalidades que crecieron a la sombra de sus predecesores. Pero ahora, secundado por un equipo propio, de “leales”, podrá intentar abordar serias dificultades económicas y enormes problemas financieros.

Pero hay algo más: la búsqueda de un nuevo ciclo histórico. Mao Tse Tung venció a los enemigos de afuera. Den Xiao Ping tuvo éxito en la lucha contra el hambre. Xi busca reconocimiento y apoyo para el sistema económico y político vigente, un capitalismo de partido único.

El primer ministro, Li Keqiang, ha estado a la sombra de Xi, y muchos piensan que este congreso partidario puede decretar su eclipse definitivo.

En cambio, un miembro del Politburó, Wang Qishan, jefe de la campaña anticorrupción de Xi, se ha consolidado como el número dos del régimen, aunque ya está en edad de retiro.

Los observadores deslizan que, como estratega, Xi es inferior a Mao o a Den, pero su eficiencia en la gestión es legendaria. En suma, la incógnita es cuánto dominio podrá ejercer Xi sobre el pleno del congreso, y qué dirección serán sus próximos pasos.

 

 

 

 

 

 

 

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