Ahora bien, Knowledge@Wharton reunió un grupo de docentes y analistas para definir un panorama del nuevo año. Lo hicieron, pero mostrando hondas disidencias. En particular, respecto del PBI y los mercados norteamericanos.
EE.UU. y las incertidumbres
Crudos tejanos por encima de US$ 100 el barril, crisis hipotecaria y ola de iliquidez global rondan el mayor mercado financiero del mundo. Aunque nadie entre los panelistas cree que la recesión o el estancamiento inflacionario (estanflación) sean inevitables, casi todos anticipan un año pesado, por momentos desesperante.
“Hay poca claridad y una pila de incertidumbres”, sostiene Marshall Meyer, profesor de management. “Pero no me parece que la campaña electoral influya mucho, quizá porque la eventual fórmula demócrata enfrentará un oficialismo sin posibilidades, debido al declive de George W.Bush y su administración”. En este sentido, Jeremy Siegel (finanzas) ecuerda que sólo Barack Obama y John Edwards tienen en sus plataformas componentes abiertamente hostiles al sector privado o a los mercados.
Por lo demás, Siegel es un optimista incurable. Como auguraba en 2007, ahora espera que la economía se enfríe un poco en el primer semestre, sin llegar a una recesión, para rebotar en el segundo. Los peligros más severos provendrán de los precios petroleros y alimentarios, no de la crisis inmobiliaria. “La gente asimiló bastante bien la nafta a 77,5 centavos el litro (US$ 3 por galón) pero, si pasa de un dólar (4), habrá problemas”.
Este analista estima que el PBI anualizado aumentará de 1 a 2% en la primera mitad de 2008, para alcanzar 3% en la segunda. Siegel está seguro de que la crisis hipotecaria se habrá agotado a mediados de año. No obstante, “habrá riesgo de recesión o estanflación si los combustibles continúan subiendo y frenan el gasto del público”.
A diferencia de otros panelistas, este docente resta relevancia al reciente informe oficial, según el cual el desempleo creció en diciembre a 5% de la población urbana activa, máximo desde 2005. Siegel afirma que las cosas no andan tan mal, pues la masa empleada ha seguido sostenida. También piensa que la bolsa deparará retornos de 10 a 12% en términos del Standard& Poor’s 500. Hace un año anunciaba casi lo mismo, pero hoy el Dow Jones 30 está más cerca de los mínimos que del récord de 2007.
En un registro muy diferente, Franklin Allen (macroeconomía) considera que los precios de vivienda y combustibles “seguirán siendo claves negativas. Determinarán el curso de los mercados financieros y sus efectos en la economía real, mercados especulativos inclusive”,
En su opinión, opuesta a la de Siegel, “los agentes inmobiliarios están pasando unidades invendibles al segmento de alquileres, lo cual deprime márgenes y éstos ya no cubren costos adicionales. Cuando resulta mucho más barato alquilar que comprar, los precios caen aún más y, con el tiempo, el costo de ser propietario se acerca al de ser inquilino”.
Allen también presume que, con crudos a US$ 100 el barril o más, los costos de combustibles y energía pesarán más en la economía real y los mercados. A diferencia de su colega, no cree que los hidrocarburos bajen significativamente en el mediano plazo (US$ 88/94 puede ser el piso). Más bien, lo contrario.
Entretanto, Wall Street será muy afectada por las perspectivas recesivas, a su vez condicionadas por la crisis inmobiliaria. En determinado momento, “las acciones quedarán muy sobrevaluadas por esa causa y caerán en forma substancial. La Reserva Federal no tiene instrumentos para encarar ese problema, pues su medicina habitual, la rebaja de tasas, podría resultar inflacionaria”.
Cuando China estornuda…
A criterio de Meyer, la economía china sigue siendo decisiva para el resto del mundo y los mercados de riesgo. Su fuerte demanda de hidrocarburos y otros productos primarios empujará las cotizaciones, si bien los funcionarios del banco central están adoptando medidas extremas para enfriar la economía y frenar la inflación. Si surten efecto, tal vez frenen los precios de insumos primarios, pero también podrían enfriar el crecimiento mundial en 2008.
Para domeñar la inflación, China endurece el crédito. Las sucursales bancarias regionales y locales se someten a un contralor central más fuerte, para que los préstamos se orienten a deudores solventes, capaces de repagar en forma y término. Paralelamente, para desinflar la burbuja bursátil de 2006/7 las autoridades han ordenado a los fondos mutuales locales dejar de comprar acciones en el país.
En otro plano, Meyer sostiene que “EE.UU. deberá resignarse a pagar impuesto más altos, empezando por los sectores prósperos”. Washington deberá abandonar la “bushonomía”, que exime de tributos a esos estamentos, y encarar el déficit federal, gastos militares inclusive. “No creo que se llegue a tasa cero sobre bienes raíces, como prevé una ley para 2010”.
Cautela en Latinoamérica
Al sur del río Bravo, el ritmo de crecimiento en 2008 será más moderado que en 2007. A juicio de varios analistas de Wharton hay mejor clima en cono sur (Argentina, Uruguay, Chile) que en México, Centroamérica y las Antillas.
El PB regional habrá subido casi 7% el año pasado. Sin embargo, la crisis hipotecaria norteamericana quizá recorte a 4,5% la expansión este año. Pero con matices: el PB sudamericano puede incrementarse 5,5%, básicamente gracias a Brasil, Argentina, Perú y Venezuela. Igualmente quedará por debajo de los dos años anteriores,
Para Argentina, el panel pronostica 6/6,5% en 2008, bajo el 8,5% de 2007. Para Chile, una economía aún poco diversificada, anticipa un moderado 5,5%. Lo mismo se espera para Uruguay, donde el alto costo de vida en dólares –fruto de un peso sobrevaluado- plantea problemas políticos.
Paraguay espera un modesto 3,5%, Bolivia algo más (4%) y Perú 7,3%. El ritmo cede a 3% en Ecuador, sube a 4,5% en Brasil, 4,8% en la borrascosa Colombia y 7% en Venezuela. Por el contrario, los PBI de México y Centroamérica quizá promedien 4% de descenso. Un detalle: las estimaciones oficiales de cada país no coinciden con las de Wharton.
Ahora bien, Knowledge@Wharton reunió un grupo de docentes y analistas para definir un panorama del nuevo año. Lo hicieron, pero mostrando hondas disidencias. En particular, respecto del PBI y los mercados norteamericanos.
EE.UU. y las incertidumbres
Crudos tejanos por encima de US$ 100 el barril, crisis hipotecaria y ola de iliquidez global rondan el mayor mercado financiero del mundo. Aunque nadie entre los panelistas cree que la recesión o el estancamiento inflacionario (estanflación) sean inevitables, casi todos anticipan un año pesado, por momentos desesperante.
“Hay poca claridad y una pila de incertidumbres”, sostiene Marshall Meyer, profesor de management. “Pero no me parece que la campaña electoral influya mucho, quizá porque la eventual fórmula demócrata enfrentará un oficialismo sin posibilidades, debido al declive de George W.Bush y su administración”. En este sentido, Jeremy Siegel (finanzas) ecuerda que sólo Barack Obama y John Edwards tienen en sus plataformas componentes abiertamente hostiles al sector privado o a los mercados.
Por lo demás, Siegel es un optimista incurable. Como auguraba en 2007, ahora espera que la economía se enfríe un poco en el primer semestre, sin llegar a una recesión, para rebotar en el segundo. Los peligros más severos provendrán de los precios petroleros y alimentarios, no de la crisis inmobiliaria. “La gente asimiló bastante bien la nafta a 77,5 centavos el litro (US$ 3 por galón) pero, si pasa de un dólar (4), habrá problemas”.
Este analista estima que el PBI anualizado aumentará de 1 a 2% en la primera mitad de 2008, para alcanzar 3% en la segunda. Siegel está seguro de que la crisis hipotecaria se habrá agotado a mediados de año. No obstante, “habrá riesgo de recesión o estanflación si los combustibles continúan subiendo y frenan el gasto del público”.
A diferencia de otros panelistas, este docente resta relevancia al reciente informe oficial, según el cual el desempleo creció en diciembre a 5% de la población urbana activa, máximo desde 2005. Siegel afirma que las cosas no andan tan mal, pues la masa empleada ha seguido sostenida. También piensa que la bolsa deparará retornos de 10 a 12% en términos del Standard& Poor’s 500. Hace un año anunciaba casi lo mismo, pero hoy el Dow Jones 30 está más cerca de los mínimos que del récord de 2007.
En un registro muy diferente, Franklin Allen (macroeconomía) considera que los precios de vivienda y combustibles “seguirán siendo claves negativas. Determinarán el curso de los mercados financieros y sus efectos en la economía real, mercados especulativos inclusive”,
En su opinión, opuesta a la de Siegel, “los agentes inmobiliarios están pasando unidades invendibles al segmento de alquileres, lo cual deprime márgenes y éstos ya no cubren costos adicionales. Cuando resulta mucho más barato alquilar que comprar, los precios caen aún más y, con el tiempo, el costo de ser propietario se acerca al de ser inquilino”.
Allen también presume que, con crudos a US$ 100 el barril o más, los costos de combustibles y energía pesarán más en la economía real y los mercados. A diferencia de su colega, no cree que los hidrocarburos bajen significativamente en el mediano plazo (US$ 88/94 puede ser el piso). Más bien, lo contrario.
Entretanto, Wall Street será muy afectada por las perspectivas recesivas, a su vez condicionadas por la crisis inmobiliaria. En determinado momento, “las acciones quedarán muy sobrevaluadas por esa causa y caerán en forma substancial. La Reserva Federal no tiene instrumentos para encarar ese problema, pues su medicina habitual, la rebaja de tasas, podría resultar inflacionaria”.
Cuando China estornuda…
A criterio de Meyer, la economía china sigue siendo decisiva para el resto del mundo y los mercados de riesgo. Su fuerte demanda de hidrocarburos y otros productos primarios empujará las cotizaciones, si bien los funcionarios del banco central están adoptando medidas extremas para enfriar la economía y frenar la inflación. Si surten efecto, tal vez frenen los precios de insumos primarios, pero también podrían enfriar el crecimiento mundial en 2008.
Para domeñar la inflación, China endurece el crédito. Las sucursales bancarias regionales y locales se someten a un contralor central más fuerte, para que los préstamos se orienten a deudores solventes, capaces de repagar en forma y término. Paralelamente, para desinflar la burbuja bursátil de 2006/7 las autoridades han ordenado a los fondos mutuales locales dejar de comprar acciones en el país.
En otro plano, Meyer sostiene que “EE.UU. deberá resignarse a pagar impuesto más altos, empezando por los sectores prósperos”. Washington deberá abandonar la “bushonomía”, que exime de tributos a esos estamentos, y encarar el déficit federal, gastos militares inclusive. “No creo que se llegue a tasa cero sobre bienes raíces, como prevé una ley para 2010”.
Cautela en Latinoamérica
Al sur del río Bravo, el ritmo de crecimiento en 2008 será más moderado que en 2007. A juicio de varios analistas de Wharton hay mejor clima en cono sur (Argentina, Uruguay, Chile) que en México, Centroamérica y las Antillas.
El PB regional habrá subido casi 7% el año pasado. Sin embargo, la crisis hipotecaria norteamericana quizá recorte a 4,5% la expansión este año. Pero con matices: el PB sudamericano puede incrementarse 5,5%, básicamente gracias a Brasil, Argentina, Perú y Venezuela. Igualmente quedará por debajo de los dos años anteriores,
Para Argentina, el panel pronostica 6/6,5% en 2008, bajo el 8,5% de 2007. Para Chile, una economía aún poco diversificada, anticipa un moderado 5,5%. Lo mismo se espera para Uruguay, donde el alto costo de vida en dólares –fruto de un peso sobrevaluado- plantea problemas políticos.
Paraguay espera un modesto 3,5%, Bolivia algo más (4%) y Perú 7,3%. El ritmo cede a 3% en Ecuador, sube a 4,5% en Brasil, 4,8% en la borrascosa Colombia y 7% en Venezuela. Por el contrario, los PBI de México y Centroamérica quizá promedien 4% de descenso. Un detalle: las estimaciones oficiales de cada país no coinciden con las de Wharton.