Washington: demócratas, republicanos y un acuerdo
Ceden las tensiones entre oficialismo y oposición en torno del tope para el endeudamiento federal. El consiguiente programa será duro, pero implica una oportunidad. Ahora hay que trabajar contra el reloj declaró el presidente Barack Obama.
20 julio, 2011
<p>En realidad, lo que ocurrió es menos espectacular y no justifica la “pequeña euforia” en Wall Street” (alzas de 1,3 a 1,9%). Sencillamente, se formó un comité bipartidario de legisladores, cuya meta es producir un plan más que ortodoxo. O sea, recortes de gastos y -como quiere el mandatario- aumento de impuestos en un decenio.<br />
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A apenas catorce días de vencer el plazo para subir el techo del pasivo (US$ 14,3 billones), 2 de agosto, surgió un compromiso más o menos pragmático. Ese grupo resolverá qué erogaciones rebajar, qué tributos elevar y a quiénes. En general, los analistas esperan “un paquete indigesto” (ironizaba Paul Krugman en su sitio) para unos y otros.<br />
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A los demócratas les costará aceptar recortes en el plan de atención médica para jubilados. Los republicanos, en cambio, siguen atados a imprudente promesas de menos impuestos a ricos, hechas a los ultras del Tea party. <br />
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Pero no todo es miel sobre hojuelas. En abierto desafio a Obama y el comité ad hoc, la cámara de diputados pasó un proyecto de ley auspiciado por ese grupo fundamentalista. El texto condiciona el incremento del tope a la deuda federal a “ulteriores ahorros presupuestarios”. Pero contiene algo explosivo: una enmienda constitucional que garantice el equilibrio fiscal.<br />
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