Wall Street inquieta por el caso Pou

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Los banqueros temen que se vulnere la confidencialidad de sus operaciones. A Machinea le preocupa la visión de inversores. Se teme que las desinteligencias en la Alianza afecten la reactivación. Podría verse perjudicada la reactivación.

Los inversores institucionales comenzaron a mostrar su incertidumbre sobre la estabilidad del presidente del Banco Central, Pedro Pou, en la mira por las denuncias sobre supuestas operaciones de lavado de dinero.

La inquietud tuvo asidero ante la voluntad expresada ayer por funcionarios del Poder Ejecutivo y dirigentes de la oposición que solicitaron la destitución del titular del BCRA (ver ” Presionan para apartar a Pou del Central”).

El microcentro porteño tampoco está tranquilo ; lo que empieza a preocupar es que, a partir de ahora, el caso del lavado de dinero ingrese en una escalada y “se vaya de madre”, como advirtió un banquero que suele hablar sin reservas con la prensa, pero que ayer pidió el anonimato y que señaló algunos de los efectos indeseados que podría traer el desborde:

· Si se instala en el mundo la versión de que la Argentina es un centro importante de lavado de dinero, puede haber sacudones en el sistema.

· Que el Fisco profundice las investigaciones sobre el accionar de la banca argentina en el universo de la banca “off shore” y los paraísos fiscales; muchas entidades locales tienen sucursales en lugares tales como la isla Grand Cayman, por ejemplo. Y otro tanto ocurre con empresas que no pertenecen al sector financiero.

“Una investigación por lavado de dinero es una cosa, pero si eso da pie para investigar cómo hacen los argentinos para sacar plata del país para no mostrársela a la DGI, esto se pone castaño oscuro”, dijo un financista .

El ex ministro de Economía Roberto Alemann relató cómo hace EE.UU. para cobrarle impuestos a los contribuyentes de ese país que tienen plata en estos paraísos: “El Fisco sabe que hay gente que evade impuestos a las Ganancias; entonces llama a los bancos con sedes en los paraísos fiscales y les dicen que tendrán que colaborar en la lucha contra la evasión mediante una retención de Ganancias que le aplicarán a sus clientes. Y si no lo hacen, les quitan la licencia para operar en los EE.UU”.

Frente a este contexto plagado de temores y dudas sobre el futuro, los analistas económicos aseguran que, más allá de sus discrepancias conocidas con el presidente del Banco Central, Pedro Pou, y de las controversias que su figura genera, el ministro José Luis Machinea se aferrará a la letra de la ley de lavado, que en lo que se refiere a la Unidad de Información Financiera por formarse establece que deberá integrarla, entre otros funcionarios, el titular del BCRA.

En el entorno del jefe del Palacio de Hacienda sienten que los inversores y los organismos internacionales de crédito observan de cerca la resolución de este problema. “De hecho, cuando Machinea se reunió con Larry Summers (el ex secretario del Tesoro de EE.UU.) para terminar de abrochar el blindaje, se dio cuenta de que él le preguntaba muy insistentemente sobre el problema del lavado y qué estaba haciendo la Argentina al respecto”, recordaba anoche ante el diario La Nación un allegado a Machinea.

El problema para el Gobierno, dicen algunos operadores, es que los ataques contra el titular del Central no provienen del Partido Justicialista sino de la Alianza; la reactivación, razonan, podría verse nuevamente frustrada si por la cuestión del lavado de dinero se ponen en evidencia profundas divisiones en la Alianza y esto termine por poner en duda la gobernabilidad.

Los inversores institucionales comenzaron a mostrar su incertidumbre sobre la estabilidad del presidente del Banco Central, Pedro Pou, en la mira por las denuncias sobre supuestas operaciones de lavado de dinero.

La inquietud tuvo asidero ante la voluntad expresada ayer por funcionarios del Poder Ejecutivo y dirigentes de la oposición que solicitaron la destitución del titular del BCRA (ver ” Presionan para apartar a Pou del Central”).

El microcentro porteño tampoco está tranquilo ; lo que empieza a preocupar es que, a partir de ahora, el caso del lavado de dinero ingrese en una escalada y “se vaya de madre”, como advirtió un banquero que suele hablar sin reservas con la prensa, pero que ayer pidió el anonimato y que señaló algunos de los efectos indeseados que podría traer el desborde:

· Si se instala en el mundo la versión de que la Argentina es un centro importante de lavado de dinero, puede haber sacudones en el sistema.

· Que el Fisco profundice las investigaciones sobre el accionar de la banca argentina en el universo de la banca “off shore” y los paraísos fiscales; muchas entidades locales tienen sucursales en lugares tales como la isla Grand Cayman, por ejemplo. Y otro tanto ocurre con empresas que no pertenecen al sector financiero.

“Una investigación por lavado de dinero es una cosa, pero si eso da pie para investigar cómo hacen los argentinos para sacar plata del país para no mostrársela a la DGI, esto se pone castaño oscuro”, dijo un financista .

El ex ministro de Economía Roberto Alemann relató cómo hace EE.UU. para cobrarle impuestos a los contribuyentes de ese país que tienen plata en estos paraísos: “El Fisco sabe que hay gente que evade impuestos a las Ganancias; entonces llama a los bancos con sedes en los paraísos fiscales y les dicen que tendrán que colaborar en la lucha contra la evasión mediante una retención de Ganancias que le aplicarán a sus clientes. Y si no lo hacen, les quitan la licencia para operar en los EE.UU”.

Frente a este contexto plagado de temores y dudas sobre el futuro, los analistas económicos aseguran que, más allá de sus discrepancias conocidas con el presidente del Banco Central, Pedro Pou, y de las controversias que su figura genera, el ministro José Luis Machinea se aferrará a la letra de la ley de lavado, que en lo que se refiere a la Unidad de Información Financiera por formarse establece que deberá integrarla, entre otros funcionarios, el titular del BCRA.

En el entorno del jefe del Palacio de Hacienda sienten que los inversores y los organismos internacionales de crédito observan de cerca la resolución de este problema. “De hecho, cuando Machinea se reunió con Larry Summers (el ex secretario del Tesoro de EE.UU.) para terminar de abrochar el blindaje, se dio cuenta de que él le preguntaba muy insistentemente sobre el problema del lavado y qué estaba haciendo la Argentina al respecto”, recordaba anoche ante el diario La Nación un allegado a Machinea.

El problema para el Gobierno, dicen algunos operadores, es que los ataques contra el titular del Central no provienen del Partido Justicialista sino de la Alianza; la reactivación, razonan, podría verse nuevamente frustrada si por la cuestión del lavado de dinero se ponen en evidencia profundas divisiones en la Alianza y esto termine por poner en duda la gobernabilidad.

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