lunes, 8 de diciembre de 2025

Ventas Pyme: una recuperación que no despega

Las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas volvieron a mostrar señales contradictorias en junio de 2025. Si bien el acumulado semestral presenta un crecimiento interanual del 9,1 %, la comparación contra junio del año pasado muestra una caída real del 0,5 %, y el retroceso respecto al mes anterior fue de un preocupante 6,7 % desestacionalizado.

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A primera vista, los números parecen promisorios: tras un primer semestre de 2024 devastado por la recesión, el rebote interanual resulta estadísticamente alentador. Sin embargo, un análisis más profundo revela una dinámica frágil, con ventas sostenidas por promociones, descuentos agresivos y cuotas, en un entorno de consumo retraído. Como en un péndulo, los indicadores se balancean entre repuntes estacionales y una demanda que no encuentra piso ni impulso genuino.

Un mercado segmentado y estacional

El informe del Índice de Ventas Minoristas de CAME ofrece una radiografía precisa del escenario. En junio, sólo cinco de los siete rubros analizados mostraron variaciones interanuales positivas, liderados por alimentos y bebidas (+7,4 %) y farmacia, donde la demanda estacional empujó la venta de medicamentos invernales. Ferretería y perfumería también crecieron, aunque con márgenes muy estrechos.

En cambio, el resto del comercio minorista no logró revertir la tendencia negativa. Las ventas de calzado y marroquinería cayeron un 5,2 % interanual, y el rubro de bazar, decoración y muebles se contrajo un 5,7 %. El caso más paradigmático es el del textil e indumentaria: ni las promociones por el Día del Padre ni las ofertas de temporada lograron repuntar el consumo, que sigue por debajo incluso de los niveles del año pasado.

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Estrategias de resistencia

Detrás de estos datos se esconde una dinámica defensiva. Los comercios apuntan a sostener la actividad mediante un abanico de recursos: promociones, redes sociales, delivery, cuotas con tarjeta, descuentos por pago en efectivo. Pero estas herramientas —eficaces en tiempos de expansión— se ven desdibujadas en un contexto donde el poder adquisitivo retrocede y las tasas de interés desincentivan el consumo financiado.

Los testimonios de comerciantes relevados por CAME dibujan un panorama de alta incertidumbre: presión impositiva, costos fijos en alza, escasa circulación en la vía pública y fuerte competencia informal. En todos los rubros se repite el mismo patrón: una demanda concentrada en productos esenciales, mayor uso de marcas alternativas y caída en la cantidad de unidades por ticket.

Incluso en sectores donde se registraron mejoras, como farmacia o alimentos, el repunte no fue homogéneo. El cobro del aguinaldo y las fechas especiales apenas alcanzaron para evitar una caída más pronunciada. La estacionalidad explica más que la mejora estructural.

Expectativas divididas

El 58,3 % de los comerciantes consultados considera que la situación de su negocio se mantuvo respecto al año anterior. Solo un 27,5 % dice que empeoró. Pero mirando hacia adelante, el 50 % cree que el próximo año traerá mejoras, frente a un 7,8 % que espera un escenario peor.

Este dato encierra un optimismo cauteloso. La mayoría de los empresarios pyme confía en una recuperación, aunque el presente aún impone cautela. Las herramientas disponibles parecen haber alcanzado su límite, y la recuperación del consumo dependerá cada vez más de factores exógenos: estabilidad macroeconómica, recomposición del ingreso real y acceso al crédito.

Una economía que aún no encontró su eje

La lectura estructural del informe permite una conclusión clara: el consumo minorista pyme, motor del mercado interno argentino, continúa operando en modo resistencia. El rebote estadístico de las ventas acumuladas no se traduce en un cambio de tendencia sostenible. A seis meses de iniciado el año, la economía parece haber frenado su caída, pero no logra recuperar velocidad.

El mercado de consumo sigue segmentado, con brechas entre rubros esenciales y productos prescindibles, entre canales tradicionales e informales, entre comercios que sobreviven con márgenes mínimos y aquellos que no pueden sostener su estructura.

Como en otros momentos de la historia argentina, el termómetro del comercio minorista anticipa las tensiones del entramado productivo. El índice de ventas PyME no solo mide transacciones: mide expectativas, confianza y, sobre todo, la capacidad del país de reconstruir un sendero de crecimiento inclusivo.

Fuente: Informe CAME – Índice de Ventas Minoristas PyME – Junio 2025

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