Venezuela estrecha vínculos con Irán para contrapesar a EE.UU.

En realidad, Caracas tiene estrechas relaciones con los países petroleros musulmanes desde los años 70. Ahora, simplemente las acentúa para equilibrar la influencia de Washington, acercándose a Tehrán.

24 agosto, 2006

Durante el reciente viaje a Irán de Hugo Chávez y Rafael Ramírez, su ministro de petróleo, ambos países acordaron la producción conjunta de una docena de rubros. Desde crudos hasta medicamentos. Pero ahora, tras el cese de fuego entre Israel y Hezbollá, circulan versiones sobre una idea de Irán y Siria: incluir tropas venezolanas en el contingente de Naciones Unidas.

Esto ha erizado la piel de EE.UU. y Colombia (incondicional a Washington junto con Centroamérica). No obstante, Brasil, Méjico y Argentina ven con buenos ojos la iniciativa, que debiera partir –claro- de Caracas.

Días atrás, Washington cometió otro de sus típicos errores geopolíticos: designar veteranos de la CIA para supervisar operaciones de inteligencia en Venezuela y Caracas. Al mismo tiempo, un columnista de Buenos Aires vinculado al departamento de estado “descubría” una presunta maniobra de Néstor Kirchner para impulsar una reforma constitucional.

Nadie lo tomó en serio, pero se lo vio como reacción indirecta a los lazos entre Argentina y Venezuela. Similar eco tuvieron opiniones televisuales de un analista otrora vinculado al trotsquismo, luego al masserismo y finalmente al menemismo.

Durante el reciente viaje a Irán de Hugo Chávez y Rafael Ramírez, su ministro de petróleo, ambos países acordaron la producción conjunta de una docena de rubros. Desde crudos hasta medicamentos. Pero ahora, tras el cese de fuego entre Israel y Hezbollá, circulan versiones sobre una idea de Irán y Siria: incluir tropas venezolanas en el contingente de Naciones Unidas.

Esto ha erizado la piel de EE.UU. y Colombia (incondicional a Washington junto con Centroamérica). No obstante, Brasil, Méjico y Argentina ven con buenos ojos la iniciativa, que debiera partir –claro- de Caracas.

Días atrás, Washington cometió otro de sus típicos errores geopolíticos: designar veteranos de la CIA para supervisar operaciones de inteligencia en Venezuela y Caracas. Al mismo tiempo, un columnista de Buenos Aires vinculado al departamento de estado “descubría” una presunta maniobra de Néstor Kirchner para impulsar una reforma constitucional.

Nadie lo tomó en serio, pero se lo vio como reacción indirecta a los lazos entre Argentina y Venezuela. Similar eco tuvieron opiniones televisuales de un analista otrora vinculado al trotsquismo, luego al masserismo y finalmente al menemismo.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades