<p>Naturalmente, quienes ya producen rubros de esta categoría destapan botellas (de espumante orgánico). La papa Amflora fue desarrollada por Badische Anilin & Soda Fabrik (BASF), un grupo fundado en 1865 en Baden-Württemberg, sudoeste de Alemania. Su objeto no es hacer puré, sino almidón de alta calidad como insumo industrial; por ejemplo, para manufacturar papel o textiles.<br />
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Tanto partidarios como oponentes de los OGM señalan que la CE, después de doce años de choques entre burócratas, científicos, agrónomos y letrados, admite más flexibilidad en el tema. “Esperemos que esta decisión marque un hito en materia de innovaciones. Luego de tanto tiempo, nos complace que la CE haya dado luz verde a Amflora”, declaró Stefan Marcinowski, miembro del directorio de BASF.<br />
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La empresa proyecta empezar a cultivar la papa mágica este año sobre 250 hectáreas en República Checa, Suecia y Alemania. Resignado, Marco Contiero (Greenpeace) acepta un hecho consumado: la Unión Europea ha abierto la puerta a los OGM.<br />
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Por supuesto, estas innovaciones ecológicas ya ingresan en diversas formas a potencias agrícolas como Brasil, Estados Unidos, Canadá, Argentina, India, etc. Antes de Amflora, solo un OGM pasó el tamiz europeo en 1998: el maíz MON810 de Monsanto.<br />
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Al anunciar la noticia, John Dalli (nuevo comisario de salud en la CE) declaró que “todos los reparos científicos han sido superados. Posponer decisiones carece de justificativo”. Esto irritó al ministro italiano de agricultura, Luca Zaia, que amenazó con una “coalición de países europeos contra BASF”. Esto no asusta a nadie, porque la UE dista de ser una potencia en OGM, ámbito dominado en 2008 por EE.UU. (50,4% del mercado), Argentina (16,4%), Brasil 13,1%), Canadá (6,1%) e India (5,4%).<br />
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Unión Europea aprobó una papa genéticamente alterada
Se trata del primer organismo genéticamente modificado (OGM) aceptado en doce años por la Unión Europea. Desde ahora, esa papa podrá explotarse en los veintisiete países del grupo. Algunos analistas festejan, otros deploran.