Ochenta y dos por ciento de los 800 ciudadanos de Buenos Aires y su conurbano, encuestados a pedido de la consultora Econométrica, creen que el Gobierno “está yendo por mal camino” y sólo 6,8% considera lo contrario.
El informe mensual de esa consultora, al que tuvo acceso MERCADO, asegura que octubre “fue el peor mes desde el punto de vista político para el gobierno de Fernando de la Rúa”.
El resultado de la encuesta, “que muestra un elevado y creciente pesimismo de la población, tiene como telón de fondo una realidad económica que muestra pocos y débiles signos de recuperación”, dice el informe.
El hecho de que la tasa de riesgo país haya recuperado los altos niveles que tenía en los meses previos a la elección presidencial de octubre de 1999 “está indicando que la combinación de crisis política y estancamiento económico ha hecho colapsar la estrategia inicial del Gobierno”, sostiene el trabajo.
Según Econométrica, esa estrategia postulaba la reactivación de la economía a partir de una reducción drástica del déficit fiscal, tal como hizo en marzo de 1995 el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, para salir de la crisis provocada por la devaluación del peso mexicano (efecto tequila).
El informe explica que la misma estrategia fracasó ahora porque el actual contexto internacional es “mucho más desfavorable” que el de entonces, los mercados internacionales de capitales son mucho más volátiles, la deuda pública saltó de 30,6% del PBI a fines de 1994 a 43,1% a fines de 1999 y, al haberse completado el proceso de privatización de empresas públicas y de internacionalización de compañías privadas argentinas, no hay para la inversión extranjera directa un marco tan atractivo como el que había cinco años atrás.
Por lo tanto, indica el trabajo, “sólo se notaron los efectos recesivos del ajuste fiscal”.
Econométrica percibe que ahora el Gobierno varió su estrategia y apunta a “una contención del gasto público que posibilite la reducción de impuestos para incentivar la inversión privada”, así como a “la realización de obras de infraestructura mediante financiamiento extrapresupuestario”.
Asimismo, “toma un conjunto de decisiones en materia de desregulación de mercados de servicios públicos y de renegociación de contratos de concesión de algunos de estos servicios para provocar un shock de inversiones externas”.
La consultora cree que “el cambio de estrategia del gobierno llega en un momento en que los indicadores económicos son más alentadores”, y señala como ejemplo de ello la evolución reciente del nivel de actividad industrial, la construcción, el consumo de servicios públicos, las ventas de supermercados y shopping centers, y el crédito al sector privado.
Sin embargo, no se anima a pronosticar un crecimiento sostenido de la economía, debido a las consecuencias de la reciente crisis política y a que el contexto internacional continúa siendo desfavorable.
“Para alcanzar el crecimiento económico sostenido, es necesario que varios meses de indicadores favorables provoquen un cambio de expectativas que modifiquen el pesimismo actual y de esta forma dar lugar al inicio del círculo virtuoso”, advierte el informe.
Ochenta y dos por ciento de los 800 ciudadanos de Buenos Aires y su conurbano, encuestados a pedido de la consultora Econométrica, creen que el Gobierno “está yendo por mal camino” y sólo 6,8% considera lo contrario.
El informe mensual de esa consultora, al que tuvo acceso MERCADO, asegura que octubre “fue el peor mes desde el punto de vista político para el gobierno de Fernando de la Rúa”.
El resultado de la encuesta, “que muestra un elevado y creciente pesimismo de la población, tiene como telón de fondo una realidad económica que muestra pocos y débiles signos de recuperación”, dice el informe.
El hecho de que la tasa de riesgo país haya recuperado los altos niveles que tenía en los meses previos a la elección presidencial de octubre de 1999 “está indicando que la combinación de crisis política y estancamiento económico ha hecho colapsar la estrategia inicial del Gobierno”, sostiene el trabajo.
Según Econométrica, esa estrategia postulaba la reactivación de la economía a partir de una reducción drástica del déficit fiscal, tal como hizo en marzo de 1995 el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, para salir de la crisis provocada por la devaluación del peso mexicano (efecto tequila).
El informe explica que la misma estrategia fracasó ahora porque el actual contexto internacional es “mucho más desfavorable” que el de entonces, los mercados internacionales de capitales son mucho más volátiles, la deuda pública saltó de 30,6% del PBI a fines de 1994 a 43,1% a fines de 1999 y, al haberse completado el proceso de privatización de empresas públicas y de internacionalización de compañías privadas argentinas, no hay para la inversión extranjera directa un marco tan atractivo como el que había cinco años atrás.
Por lo tanto, indica el trabajo, “sólo se notaron los efectos recesivos del ajuste fiscal”.
Econométrica percibe que ahora el Gobierno varió su estrategia y apunta a “una contención del gasto público que posibilite la reducción de impuestos para incentivar la inversión privada”, así como a “la realización de obras de infraestructura mediante financiamiento extrapresupuestario”.
Asimismo, “toma un conjunto de decisiones en materia de desregulación de mercados de servicios públicos y de renegociación de contratos de concesión de algunos de estos servicios para provocar un shock de inversiones externas”.
La consultora cree que “el cambio de estrategia del gobierno llega en un momento en que los indicadores económicos son más alentadores”, y señala como ejemplo de ello la evolución reciente del nivel de actividad industrial, la construcción, el consumo de servicios públicos, las ventas de supermercados y shopping centers, y el crédito al sector privado.
Sin embargo, no se anima a pronosticar un crecimiento sostenido de la economía, debido a las consecuencias de la reciente crisis política y a que el contexto internacional continúa siendo desfavorable.
“Para alcanzar el crecimiento económico sostenido, es necesario que varios meses de indicadores favorables provoquen un cambio de expectativas que modifiquen el pesimismo actual y de esta forma dar lugar al inicio del círculo virtuoso”, advierte el informe.