Una alianza del no voto hubiese sacado más que Cristina

La no participación es una tendencia en alza que daña la democracia y afecta la calidad institucional. Entre abstenciones y voto en blanco, casi un tercio de las bancas tendría que haber quedado vacío, según un estudio especializado.

20 noviembre, 2007

La presidenta electa viajó a Brasil con todo el gabinete que la acompañará
para presentarlo ante el elenco de gobierno del Planalto y los empresarios del
mayor socio estratégico que ha elegido para diferenciarse de su esposo.

La recomposición de las relaciones exteriores asoma como prioridad en
la agenda de la nueva administración, que en materia de energía
y distribución del ingreso seguirá el mismo camino que su antecesora
comandada por Néstor Kirchner.

Pero otra de las diferenciaciones que realizara en campaña Cristina
Kirchner parece no tener aún lugar en la grilla: la calidad institucional.

En la última elección quedó plasmado ese déficit
en el abultado número de ciudadanos que decidieron no ir a votar o que
lo hicieron en blanco. El “no voto” sacó más porcentaje
respecto del padrón que la fórmula oficialista ganadora.

Un excepcional trabajo de investigación publicado hoy en la web muestra
que desde que el Congreso Nacional desplazara al gobierno constitucional de
Fernando de la Rúa, en 2001, ha venido creciendo la abstención
y el voto en blanco en todo el país, al punto que sumados en la última
elección representan 31,6 % del padrón.

La eventual alianza del “no voto” se convierte, en consecuencia,
en la primera minoría, inclusive superando a la fórmula ganadora
de Cristina Fernández-Julio Cobos, que reunió 30,28 % del total
del padrón, según concluye un estudio realizado por www.laborlegislativa.com.ar
con la firma de Miguel Córdoba.

Si las abstenciones y los votos en blanco se representaran en el hemiciclo,
casi un tercio de las bancas tendrían que estar vacías.

La calidad de la política que surge de estos números es preocupante,
por cuanto desde el retorno de la democracia en 1983, el grado de participación
ciudadana viene en franco declive, en forma inversamente proporcional al aumento
del padrón.

El autor del artículo realiza un interesante ejercicio de representatividad
neta en la última elección, de resultas del cual Cristina Fernández-Julio
Cobos obtuvieron 8,2 millones de votos, contra 8,5 millones de la suma de las
abstenciones y el voto en blanco.

Oposición rebalsada

Y ni qué hablar de la representatividad a la que quedarían sumidos
los restantes contendientes, ya que Carrió-Giustiniani obtuvieron 15,4
% de los votos netos y Lavagna-Morales 11,8 %.

En las elecciones presidenciales de 2003, cuando los candidatos que iban al
ballottage (Menem-Romero, Kirchner-Scioli) apenas llegaron al 18,6 y 16,92 %
respectivamente, la suma de abstenciones y votos en blanco fue del 23,91 %.
O sea, mayor a las dos fuerzas que iban a ir a una segunda vuelta que luego
no se concretó por deserción de la primera de ellas.

Según el artículo titulado “Los tristes triunfadores en
las elecciones”, Córdoba observa que el número de votantes
efectivamente aumenta cuando mayor incertidumbre percibe en el resultado, lo
cual explicaría el efecto “inductorio” que juegan las encuestas
en el ánimo de la ciudadanía.

En la última elección, aunque el autor no lo menciona, la apatía
estuvo además estimulada por el propio Ministerio del Interior, que complicó
las actualizaciones de padrones y documentos, lo cual se tradujo en una menor
concurrencia de votantes.

Al tomarse los porcentajes de adhesión de la cantidad de sufragios y
no respecto del padrón, cuanto más baja es la participación
mejor chance tienen los candidatos que despuntan como virtuales ganadores en
las encuestas.

Eso se vio claramente al proclamar el presidente Néstor Kirchner la
fórmula de su esposa y el gobernador mendocino, ya que desde ese preciso
momento se descontaba en cuanta compulsa salía a la luz un cómodo
triunfo en primera vuelta de la senadora.

¿Qué hubiese sucedido si votaba el porcentaje promedio desde
1983 a 1999, o sea, 10 % más que los efectivamente computados en la última
elección?

Elecciones presidenciales 2007
(Padrón: 27.090.236)
Votos
%
Fernández-Cobos
8.204.624
30,28
Carrio-Giustiniani
4.191.361
15,47
Lavagna Morales
3.083.577
11,38
Rodríguez Saa-Maya
1.408.736
5,20
Resto candidatos
1.376.752
5,08
Abstención
7.637.642
28,19
En blanco
934.739
3,45
Nulos/recurridos/impugnados
252.805
0,93
Sin sorpresa y tal como lo anunciaban todas las encuestas
y sondeos de opinión previos, en la elección para presidente
de la nación argentina efectuada el 28/10/07, se impuso en primera
vuelta la fórmula Fernández de Kirchner-Cobos, superando por
un amplio margen a las restantes fuerzas políticas, pero por uno
muy exiguo a la abstención. A su vez la hipotética alianza
“Abstención-Votos en blanco”, triunfó nuevamente
en estas elecciones con un 31,64% del electorado. Si bien hay que remontarse
varias décadas atrás para encontrar porcentajes de votantes
tan bajos, cabe recordar que en las presidenciales de 2003, ausentes, blancos
y nulos sumaron el 23,91 % del electorado, mientras que las fórmulas
que debieron haber ido al ballotage, Ménem-Romero y Kirchner-Scioli,
lograron apenas el 18,6% y 16,92% respectivamente.

Fuente: datos oficiales del escrutinio provisorio publicados
por en el sitio de Internet del Ministerio del Interior.

Córdoba opina en su nota que es “bajo índice de participación
cuando el electorado percibe que la oferta electoral no satisface sus demandas,
cuando viene de experiencias de fraude comprobado, o de situaciones en las que
de alguna manera fue afectada la percepción de transparencia”.

Y pone como ejemplo precisamente lo sucedido en la provincia homónima,
donde el porcentaje de “no voto” en los últimos comicios presidenciales
superó largamente a la media nacional y se produjo apenas transcurridos
días de las denuncias de fraude que tiñeron la elección
de gobernador.

El autor del artículo dice que “Interpretar el voto en blanco como
forma de protesta es mucho más claro en sistemas de sufragio optativo.
La lógica señala sin embargo que, en sistemas de sufragio obligatorio
como el nuestro, el voto en blanco también puede ser interpretado como
indicador de desinterés o despolitización de la sociedad”.

Añade que “hay que analizar a las abstenciones y votos en blanco,
como resultado de campañas -casi siempre indirectas o no explícitas-
del partido o los partidos que lideran las preferencias preelectorales, en sistemas
en los que como el nuestro, los cargos se eligen en proporción a los
votos positivos (sin considerar abstenciones y votos en blanco)”.

Finalmente, indica, “cabe un comentario sobre el voto nulo, considerado
por algunos como “voto bronca” por excelencia. Si bien hay una generalizada
opinión respecto a la imposibilidad de saber en qué porcentaje
los mismos se debieron a errores involuntarios del electorado -cuya valoración
es muy distinta a la de los votos conscientemente anulados por el elector-,
sus variaciones pueden ser significativas analizadas el determinados contextos”.

Desinterés y descontento del electorado argentino

Más allá del significado que se otorgue a los porcentajes de
abstenciones, votos en blanco y nulos por separado, su evolución puede
brindar valiosa información sobre la calidad de la política en
la consideración del electorado, o quizás sobre su percepción
de cuánto puede contribuir el voto al mejoramiento de esa calidad.
El siguiente cuadro muestra dicha evolución en las elecciones para diputados
nacionales que se realizan cada dos años en todo el país, las
que en algunos casos han coincidido con elecciones presidenciales (filas sombreadas).

Elecciones para diputados nacionales
año
padrón
abstenciones
votos blancos
votos nulos
contexto sintético
1983
17929951
14,38 %
2,46 %
0,54 %
retorno de la democracia
1985
18653487
16,22 %
1,10 %
0,51 %
auge del alfonsinismo
1987
19453007
15,40 %
1,68 %
0,39 %
resurgimiento del justicialismo
1989
20034252
14,71 %
1,53 %
0,49 %
crisis social – hiperinflación
1991
20764012
20,07 %
4,01 %
0,61 %
auge del menemismo
1993
21463761
19,66 %
3,26 %
0,84 %
éxito de la convertibilidad
1995
22178154
17,92 %
4,90 %
0,55 %
reelección post pacto Olivos
1997
23199814
20,37 %
4,13 %
1,13 %
crisis del modelo económico
1999
24201563
18,06 %
4,63 %
0,79 %
expectativas por la “Alianza”
2001
24883666
27,24 %
6,80 %
9,10 %
crisis social, política y económica
2003
25480440
21,79 %
0,77 %
1,35 %
primera elección post crisis
2005
26147439
26,69 %
5,60 %
1,73 %
recuperación económica/social
2007
27090236
29,55 %
5,80 %
0,73 %
crisis de los partidos políticos

Fuente: elaboración propia en base
a información extraída de los sitios oficiales de la Justicia Nacional Electoral,
Cámara Nacional Electoral, del Ministerio del Interior y del INDEC.

El incremento de estos indicadores (graficado en las tendencias con líneas
punteadas) es mucho más preocupante si, una vez sumados, se los considera en
conjunto como formas de rechazo -más pasivas o más activas- de la oferta electoral,
y se los contrasta con los votos positivos, considerando a estos como expresión
de aceptación de dicha oferta por parte del electorado.
El siguiente gráfico muestra el incremento del rechazo-desinterés del electorado
en las elecciones realizadas cada dos años, con un pico muy marcado en 2001,
momento de crisis de representatividad política más álgido del período.

Abstención y voto en blanco en las provincias

Comparar el comportamiento del electorado entre las distintas provincias también
permite sacar algunas otras conclusiones. Sin olvidar que cada provincia tiene
su propia tradición de voto, emparentada con sus características socioeconómicas
y culturales, cabe recordar que las últimas elecciones nacionales se efectuaron
en forma simultánea y en ninguna región se produjo algún tipo siniestro o temporal
que justifique algunas de las diferencias.

Elecciones para diputados nacionales 2007
Distrito
Electores
Votantes
%abstención
% en blanco
% nulos
Capital Federal
2.564.950
1.898.482
25,98%
3,22%
0,88%
Buenos Aires
10.055.916
7.262.028
27,78%
8,38%
0,66%
Catamarca
241.610
148.371
38,59%
2,61%
0,51%
Córdoba
2.366.102
1.593.867
32,64%
2,42%
0,81%
Corrientes
656.679
431.532
34,29%
2,72%
0,90%
Chaco
705.152
475.781
32,53%
2,84%
0,90%
Chubut
320.233
238.254
25,60%
4,44%
1,32%
Entre Ríos
871.153
643.160
26,17%
2,44%
0,73%
Formosa
332.116
190.624
42,60%
3,20%
0,43%
Jujuy
410.801
270.656
34,12%
3,12%
0,62%
La Pampa
235.159
182.602
22,35%
10,20%
1,11%
La Rioja
210.878
142.522
32,41%
16,87%
0,51%
Mendoza
1.140.628
808.726
29,10%
4,10%
0,82%
Misiones
662.629
446.152
32,67%
6,71%
1,98%
Neuquén
364.827
267.658
26,63%
18,67%
1,79%
Río Negro
391.644
276.567
29,38%
9,22%
1,16%
Salta
747.351
469.509
37,18%
1,15%
0,22%
San Juan
438.710
305.635
30,33%
1,52%
0,92%
San Luis
288.263
206.497
28,37%
4,11%
0,43%
Santa Cruz
161.544
121.472
24,81%
20,87%
0,63%
Santa Fe
2.326.383
1.706.481
26,65%
5,36%
0,60%
Stgo. del Estero
559.502
332.981
40,49%
1,21%
0,29%
Tucumán
949.879
606.484
36,15%
2,83%
0,45%
Tierra del Fuego
88.127
60.626
31,21%
10,68%
2,39%
TOTALES
27.090.236
19.086.667
29,54%
5,79%
0,74%

Fuente: elaboración propia en base a información extraída del
sitio oficial de Internet de la Dirección Nacional Electoral del Ministerio
del Interior (datos escrutinio provisorio).

En provincias donde en los últimos tiempos se han experimentado conflictos
sociales/gremiales y crisis políticas más agudas, los porcentajes de votos en
blanco y nulos superan ampliamente el promedio general, la excepción es La Pampa.

Por otra parte se observa que la abstención supera el 32% en las mismas provincias
en las que, según el censo de 2001, el porcentaje de hogares con necesidades
básicas insatisfechas (NBI) es igual o mayor al 20%.

En estas provincias del norte argentino, el bajo porcentaje de votantes se
explica generalmente por el alto desarraigo de los habitantes en edad de votar
(empadronados). En ese contexto fue donde la fórmula oficialista sacó el mayor
porcentaje de votos para afirmar su triunfo.

El caso de la provincia de Córdoba sólo puede explicarse por sus antecedentes
electorales más recientes. Cabe recordar que tras las elecciones locales efectuadas
el 02/09/07 -muy reñidas y fuertemente polarizadas entre un candidato del oficialismo
provincial y el intendente del distrito capital-, la fuerza que resultara perdedora
salió a acusar de fraude a la fuerza oficialista, involucrando incluso a funcionarios
judiciales y autoridades nacionales.
Más allá de lo que en realidad haya sucedido con el escrutinio de la compulsa
por la gobernación de ese distrito, en las nacionales del 28/10 el electorado
cordobés denotó un menor interés por las elecciones que el resto de las provincias
(más notorio en comparación con provincias similares) y que el que la misma
provincia había mostrado en las cuestionadas elecciones locales.

El caso de la provincia de Córdoba
Comparativo de porcentajes de abstención
ELECCIONES DIPUTADOS NACIONALES 28/10/2007 Córdoba
33 %
Promedio general resto del país
29 %
Promedio BS.AS-CABA-STA.FE-MZA
27%
elecciones para gobernador 02/09/2007 27%
28 %

Reflexiones finales

El crecimiento del abstencionismo y del voto en blanco no son temas preocupantes
en Argentina, seguramente porque de hecho los niveles de participación aún son
altos en relación con otros países.

Pero ¿qué niveles deberían registrase para que este problema genere preocupación
en la clase política, en las asociaciones civiles y en la sociedad toda?

El contexto en que se han registrado los índices de participación más bajos
de los últimos 25 años no es muy alentador. La disminución en el número de afiliados
y de militantes activos de los distintos partidos políticos, su incapacidad
para convocar a actos públicos masivos en forma espontánea y finalmente la escasez
de fiscales de muchos de ellos, constatada durante las últimas elecciones, son
datos irrefutables de la realidad. Al mismo tiempo distintas encuestas de opinión
hablan de un crecimiento de la imagen negativa de los dirigentes políticos en
general y de instituciones tales como el parlamento y el sistema judicial.

Alejandro Tulio, Director Nacional Electoral, señalaba 72 horas antes de las
últimas elecciones, que el porcentaje de ciudadanos que se rehusaron a ser autoridades
de mesa o que no se notificaron, alcanzaba al 80%. Pasadas ya las elecciones
y corroboradas las sospechas que había respecto a los problemas para constituir
las mesas, el mismo funcionario declaró que “Los ciudadanos quieren tomar distancia
de la responsabilidad de toda cuestión estatal, y eso se paga en calidad institucional”.

La presidenta electa viajó a Brasil con todo el gabinete que la acompañará
para presentarlo ante el elenco de gobierno del Planalto y los empresarios del
mayor socio estratégico que ha elegido para diferenciarse de su esposo.

La recomposición de las relaciones exteriores asoma como prioridad en
la agenda de la nueva administración, que en materia de energía
y distribución del ingreso seguirá el mismo camino que su antecesora
comandada por Néstor Kirchner.

Pero otra de las diferenciaciones que realizara en campaña Cristina
Kirchner parece no tener aún lugar en la grilla: la calidad institucional.

En la última elección quedó plasmado ese déficit
en el abultado número de ciudadanos que decidieron no ir a votar o que
lo hicieron en blanco. El “no voto” sacó más porcentaje
respecto del padrón que la fórmula oficialista ganadora.

Un excepcional trabajo de investigación publicado hoy en la web muestra
que desde que el Congreso Nacional desplazara al gobierno constitucional de
Fernando de la Rúa, en 2001, ha venido creciendo la abstención
y el voto en blanco en todo el país, al punto que sumados en la última
elección representan 31,6 % del padrón.

La eventual alianza del “no voto” se convierte, en consecuencia,
en la primera minoría, inclusive superando a la fórmula ganadora
de Cristina Fernández-Julio Cobos, que reunió 30,28 % del total
del padrón, según concluye un estudio realizado por www.laborlegislativa.com.ar
con la firma de Miguel Córdoba.

Si las abstenciones y los votos en blanco se representaran en el hemiciclo,
casi un tercio de las bancas tendrían que estar vacías.

La calidad de la política que surge de estos números es preocupante,
por cuanto desde el retorno de la democracia en 1983, el grado de participación
ciudadana viene en franco declive, en forma inversamente proporcional al aumento
del padrón.

El autor del artículo realiza un interesante ejercicio de representatividad
neta en la última elección, de resultas del cual Cristina Fernández-Julio
Cobos obtuvieron 8,2 millones de votos, contra 8,5 millones de la suma de las
abstenciones y el voto en blanco.

Oposición rebalsada

Y ni qué hablar de la representatividad a la que quedarían sumidos
los restantes contendientes, ya que Carrió-Giustiniani obtuvieron 15,4
% de los votos netos y Lavagna-Morales 11,8 %.

En las elecciones presidenciales de 2003, cuando los candidatos que iban al
ballottage (Menem-Romero, Kirchner-Scioli) apenas llegaron al 18,6 y 16,92 %
respectivamente, la suma de abstenciones y votos en blanco fue del 23,91 %.
O sea, mayor a las dos fuerzas que iban a ir a una segunda vuelta que luego
no se concretó por deserción de la primera de ellas.

Según el artículo titulado “Los tristes triunfadores en
las elecciones”, Córdoba observa que el número de votantes
efectivamente aumenta cuando mayor incertidumbre percibe en el resultado, lo
cual explicaría el efecto “inductorio” que juegan las encuestas
en el ánimo de la ciudadanía.

En la última elección, aunque el autor no lo menciona, la apatía
estuvo además estimulada por el propio Ministerio del Interior, que complicó
las actualizaciones de padrones y documentos, lo cual se tradujo en una menor
concurrencia de votantes.

Al tomarse los porcentajes de adhesión de la cantidad de sufragios y
no respecto del padrón, cuanto más baja es la participación
mejor chance tienen los candidatos que despuntan como virtuales ganadores en
las encuestas.

Eso se vio claramente al proclamar el presidente Néstor Kirchner la
fórmula de su esposa y el gobernador mendocino, ya que desde ese preciso
momento se descontaba en cuanta compulsa salía a la luz un cómodo
triunfo en primera vuelta de la senadora.

¿Qué hubiese sucedido si votaba el porcentaje promedio desde
1983 a 1999, o sea, 10 % más que los efectivamente computados en la última
elección?

Elecciones presidenciales 2007
(Padrón: 27.090.236)
Votos
%
Fernández-Cobos
8.204.624
30,28
Carrio-Giustiniani
4.191.361
15,47
Lavagna Morales
3.083.577
11,38
Rodríguez Saa-Maya
1.408.736
5,20
Resto candidatos
1.376.752
5,08
Abstención
7.637.642
28,19
En blanco
934.739
3,45
Nulos/recurridos/impugnados
252.805
0,93
Sin sorpresa y tal como lo anunciaban todas las encuestas
y sondeos de opinión previos, en la elección para presidente
de la nación argentina efectuada el 28/10/07, se impuso en primera
vuelta la fórmula Fernández de Kirchner-Cobos, superando por
un amplio margen a las restantes fuerzas políticas, pero por uno
muy exiguo a la abstención. A su vez la hipotética alianza
“Abstención-Votos en blanco”, triunfó nuevamente
en estas elecciones con un 31,64% del electorado. Si bien hay que remontarse
varias décadas atrás para encontrar porcentajes de votantes
tan bajos, cabe recordar que en las presidenciales de 2003, ausentes, blancos
y nulos sumaron el 23,91 % del electorado, mientras que las fórmulas
que debieron haber ido al ballotage, Ménem-Romero y Kirchner-Scioli,
lograron apenas el 18,6% y 16,92% respectivamente.

Fuente: datos oficiales del escrutinio provisorio publicados
por en el sitio de Internet del Ministerio del Interior.

Córdoba opina en su nota que es “bajo índice de participación
cuando el electorado percibe que la oferta electoral no satisface sus demandas,
cuando viene de experiencias de fraude comprobado, o de situaciones en las que
de alguna manera fue afectada la percepción de transparencia”.

Y pone como ejemplo precisamente lo sucedido en la provincia homónima,
donde el porcentaje de “no voto” en los últimos comicios presidenciales
superó largamente a la media nacional y se produjo apenas transcurridos
días de las denuncias de fraude que tiñeron la elección
de gobernador.

El autor del artículo dice que “Interpretar el voto en blanco como
forma de protesta es mucho más claro en sistemas de sufragio optativo.
La lógica señala sin embargo que, en sistemas de sufragio obligatorio
como el nuestro, el voto en blanco también puede ser interpretado como
indicador de desinterés o despolitización de la sociedad”.

Añade que “hay que analizar a las abstenciones y votos en blanco,
como resultado de campañas -casi siempre indirectas o no explícitas-
del partido o los partidos que lideran las preferencias preelectorales, en sistemas
en los que como el nuestro, los cargos se eligen en proporción a los
votos positivos (sin considerar abstenciones y votos en blanco)”.

Finalmente, indica, “cabe un comentario sobre el voto nulo, considerado
por algunos como “voto bronca” por excelencia. Si bien hay una generalizada
opinión respecto a la imposibilidad de saber en qué porcentaje
los mismos se debieron a errores involuntarios del electorado -cuya valoración
es muy distinta a la de los votos conscientemente anulados por el elector-,
sus variaciones pueden ser significativas analizadas el determinados contextos”.

Desinterés y descontento del electorado argentino

Más allá del significado que se otorgue a los porcentajes de
abstenciones, votos en blanco y nulos por separado, su evolución puede
brindar valiosa información sobre la calidad de la política en
la consideración del electorado, o quizás sobre su percepción
de cuánto puede contribuir el voto al mejoramiento de esa calidad.
El siguiente cuadro muestra dicha evolución en las elecciones para diputados
nacionales que se realizan cada dos años en todo el país, las
que en algunos casos han coincidido con elecciones presidenciales (filas sombreadas).

Elecciones para diputados nacionales
año
padrón
abstenciones
votos blancos
votos nulos
contexto sintético
1983
17929951
14,38 %
2,46 %
0,54 %
retorno de la democracia
1985
18653487
16,22 %
1,10 %
0,51 %
auge del alfonsinismo
1987
19453007
15,40 %
1,68 %
0,39 %
resurgimiento del justicialismo
1989
20034252
14,71 %
1,53 %
0,49 %
crisis social – hiperinflación
1991
20764012
20,07 %
4,01 %
0,61 %
auge del menemismo
1993
21463761
19,66 %
3,26 %
0,84 %
éxito de la convertibilidad
1995
22178154
17,92 %
4,90 %
0,55 %
reelección post pacto Olivos
1997
23199814
20,37 %
4,13 %
1,13 %
crisis del modelo económico
1999
24201563
18,06 %
4,63 %
0,79 %
expectativas por la “Alianza”
2001
24883666
27,24 %
6,80 %
9,10 %
crisis social, política y económica
2003
25480440
21,79 %
0,77 %
1,35 %
primera elección post crisis
2005
26147439
26,69 %
5,60 %
1,73 %
recuperación económica/social
2007
27090236
29,55 %
5,80 %
0,73 %
crisis de los partidos políticos

Fuente: elaboración propia en base
a información extraída de los sitios oficiales de la Justicia Nacional Electoral,
Cámara Nacional Electoral, del Ministerio del Interior y del INDEC.

El incremento de estos indicadores (graficado en las tendencias con líneas
punteadas) es mucho más preocupante si, una vez sumados, se los considera en
conjunto como formas de rechazo -más pasivas o más activas- de la oferta electoral,
y se los contrasta con los votos positivos, considerando a estos como expresión
de aceptación de dicha oferta por parte del electorado.
El siguiente gráfico muestra el incremento del rechazo-desinterés del electorado
en las elecciones realizadas cada dos años, con un pico muy marcado en 2001,
momento de crisis de representatividad política más álgido del período.

Abstención y voto en blanco en las provincias

Comparar el comportamiento del electorado entre las distintas provincias también
permite sacar algunas otras conclusiones. Sin olvidar que cada provincia tiene
su propia tradición de voto, emparentada con sus características socioeconómicas
y culturales, cabe recordar que las últimas elecciones nacionales se efectuaron
en forma simultánea y en ninguna región se produjo algún tipo siniestro o temporal
que justifique algunas de las diferencias.

Elecciones para diputados nacionales 2007
Distrito
Electores
Votantes
%abstención
% en blanco
% nulos
Capital Federal
2.564.950
1.898.482
25,98%
3,22%
0,88%
Buenos Aires
10.055.916
7.262.028
27,78%
8,38%
0,66%
Catamarca
241.610
148.371
38,59%
2,61%
0,51%
Córdoba
2.366.102
1.593.867
32,64%
2,42%
0,81%
Corrientes
656.679
431.532
34,29%
2,72%
0,90%
Chaco
705.152
475.781
32,53%
2,84%
0,90%
Chubut
320.233
238.254
25,60%
4,44%
1,32%
Entre Ríos
871.153
643.160
26,17%
2,44%
0,73%
Formosa
332.116
190.624
42,60%
3,20%
0,43%
Jujuy
410.801
270.656
34,12%
3,12%
0,62%
La Pampa
235.159
182.602
22,35%
10,20%
1,11%
La Rioja
210.878
142.522
32,41%
16,87%
0,51%
Mendoza
1.140.628
808.726
29,10%
4,10%
0,82%
Misiones
662.629
446.152
32,67%
6,71%
1,98%
Neuquén
364.827
267.658
26,63%
18,67%
1,79%
Río Negro
391.644
276.567
29,38%
9,22%
1,16%
Salta
747.351
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