Un golpe bajo mundial a Vaca Muerta

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La caída del precio del petróleo incidirá sobre el saldo energético del país y en la demanda de divisas. Afecta subsidios al sector y los precios internos de los combustibles, pero repercute en  inversiones en Vaca Muerta, según Ecolatina.

Por apreciación del dólar, aumento de la oferta y desaceleración de la demanda, el precio del crudo tuvo una fuerte caída, cuyos efectos se podrán evaluar recién cuando se vea si es transitoria o permanente, señala Ecolatina. A priori se espera que el precio del petróleo se mantenga en niveles acotados por un par de años

 

En las últimas semanas, la caída en el precio internacional del petróleo ha ocupado las tapas de los diarios del mundo. No es para menos, en lo que va de diciembre el precio del barril de WTI y del Brent cayó 3% y 5%, respectivamente y desde junio se observa un abrupto descenso: el barril de WTI pasó de US$ 107 a mediados de año a menos de US$ 65 esta semana, acumulando una contracción del 40% (similar a lo ocurrido con el barril de Brent), analizó Ecolatina.

 

La caída del precio internacional del petróleo, al igual que el del resto de las commodities, obedece en parte a la apreciación de la moneda norteamericana. Sin embargo, el desplome fue más pronunciado en el caso del petróleo.

 

Además del fortalecimiento del dólar, otros factores propios del sector reforzaron dicha tendencia: el aumento en la oferta mundial de crudo como resultado de la mayor producción de hidrocarburos no convencionales en EE.UU.; la morigeración en el crecimiento de los principales demandantes de petróleo (entre ellos China, Europa, India y Japón); y los conflictos internos que afectan a los países miembros de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).

 

La caída del precio del crudo es una buena noticia para la economía mundial ya que reduce los costos de producción, pero afecta negativamente a los países productores.

 

Los exportadores netos de petróleo verán disminuir sus ingresos significativamente (Venezuela, Irán, y demás integrantes de la OPEP) mientras que los importadores se beneficiarán ante el abaratamiento del barril de crudo (Europa, varios países emergentes).

 

Pero más allá de quien gane y quien pierda la pregunta clave a responder es, ¿por cuánto tiempo se mantendrá bajo el precio del petróleo?

 

En función del tipo de shock (transitorio o permanente) se podrán determinar los verdaderos efectos de su caída.

 

Precios acotados

 

Actualmente, el precio internacional del petróleo descendió a los niveles más bajos desde 2009 (tanto para el barril de WTI como para el de Brent). Uno de los factores que explica esta caída es la apreciación del dólar a nivel mundial. En el último tiempo se observó una clara apreciación de la divisa norteamericana, lo cual impactó negativamente en el precio de las principales commodities, entre ellas el petróleo.

 

Sin embargo, en relación al resto de las commodities, el descenso en el precio del crudo fue más pronunciado.

 

Por caso, desde junio, la cotización del petróleo cayó el doble de lo que disminuyeron las alimenticias. Es que además del efecto de la apreciación del dólar sobre su precio, también entraron en juego elementos propios del sector que profundizaron la caída.

 

Por el lado de la oferta mundial de petróleo hay que destacar una fuerte expansión gracias al incremento en la producción de hidrocarburos no convencionales en EE.UU. y la recuperación en la producción de Libia tras el freno de actividades en 2012 (los rebeldes de dicho país tomaran los principales puertos petrolíferos de la costa este).

 

Asimismo, por el lado de la demanda se observó un menor ritmo de expansión que contribuyó a la caída en el precio del petróleo, principalmente como consecuencia de la morigeración en el crecimiento de los mayores importadores de crudo.

 

Si bien esta situación es completamente diferente a la observada en la crisis financiera de 2008 (en el que cayó la demanda de petróleo), la desaceleración de China, Japón, Europa e India se tradujo en un menor ritmo de expansión del consumo de crudo.

 

Por otro lado, además de los fundamentos económicos, existe un componente político en el precio del petróleo.

 

A los ya conocidos conflictos en Medio Oriente que dificultan la producción petrolera de la zona se agrega las tensiones entre Rusia y Ucrania por la región de Crimea que complican la distribución de gas natural (pudiendo impulsar al alza el precio del crudo).

 

Finalmente, los conflictos internos entre los países de la OPEP[1] (Organización de Países Exportadores de Petróleo) también incidieron sobre la cotización del crudo. La intención de la organización era reducir su producción de crudo para evitar que el precio continuara cayendo. Sin embargo, Arabia Saudí y Kuwait descartaron reducir su oferta para frenar la expansión de las explotaciones no convencionales generando una baja del precio del barril (su producción puede ser rentable con valores inferiores a los US$ 80).

 

Identificados los motivos por los cuales se produjo la caída en el precio internacional del petróleo, la pregunta a responder es si este shock es transitorio o si finalmente la baja en el precio del crudo llegó para quedarse: hay millones de dólares de inversiones en juego.

 

En primer lugar, la apreciación del dólar podría prologarse en los próximos años: el desarme paulatino de los estímulos monetarios por parte de EE.UU y la suba de tasas prevista para mediados de 2015 auguran años en los que el dólar se verá aún más fortalecido, en un contexto de deterioro relativo de China, Japón y Europa.

 

En segundo lugar, y enfocándonos en los factores propios del sector, la revolución norteamericana de los hidrocarburos no convencionales y los potencialmente menores conflictos geopolíticos en zonas productoras de petróleo podrían prolongar la expansión de la oferta de crudo y sostener precios más bajos.

 

Sin embargo hay que tener en cuenta que en el caso de los no convencionales, el desarrollo de nuevos proyectos está fuertemente ligados a la evolución en el precio internacional del petróleo.

 

De hecho, los expertos cuestionan la rentabilidad de los yacimientos no convencionales con un precio del crudo inferior a los US$ 80 por barril.

 

En principio, el impacto de los no convencionales sobre la oferta mundial de petróleo podría moderarse.

 

Por último, dado que se prevé que la desaceleración en el ritmo de expansión de los principales demandantes de crudo como China, Japón e India persista en los próximos años, el consumo de energía no será traccionada a un ritmo elevado como ocurrió años atrás.

 

Todo parecería indicar que no habrá una recuperación en el precio de los commodities, en el corto plazo. Esto no quiere decir que el precio internacional del petróleo vaya a seguir cayendo indefinidamente sino que tal vez, transitaremos un par de años con precios por debajo de los US$ 100 por barril.

 

Ganadores y perdedores

 

Si bien el saldo que deja la caída en el precio internacional del crudo puede ser positivo a nivel global, algunos países se verán beneficiados mientras que para otros esta tendencia a la baja es una mala noticia. Claramente, en el primer grupo se encuentran los importadores de petróleo que se ven favorecidos ante un menor costo de sus compras energéticas.

 

En cambio, de persistir el período de precios bajos, los países exportadores de petróleo se verán en problemas, en particular, aquellos cuya principal fuente de ingresos es la renta petrolera (Venezuela, Irán y Rusia). Esto eventualmente complicaría su sostenibilidad financiera e incluso podría comprometer futuras inversiones en nuevos proyectos.

 

En relación a este último punto, de acuerdo a un informe del BNP Paribas, si el crudo se mantiene en US$ 70 durante el próximo año, los miembros de la OPEP percibirán US$ 316.000 millones menos. Eso implica una reducción en la liquidez de los países miembros y por tanto una menor disponibilidad para invertir en activos en el mundo desarrollado.

 

 

 

 

 

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