Un filósofo vió el triunfo de Trump en 1998

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Richard Rorty, en su libro Achieving Our Country  publicado en 1998, describió las circunstancias que llevarían a la elección de una persona con las características de Donald Trump… y también predijo cuál sería su primer acto como presidente electo.

La suya no es una interpretación hecha con el diario del lunes sino una predicción hecha ocho años antes sobre la base de un análisis de las circunstancias sociológicas que podían conducir a la elección de un hombre como el que ganó las elecciones estadounidenses hace días. El análisis apareció en un libro escrito y publicado en 2008.

El párrafo donde lo dice:

“Los afiliados a los sindicatos y los trabajadores no calificados y no organizados, tarde o temprano advertirán que su gobierno ni siquiera está intentando impedir que los sueldos bajen o que los empleos se exporten. En ese momento verán también que los trabajadores de cuello blanco que viven en los suburbios – ellos mismos aterrados con los despidos masivos – no van a permitir que les pongan impuestos para brindar beneficios sociales a cualquiera.

 

En ese punto, algo se va a quebrar. El electorado no suburbano decidirá que el sistema falló y comenzará a mirar a su alrededor en busca de un hombre fuerte a quien votar; alguien dispuesto a asegurarles que, un vez elegido, ya no serán los engreídos burócratas, los taimados abogados,  los que se enriquecen en la bolsa ni los profesores posmodernistas los que tengan la sartén por el mango.}

 

Lo que muy probablemente ocurra es que todos los avances logrados en los últimos 40 años por los norteamericanos negros y marrones y los homosexuales, desaparecerán de un plumazo. El desprecio por la mujer se volverá a poner de moda … todo el resentimiento que sienten los estadounidenses con  educación precaria al ver que los graduados universitarios les dictan la forma en que deben vivir, encontrará una salida. “

Y un poquito más adelante Rorty dice:

“Luego de que mi imaginario hombre fuerte asuma el poder, los primero que hará será hacer las paces con los súper ricos internacionales”.

Como si hubiera tenido la bola de cristal. Lo único que no hizo fue ponerle nombre y apellido.  

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