<p>Contra las expectativas, el rey Abdullah promueve como heredero al archiconservador Nayef, ministro de interior. El pretexto, la mala salud del reformista Talal –en un país donde se llega viejo al trono-, fue aprovechado por los duros para imponerse.</p>
<p>Esto cambiará el volátil tablero en la península arábiga, donde la mayoría de emiratos son títeres de Saudiarabia, pero sus señores feudales son en general modernizantes. “Es la venganza de los Sudairí, hijos de la favorita del fundador, Abdul ‘Aziz ibn Sa’ud”, señalan medios kuwaitíes, egipcios y palestinos.</p>
<p>Apoyada en la sucesión lateral (por hermanos), calco distorsionado del modelo otomano –donde hasta el siglo XVIII el que llegaba a sultán liquidaba al resto-, dificulta extraordinariamente las transiciones. Máxime si el rey en el trono cambia de sucesor, como ocurre ahora. Pero, en verdad, el lío lo iniciaron Mahoma, sus hermanos quraishíes, sus cuatro favoritas y su cuñado Alí (cuya descendencia formó la Shi’á).</p>
<p>Desde 1932, cuando Abdul Aziz ibn Sa’ud fue reconocido internacional como rey del enorme país, la sucesión ha sido secreto de estado. El 27 de marzo, Abdullah (86 años) designó a Nayif (75) en lugar de Talal (“apenas” 78). Nayif ha ocupado interior durante 34 años y los súbditos del reino no le tienen menos cariño que los emires del golfo.</p>
<p>Ahora bien, la monarquía wajjabí (secta sunní ultramontana) crearon un estado alrededor de Riyadh (1744), tras adoptar esa confesión. Retuvieron los lugares santos –Meca, Medina- hasta 1891 y, tras la ocupación otomana (en realidad, egipcia), volvieron tras la Gran Guerra (1914-1918). Abdul Aziz tuvo veinte esposas que le dieron 36 hijos y murió en 1953, a los 77 años.</p>
<p>Luego el clan puso cinco hijos del patriarca: Abdul Aziz II (hasta 1963), Faisal (asesinado en 1975), Jalid (hasta 1982), Fajd –falleció tras larga enfermedad en 2000 y Abdullah. Sobreviven Sultán (ministro de defensa, 85) y Talal, viejo admirador de Gamal Abdel Nasser. En cuanto a Nayif, sus numerosos enemigos lo apodan “emir negro”. Más acá, aguarda un rival de segunda generación, Alí al Walid, hijo de Talal y vigésimo en la lista Forbes de magnates.</p>
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Un emir duro divide la corte saudí
Contra las expectativas, el rey Abdullah promueve como heredero al archiconservador Nayef, ministro de interior. El pretexto, la mala salud del reformista Talal en un país donde se llega viejo al trono-, fue aprovechado por los duros para imponerse.