Un diciembre intenso y peligroso para EE.UU.

spot_img

Cada día en la Casa Blanca trae un problema nuevo. La semana pasada fue especial.

El pasado viernes 1°, el intercambio de amenazas bélicas con Co rea del Norte estuvo en su apogeo; la intervención rusa en las elecciones estadounidenses del año pasado aparecía con mayor nitidez (comprometiendo la figura presidencial), mientras en el Congreso los Republicanos hacían ingentes esfuerzos (que a la postre resultaron positivos) para aprobar el famoso proyecto de reforma impositiva que reduce el pago de gravámenes a las corporaciones y a los ciudadanos ricos.

El Twitter, una herramienta presidencial que muchos de su entorno quisieran bloquear, volvió a jugar una mala pasada a Trump. Pronto visitará Gran Bretaña, uno de los pocos países con quien se supone hay una alianza duradera. El Presidente recogió los dichos de un líder de la ultra derecha británica en contra de los musulmanes, en general, y los reprodujo con elogios en uno de sus twiteos. Un vocero sin identificar del gobierno británico cuestionó elípticamente el mensaje, ya que favorecía el racismo, algo que no es políticamente correcto.

Trump no se amilanó y su respuesta fue un cuestionamiento directo a la Primer Ministro Theresa May, con la que pronto habrá de reunirse. Ni políticamente correcto, ni nada diplomático.

Mientras tanto, el Secretario de Estado, Rex Tillerson (que esta semana está en visita oficial a la Unión Europea) sufrió el desgaste de que desde la Casa Blanca trascendiera que en pocos días será reemplazado. ¿Quién se lo tomará en serio a Tillerson con esta versión que nadie adecuado negó?

No fue el único rumor: la presunta confirmación de que Corea del Norte tiene capacidad nuclear ofensiva de largo alcance, o que –contra todos los precedentes, Estados Unidos reconocerá que Jerusalén es la capital de Israel, fueron otros.

Como telón de fondo, la confesión de su Asesor de Seguridad Nacional, que admitió haberle mentido al FBI en torno a la injerencia rusa en las elecciones del año pasado.

En fin, cada día trae su noticia y su escándalo. Hay quienes sospechan que es un mecanismo inducido y que esta es la forma de gobernar que le gusta y que entiende Donald Trump.

 

 

 

Compartir:

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

Noticias

CONTENIDO RELACIONADO