Un desempleo peor que el esperado puede forzar los tiempos de una transición ya muy difícil

Sorpresivamente, la economía norteamericana eliminó en octubre 240.000 puestos laborales. La tasa de desocupación alcanzó 6,5% de la población activa, el máximo en catorce años y medio. Esto pone en segundo plano los intereses de Wall Street.

10 noviembre, 2008

El departamento federal de trabajo –que anticipaba 6,3%- también admitió que el empleo perdido en agosto (127.000) y septiembre (284.000) había sido mayor a los informados en su momento. Obviamente, sospechan diputados demócratas, las cifras reales se achicaron 179.000 para ayudar a John McCain y suponiendo que podrían “reaparecer” en mejor momento. No pudo ser.
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Por tanto, en diez meses del a&ntilde;o 1.200.000 perdieron el empleo, de los cuales 651.000 (54,3%) en los &uacute;ltimos tres meses. Esto ubica el deterioro social al nivel de las sucesivas crisis &ndash;malas hipotecas, iliquidez- entre las prioridades del gobierno entrante. Pero, en la cuenta de George W. Bush, quedan otros tres meses: noviembre, diciembre y enero. </p>
<p>Mientras varios analistas serios estiman que este nivel de despidos marca claramente el inicio de una recesi&oacute;n, al menos en Estados Unidos, el congreso-con un gui&ntilde;o de Barack Obama, como se not&oacute; en su primera conferencia de prensa- busca armar r&aacute;pidamente un paquete de medidas para apuntalar la econom&iacute;a real y la industria. Este 6,5% confirma que el desempleo puede llegar a 8% en breve plazo. </p>
<p>En este clima pesado, el presidente electo tiene poco tiempo para definir gabinete y respuestas a una crisis multifac&eacute;tica. Desde el jueves, su flamante consejo asesor delibera entre indicadores sociales de espanto y presiones interesadas de la comunidad financiera. </p>
<p>Con varias econom&iacute;as en el filo de la navaja, las estad&iacute;sticas laborales norteamericanas obligan a Obama a evaluar cuidadosamente una presunta colaboraci&oacute;n con Bush (o sea, Henry Paulson), cuyas pol&iacute;ticas deber&aacute; echar pronto por la borda. En realidad, el dem&oacute;crata tiene un programa socioecon&oacute;mico completo desde octubre de 2007 y, en marzo de ese a&ntilde;o, hab&iacute;a anticipado la crisis de malas hipotecas. </p>
<p>Por ende, no parece factible que se siente y espere hasta el 21 de enero para recoger los pedazos, como presumen el &ldquo;Wall Street Journal&rdquo; y el &ldquo;Financial Times&rdquo;. Por otra parte, es dif&iacute;cil que a Obama lo condicione el Dow Jones. Acelerando la transici&oacute;n, el mandatario electo nombrar&aacute; como jefe de gabinete al combativo representante Rahm Emanuel (dem&oacute;crata, Illinois),&rdquo;b&ecirc;te noire&rdquo; de los &ldquo;lobbies&rdquo; residentes en Washington. Para la secretar&iacute;a de hacienda se barajan Lawrence Summers, Robert Rubin (ambos estuvieron con William J. Clinton) y Timothy Geithner, ex Reserva Federal de Nueva York. </p>
<p>Por ahora, Obama vacila en asistir a la cumbre del Grupo de los 20 &ndash;su nivel ministerial sesiona en R&iacute;o de Janeiro-, convocada por Bush. Entretanto, desde Franklin D. Rosevelt ning&uacute;n presidente electo ha sido tan presionado (v&iacute;a medios, gur&uacute;es y columnistas conservadores) para empezar a gobernar antes de asumir. Pero ser&iacute;a sacarle la papa caliente de las manos a un gobierno todav&iacute;a en funciones y emular, al rev&eacute;s, el grave error de Ra&uacute;l Alfons&iacute;n en 1988. </p>
<p>Conscientes de ello, Obama y su vice, Joseph Biden, han conformado un curioso comit&eacute; de transici&oacute;n. Lo integran, entre otros, el megafinancista Warren Buffett, Summers, Rubin, Paul Volcker (ex Reserva Federal) y &iexcl;oh! Eric Schmidt, director ejecutivo de Google. </p>
<p>En cuanto a la econom&iacute;a f&iacute;sica, el &ldquo;gabinete en borrador&rdquo; trabaja con el congreso en dos paquetes de est&iacute;mulos. El m&aacute;s peque&ntilde;o &ndash;unos US$ 100.000 millones- se definen en d&iacute;as y, ya votado, se presentar&aacute; a la firma de Bush (puede ser un asunto espinoso, si Paulson interfiere). El segundo, mayor y m&aacute;s complejo &ndash;incluir&aacute; desgravaciones para las clases media y media baja-ir&aacute; a Obama hacia fines de enero. </p>

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