¿Un chino para el Fondo Monetario Internacional?
Las ambiciones políticas del alsaciano Dominique Strauss-Kahn son un problema para el FMI. Nombrado en 2007, tal vez lo abandone para buscar la presidencia de Francia en 2012. El deterioro de Nicolas Sarkozy puede determinar el arribo de Zhu Min.
31 mayo, 2010
<p>Como se sabe, el Fondo es una de las dos instituciones creadas por los acuerdos de Bretton Woods en 1944 (la otra es el Banco Mundial). Inspiradas por John Maynard Keynes, tras su temprana muerte –en 1946. a los 63 años- ambas fueron copadas por el neoclasicismo de Chicago, o sea Milton Friedman y sus huestes.<br />
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En teoría, el FMI puede imponer a sus 186 miembros (muchos son apenas colores en el mapa de la ONU) exigencias taxativas para salvarlos de crisis diversas. A menudo sus recetas han agravado los desastres pero, hoy, ya no se trata de países en desarrollo, sino de la Eurozona. Bien vista, la presente crisis la desató una economía retrasada (Grecia), rebota en otra similar (Portugal), le pega a la “mediana” España, amenaza a Italia y se cierne sobre Gran Bretaña.<br />
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Ahora, entra Beijing en escena. En primer lugar, Strauss-Kahn no puede pelear los comicios galos como director gerente del Fondo. Su eventual renuncia le allanaría el camino a Zhu Min, graduado en Princeton, ex vicepresidente del banco central chino y hoy asesor especial de Strauss-Kahn. Naturalmente, los corrillos de Washington, Bruselas, París, Nueva York y Tokio califican de remotas las posibilidades de Zhu.<br />
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Existe una tradición no escrita que reserva la dirección del FMI a un europeos y la del BM a un norteamericano (la ocupa Robert Zoellick, viejo campeón del proteccionismo agrícola). No obstante, el impetuoso ascenso de grandes economías emergentes –China, India, Brasil- explica que Zhu sea viable como precandidato. Entre otras cosas, porque su gobierno es el máximo acreedor de Estados Unidos vía US$ 900.000 millones en deuda titulizada.<br />
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Ya como funcionario del banco central y luego asesor de Strauss-Kahn, este microeconomista fue aprobado por el partido Comunista chino. Resulta extraño, pero no imposible, que alguien tan distante del credo democrático occidental surja como eventual cabeza del Fondo. Por cierto, el director gerente actual tampoco alegra a los ortodoxos de su propia entidad: es socialdemócrata, desdeña los excesos monetaristas y censura la especulación con instrumentos derivativos.<br />
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En verdad, Zhu mismo parece a la derecha del alsaciano: tiene un doctorado en la conservadora universidad Johns Hopkins. Pero los operadores más influyentes de Wall Street, Londres o Singapur se preparan a que, tarde o temprano, China intervenga en el manejo monetario del globo. <br />
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