<p>No bien Barack Hussein Obama obtuvo la candidatura presidencial demócrata se desencadenó una feroz campaña basada en un presunto nacimiento “impuro”. Eso era antes de surgir la ultraderecha como factor dominante en el partido republicano vía el <em>Tea Party</em>. Esta combinación resultó en crecientes obsesiones sobre la identidad de ya presidente.<br />
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Sin posibilidades de esgrimir el tema racial, Trump y sus amigos optaron por su lado constitucional. Así, los puros de cuna (birthers) arguyen que el artículo dos de la carta magna exige que, para ser presidente, uno debe ser nacido en territorio estadounidense. La partida de Obama indica que vio la luz en Hawai (14 de agosto de 1961) de padre kenyata, tocayo de su propio hijo, y madre caucásica (Stanley Ann Dirham).<br />
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Los ultras sostienen que ese documento es falso y que Obama lleva un nombre tribal porque verdaderamente nació en Kenya. Pero ¿cómo nadie se dio cuenta antes, durante la carrera universitaria y política del hoy mandatario? Naturalmente, ni diez partidas verdaderas podrían convencer a los birthers. Por lo mismo, ninguna evidencia arqueológica persuadirá a los creacionistas de que la Biblia es una serie de parábolas, no de realidades. Los fundamentalistas son así en todas partes.<br />
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Por otra parte, el artículo dos ha sido desvirtuado por la propia historia. Tras 235 años, Estados Unidos es un crisol muy diverso de etnias y credos, con una clave en común: la fidelidad a sus instituciones, puesta en duda no por mestizos como Obama sino por blancos anglosajones y protestantes (WASP).<br />
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No parece lógico, de paso, objetar al actual mandatario luego de que el mayor estado de la unión, California, haya sido gobernado por Arnold Schwarzenegger, un austríaco que retiene el acento teutón. Tampoco molesta que John Shalikashvili, georgiano nacido en Polonia, coordine los estados mayores de las fuerzas armadas norteamericanas.<br />
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Ahora bien, ese famoso artículo reflejaba una realidad indudable a fines del siglo XVIII: Gran Bretaña estaba en guerra con EE.UU. y, en 1714, los ingleses habían elegido a Jorge de Hanover, un alemán, como rey. Ello sentaba un precedente peligroso para los estadounidenses. Mucho después, en 1864, Washington esgrimió aquel artículo para desconocer a Maximiliano de Habsburgo como emperador de México impuesto por Napoleón III de Francia.</p>
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Un ataque racista contra Obama por su nacimiento
Para el caso, quienes hacen campaña contra el presidente se llaman birthers (puros de cuna). Los acaudilla Donald Trump, un millonario ávido de figurar y especulador en bienes raíces. En realidad, es parte del Tea Party, o sea la ultraderecha.