UE: serias dudas sobre el ingreso de Bulgaria y Rumania en capilla

La Unión Europea exige a Bucarest y Sofía tener listas algunas reformas al terminar septiembre, si quieren ingresar en 2007. Los problemas básicos hacen a aspectos jurídicos –penales, en esencia- y financieros. Sofía, en situación delicada.

17 mayo, 2006

El caso búlgaro parece bastante más dificultoso. La Comisión Europea demanda al gobierno neocomunista mayor empeño en la lucha contra la corrupción, el lavado de dinero, el narcotráfico y el crimen organizado. En esta última materia, los mafiosos búlgaros deben ser obligados a cortar nexos históricos con los con los turcos.

En el fondo, hay una cuestión estructural: Bulgaria sigue sumida en el subdesarrollo económico y el atraso social. Su distancia, aun respecto de los miembros menos avanzados (Eslovaquia, Grecia, Chipre. Polonia) y aun de algunos aspirantes (Turquía, Croacia) es crítica.

Rumania ha hecho más progresos en el campo legal, pero no en ciertas reformas económicas y financieras. Por ejemplo, adecuar el impuesto al valor agregado y la legislación bancaria a normas de la UE. Ambos candidatos son en verdad retrasados y su demora en cumplir esas condiciones no las favorece.

Si, al comenzar octubre, ambos estados continúan por debajo de cánones comunitarios, la CE podría pedir se les aplique un “seguimiento adicional”. En primer instancia, eso podría postergar el ingreso hasta 2008. Pero las autoridades de Bruselas no se animarán a tanto: la nueva situación en Polonia, donde elementos ultramontanos han ingresado al gobierno –en medio de un clamoroso silencio europeo-, aconseja mayor tolerancia para Sofia y Bucarest. Máxime porque Vladyímir Putin ha empezados a presionar para reincorporar Rusia Blanca. A lo sumo, es factible que mantengan el cronograma para Rumania y lo posterguen para Bulgaria.

El caso búlgaro parece bastante más dificultoso. La Comisión Europea demanda al gobierno neocomunista mayor empeño en la lucha contra la corrupción, el lavado de dinero, el narcotráfico y el crimen organizado. En esta última materia, los mafiosos búlgaros deben ser obligados a cortar nexos históricos con los con los turcos.

En el fondo, hay una cuestión estructural: Bulgaria sigue sumida en el subdesarrollo económico y el atraso social. Su distancia, aun respecto de los miembros menos avanzados (Eslovaquia, Grecia, Chipre. Polonia) y aun de algunos aspirantes (Turquía, Croacia) es crítica.

Rumania ha hecho más progresos en el campo legal, pero no en ciertas reformas económicas y financieras. Por ejemplo, adecuar el impuesto al valor agregado y la legislación bancaria a normas de la UE. Ambos candidatos son en verdad retrasados y su demora en cumplir esas condiciones no las favorece.

Si, al comenzar octubre, ambos estados continúan por debajo de cánones comunitarios, la CE podría pedir se les aplique un “seguimiento adicional”. En primer instancia, eso podría postergar el ingreso hasta 2008. Pero las autoridades de Bruselas no se animarán a tanto: la nueva situación en Polonia, donde elementos ultramontanos han ingresado al gobierno –en medio de un clamoroso silencio europeo-, aconseja mayor tolerancia para Sofia y Bucarest. Máxime porque Vladyímir Putin ha empezados a presionar para reincorporar Rusia Blanca. A lo sumo, es factible que mantengan el cronograma para Rumania y lo posterguen para Bulgaria.

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