<p>Por supuesto, quienes apoyan este hidrocarburo muy contaminante están en Estados Unidos, donde se lo explota con llamativa prisa. Pero, en la Unión Europea, algunos sostienen que es una fuente de energía potencialmente significativa. <br />
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De prosperar este tipo de carburantes, tan adverso al ambiente como los petróleos pesados venezolanos o los esquistos areníferos canadienses, Rusia vería afectadas sus exportaciones de gas natural. Por supuesto, los efectos del GNE en la dinámica de los mercados internacionales o en la seguridad energética de la Unión Europea son difíciles de prever.<br />
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Su explotación en creciente escala podría implicar consecuencias económicas en mediano plazo y, en el largo, más descargas de dióxido de carbono en la atmósfera. Este factor es cuidadosamente soslayado por las empresas que explotan GNE en EE.UU. y sólo piensan en el corto plazo donde, por otra parte, los grandes exportadores de gas natural no están expuestos a la competencia de los esquistos en la UE. <br />
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En realidad, el informe de la CE no innova en lo tocante a estrategias y políticas llevadas a cabo desde 2005/6. Por ende, el trabajo destaca la relevancia del mercado de la UE para combustibles y la necesidad de una economía eficiente en la materia. Si bien se ofrece una visión sobre condiciones y cambios tecnológicos, se pasa por alto dos factores opuestos: el potencial del GNE y sus riesgos ambientales.</p>
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UE: ¿qué hacer con los gases naturales esquistogénicos?
La comisión europea acaba de publicar una propuesta sobre combustibles y sus estrategias. Pero el documento no dice casi nada con respecto a una novedad mundial tan interesante como peligrosa: el gas natural esquistogénico (GNE).