El presidente propone aplicar 15% de impuesto tanto a una pyme como a las grandes corporaciones que hoy pagan el doble. Una de sus promesas de campaña.
La misma escuálida tasa se aplicaría a su propio conglomerado inmobiliario. En la actualidad las grandes empresas pagan un nominal de 34,5%, pero una vez aplicadas todas las desgravaciones , pagan en realidad 19%. Si Trump logra su cometido de gravar a las sociedades con 15%, convertirá a Estados Unidos en el país industrializado que menos grava a sus empresas. El paquete aumentaría también la deducción estándar para particulares y ofrece una modesta reducción a personas de ingresos medios además de simplificar el proceso de calcular los impuestos a pagar.
Para que el Senado apruebe el proyecto Trump necesitará el voto de 60 de los 100 senadores. El partido republicano tiene 53 y muchos de ellos se oponen a una medida que aumentaría el déficit público.
Tal vez por eso se explica que el plan no va a ser detallado sino explicado a grandes rasgos. Muchos dicen que es una maniobra política para apuntalar su presidencia cuando cumple 100 días en la Casa Blanca y todavía no ha podido exhibir un solo éxito sobre sus promesas de campaña. El plan es presentado como “el mayor recorte de impuestos en la historia de Estados Unidos”. Pero en la misma semana está poniendo marcha atrás en sus planes de financiación del muro de México y hace pocas semanas fracasó su proyecto legislativo de desmantelamiento del Obamacare.
Si triunfa su plan impositivo, aumentaría el déficit en US$ 7.000 millones durante la próxima década.
