El 1º de junio de 2017, el presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos abandonaría toda participación en el Acuerdo de París de 2015 para la mitigación del cambio climático. En esa oportunidad declaró que “el Acuerdo de París debilitará la economía de Estados Unidos y “la coloca en permanente desventaja”, Durante su campaña presidencial había prometido retirarse del pacto diciendo que con ese acto ayudaría a las empresas y a los trabajadores estadounidenses. La medida se encuadraba con su política de “America First“.
De todas maneras, de acuerdo con el Artículo 28 del Acuerdo de París, ese retiro no puede hacerse efectivo antes del 4 de noviembre de 2020, cuatro años después de la entrada en vigencia del Acuerdo y un día después de las elecciones presidenciales norteamericanas en 2020. La Casa Blanca luego aclaró que Estados Unidos respetaría el proceso de salida de cuatro años. Hasta que ese retiro se haga efectivo Estados Unidos puede ser obligado a mantener su compromiso firmado en el Acuerdo.
Ayer el presidente dijo que Estados Unidos podría volver a antrar al Pacto de París.
“Es posible que volvamos, me importa mucho el cambio climático”, dijo en una conferencia de prensa con la Primer Ministro de Noruega Erna Solberg.
El acuerdo fue firmado durante la administración del ex presidente Barack Obama en diciembre de 2015 junto a casi 200 países comprometidos a controlar las emisiones de dióxido de carbono y contener el calentamiento global en 2ºC.
Trump había dicho que el pacto era una “trampa” perpetrada por los chinos que ponía en desventaja económica a la industria carbonífera norteamericana.
Ahora dice, en cambio, que no tiene problemas con el Acuerdo firmado, sólo con lo que firmó Obama que, como siempre, hizo un mal acuerdo para el país porque eliminaba las ventajas competitivas para Estados Unidos. Si logra mejores condiciones para el país, no tendrá problema en volver a integrar el Pacto de París.
