La primera ministro dinamarquesa, Mette Frederiksen dice estar “indignada” por la decisión de Donald Trump de cancelar su visita después de escuchar que Groenlandia no está en venta.
Dijo que las preparaciones estaban en marcha y esperaban con entusiasmo la visita del presidente de Estados Unidos. Frederiksen reiteró en esa oportunidad que la isla de Groenlandia, un territorio autónomo danés, no se puede comprar.
Estaba previsto que el 2 de septiembre Trump visitara Dinamarca por invitación de la reina Margrethe II.
Pero la semana pasada Trump sugirió que su administración está interesada en comprar Groenlandia, una idea que en ese momento Frederiksen describió como “absurda”. Luego de so, Trump canceló su visita a Dinamarca.
En declaraciones a la prensa Frederiksen dijo que la posibilidad de la venta había sido claramente rechazada por el líder isleño, Kim Kielsen y que ella, por supuesto, comparte.
Pero a pesar de eso, Estados Unidos es uno de los aliados más cercanos de Dinamarca y que la visita del presidente habría sido una oportunidad para celebrar esa relación.
A esos comentarios Trump contestó que son “desagradables, inapropiados y una muy fea manera de decir algo”.
Groenlandia es la isla más grande del mundo y un territorio autónomo y dependiente de Dinamarca, con parlamento propio y autogobierno limitado. Dinamarca aporta dos tercios del presupuesto, el resto proviene de la pesca.
¿Por qué le interesa a Trump?
La inmensa isla tiene enorme potencial en petróleo, gas y tierras raras. Se calcula que bajo el Ártico hay 13% de las reservas petroleras no descubiertas y 30% de las reservas de gas no descubiertas. Y Trump se ha declarado un amigo de los combustibles fósiles.
También se cree que hay enormes yacimientos de recursos minerales en el subsuelo de Groenlandia, con grandes oportunidades en minas de carbón, zinc, cobre y mineral de hierro, entre muchos otros.
Otra tentación para Trump, gran fan de la construcción de edificios, es el espacio libre del inmenso territorio, el más despoblado del planeta. Con una superficie de 2,1 millones de kilómetros cuadrados, tiene solamente 56.500 habitantes.
Finalmente, hay un antecedente. En 1946 el presidente Harry Truman ofreció a Dinamarca US$ 100 millones por Groenlandia. Incluso ofreció cambiar algunas partes de Alaska por otras de Groenlandia.