Ante la perspectiva de perder frente a un hombre que durante meses tildó de corrupto, senil y deficiente mental, El presidente Trump se dedica a ofender, a difundir mentiras y teorías conspirativas sobre una elección “arreglada” y envuelta en un tremendo fraude de los demócratas.
Alternó entre exigir que algunos estados detuvieran el conteo de votos – algo que no tiene poder para hacer – y decir que otros estados signa contando.
Con el fin de impugnar el resultado de las elecciones del 3 de noviembre, la campaña de Trump inició 22 demandas ante la justicia desde el día de las elecciones y no ganó ninguna.
Los juicios denuncia que hubo estados y condados que violaron la ley electoral para reforzar la estrategia política de Trump de desacreditar los resultados de las elecciones que ganó su contrincante, Joe Biden.
Los republicanos hicieron juicio en juzgados locales, estaduales y federales en Arizona, Georgia, Michigan, Nevada y Pennsylvania, todos estados donde Biden o ganó o está por ganar.
Inicialmente la campaña Trump tuvo un triunfo cuando un juez de Pennsylvania decidió el 12 de noviembre que los votantes de primera vez debían haber confirmado sus documentos de identidad antes del 9 de noviembre en lugar del 12. Esa decisión abrió la puerta para descalificar los votos de las personas que no verificaron sus documentos a tiempo ante las autoridades electorales. Pero la Corte Suprema del Estado revirtió esa decisión.
Eso deja a Trump y a los republicanos con 19 casos perdidos y 3 todavía pendientes.
