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<p>En efecto, desde aquel año el NoftheW era un privilegiado vehículo para ventilar escándalos sexuales y ejercer un amarillismo que envidiaban sus competidores franceses y norteamericanos. Este australiano ultraderechista con tres pasaportes (el original, el de Estados Unidos y el británico) había comprado el periódico en 1969. Más tarde, agregó a la cartera otra hoja sensacionalista –<em>The Sun,</em> lunes a sábado- y dos puntales conservadores, <em>The Times</em>, seis días a la semana y <em>The</em> <em>Sunday Times. <br />
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</em>Los cuatro periódicos formaban su ariete de prensa en Gran Bretaña y los controlaba News International. Mientras el escándalo de las escuchas que acabó con NoftheW sigue su curso, el insaciable magnate tiene en vista tomar la mayoría en BSkkyB, central de televisión vía satélite.<br />
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Pero, esta misma semana, una serie de revelaciones sobre cómo actuaba el semanario para obtener informaciones tan al detalle acerca de estrellas y personajes públicos colmó la paciencia de la gente. Detonante: entre los teléfonos pinchados figuran los de una adolescente asesinada, familiares de dos desaparecidas, víctimas de un atentado terrorista en Londres (2007) y soldados caídos en Afganistán.<br />
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Esto sigue en quince días a una espectacular cobertura que se mofaba de Silvio Berlusconi y sus devaneos con menores de edad. De paso, medios franceses e italianos recordaron que Murdoch había asistido como invitado a la boda del príncipe Guillermo, hoy conde de Cambridge y no, como dicen los despistados, heredero automático de la corona.<br />
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Por su parte, Mark Stephens, abogado de Julian Assange (WikiLeaks), se permitió una filosa ironía sobre el australiano: “lo suyo fue genial, malévolamente genial pero genial al fin”. Pero puso al descubierto una trampa: liquidar el periódico permitirá destruir montones de documentos incriminatorios que implican innumerables delitos. “Si fuesen publicaciones en medios estadounidenses, ese acto sería ilícito”. <br />
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La ley británica, por el contrario, permite que una firma en liquidación elimine archivos. “De ese modo –apunta el letrado-, las investigaciones sobre cuánto sabían los editores del turbio asunto y los mecanismos de intercepción quedarían en la nada”. Muchos analistas están seguros de que Murdoch y sus parientes ya ordenaron quemar esos papeles.<br />
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Tras 168 años, cae todo un símbolo amarillista
No fueron la censura real ni los Windsor, que venían aguantando News of the World cada domingo, desde que Victoria recién cumplía seis años en el trono. Nadie a partir de 1843 logró lo que su propietario Rupert Murdoch: liquidar el semanario.