Llegó a su fin el gobierno de coalición de la extrema derecha y el Movimiento Cinco Estrellas que gobernó Italia en forma caótica durante los últimos 14 meses . Para muchos italianos y observadores del resto de Europa la noticia es un alivio, pero lo que viene podría ser mucho peor. Peor para Italia y para el resto de los países de la UE.
Matteo Salvini, el líder de La Liga, quiere aprovechar la gran popularidad de su partido y presiona para que haya elecciones anticipadas en octubre. Con una gran dosis de oportunismo, esperó a que el Parlamento entrara en receso por las vacaciones para dar por terminada la coalición de gobierno con el Movimiento Cinco Estrellas.
Desde que fuera nombrado vice Primer Ministro y Ministro del Interior el apoyo a La Liga se duplicó hasta llegar a 38% según las encuestas de opinión, un porcentaje casi suficiente para darle mayoría absoluta en unas elecciones mientras que el apoyo a la coalición de sus socios se redujo a la mitad.
Su golpe de timón por una rápida disolución del gobierno y llamado a elecciones anticipadas enfrenta mucha resistencia. Hay varios escenarios posibles. Una posibilidad es que el presidente de la república, Sergio Mattarella, proponga un ejecutivo técnico para aprobar los presupuestos , otra, que se convoquen a elecciones anticipadas y una tercera, que el Movimiento 5 Estrellas (M%E) logre mayoría alternativa.
Mientras los grupos parlamentarios estudian posiciones, Salvini presiona cada vez más por elecciones anticipadas, multiplica sus apariciones y actos electorales por las playas del sur del país.
Pero aunque se demoren las elecciones lo más probable es que Salvini resulte ganador. La única reserva es si tendrá que gobernar con los Hermanos de Italia, un pequeño partido de ultra derecha, y Forza Italia, el partido de centro derecha de Silvio Berlusconi, que podría actuar como fuerza moderadora en las negociaciones con la Unión europea.