<p>Buena parte de ese bloque, por otra parte, está sacando el mundo de la crisis sistémica y la recesión (2006/9), causadas por los socios privilegiados de ambas entidades. Naturalmente, el grupo -que abarca la Asociación Financiera Internacional, casi un “lobby” de bancos privados- se halla bajo nuevas presiones para actualizar el reparto del voto en la asamblea general.<br />
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En rigor, el cambio de guardia en el FMI y el Banco Mundial ha llevado a tibias reformas. Pero no parece fácil modificar el statu quo en los procedimientos para toma de decisiones. La alianza virtual entre los países centrales, más fuertes en votos, y ambas burocracias técnicas es difícil de romper. <br />
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Además, son intercambiables, en particular sus bloques indio y sudamericano, muy ligados a la escuela de Chicago o los establishments financieros de sus países. Chile y Perú son ejemplos claros<br />
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Según un compromiso no escrito, como otras normas ausentes de los anticuados estatutos, Estados Unidos preside el Birf y Europa occidental el Fondo. Curiosamente, este esquema –consolidado hace años por Robert McNamara- aísla a ambas cúpulas y aumenta el poder interno de las camarillas. Esto llevó, por ejemplo, a las medidas contraproducentes que agravaron la crisis sistémica de 1997/8 y produjeron violencia social en Indonesia, Malasia, Tailandia, etc. <br />
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Las pálidas reformas recientes, sostienen China, Brasil, India, Indonesia, Rusia o Sudáfrica, no impiden que la toma de decisiones internas en el FMI y el Banco Mundial sea anacrónica. En verdad, refleja el orden geopolítico prevaleciente tras la Segunda guerra mundial, luego marcado por una burocracia ligada a la gran banca occidental, que acabó con la herencia keynesiana en esas organizaciones. <br />
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Justamente, hace pocos días el cuarteto Brasil-Rusia-India-China se juntó en Brasilia con el objeto de impulsar la reforma de mecanismos internos de conducción y exigir cambios estructurales. Desde 2008, a la sazón, el grupo de los 20 también secunda mayoritariamente los planteos de aquellos cuatro.<br />
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A grandes rasgos, los países emergentes afirman que las reformas aprobadas por el FMI y el Birf en 2008/9 son mera cosmética y no alcanzan. Se limitan a recalcular fórmulas para repartir el voto, eventual aumento en casos de subrepresentación y más votos para países pobres. Como en la Organización Mundial de Comercio y Naciones Unidas, ese grupo se usa para postergar cambios en serio.<br />
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Ni siquiera estas modestas actualizaciones son aún efectivas… porque no las han votado 112 miembros, o sea 85% del “padrón”. A fines de marzo, apenas 65 países (70% del voto) las habían aprobado.</p>
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Tenaz adhesión al statu quo en el FMI y el Banco Mundial
Los miembros del Fondo y del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Birf) aprobaron esta semana aumentos de capital. Los países en desarrollo representan casi la mitad del producto bruto global, pero ello no se refleja en el poder de voto.