Superávit, pero frente externo con claroscuros

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La mejora obedeció al mayor desplome de las importaciones (-21% i.a.) respecto de las exportaciones (-8,6% i.a)

En junio de 2020, el superávit comercial rozó US$ 1.500 millones, superando en casi un 40% i.a. al resultado obtenido en igual mes del año pasado (US$ +1.070 millones). El flujo comercial cayó 14% i.a., ubicándose en US$ 8.100 millones, el menor valor para junio en casi quince años, explica el último informe de la consultora Ecolatina.

Analizando de manera desagregada, resalta que las ventas externas cayeron producto del deterioro de los precios (-6,7% i.a.), mientras que las cantidades mermaron solo 2,1% i.a. Pero la caída “acotada” de las exportaciones obedece enteramente al salto de productos primarios (+51,5% i.a. en volúmenes), ya que las manufacturas de origen agropecuario e industrial retrocedieron 6,6% i.a. y 42,8% i.a., respectivamente.

Esta dinámica no es positiva puesto que los grandes rubros con mayor agregado de valor mostraron números en rojo, mientras que avanzaron los commodities.

De esta manera, durante el segundo trimestre los PP sortearon la pandemia, pero las manufacturas quedan rezagadas. La mala performance de la economía brasileña (-14% entre marzo y mayo) y los productos que este país demanda, explica en buena medida dicho resultado.

Por el lado importador, se observaron caídas en casi todos los usos económicos, a excepción de bienes de consumo (+7,1% i.a., impulsada por el avance en volúmenes de +8,8% i.a.). Los peores desempeños los arrojaron vehículos livianos (-54% i.a.), combustibles y lubricantes (-51% i.a.), piezas y accesorios para bienes de capital (-38% i.a.) y bienes de capital (-27% i.a.). El parate que atraviesa la producción y la demanda por la cuarentena explicaron esta dinámica.

Balance del primer semestre

En el primer semestre de 2020, el superávit comercial llegó a US$ 8.100 millones, su mayor valor desde 2009 (US$ 10.000 millones), marcando un salto de 44% i.a. Reafirmando la expuesto en la primera parte, se observó un mayor desplome de las importaciones (-23,3% i.a. con su menor valor desde 2009) en comparación al retroceso de las ventas externas (-11% i.a.).

Producto de esta dinámica, el flujo comercial cayó 16,6% i.a. en la primera mitad del año (y 28,1% respecto del primer semestre de 2018) alcanzando, su menor valor en una década.

Asimismo, resalta el cambio en nuestro principal socio comercial: Brasil cedió el primer lugar a China. El mayor impacto del coronavirus en la actividad del gigante sudamericano más la depreciación de su moneda, que pasó de 4 BRL/US$ al cierre de 2019 a 5,2 BRL/US$ en la actualidad (+30%), contrastaron con el tibio rebote del país más poblado del mundo en un contexto de depresión global.

Además, la canasta exportadora a cada economía -bienes industriales y agropecuarios, respectivamente-, que podría pensarse como “no esencial” y “esencial” profundizó el impacto. Considerando las posibilidades de agregar valor en los bienes exportados a cada país, esta dinámica no parece favorable. No obstante, el primer semestre fue demasiado atípico como para marcar tendencia.

En este sentido, excluyendo las exportaciones a China las ventas externas en el primer semestre se habrían desplomado 14% (vs el -11% “real”), ya que los envíos a este país crecieron +20% i.a. En sentido contrario, excluyendo las exportaciones a Brasil (-32% i.a.), las exportaciones de nuestro país retrocedieron “solo” 7% i.a. Por lo tanto, la economía china sirvió para atenuar la crisis, mientras que la brasileña la agravó.

De cara al futuro, proyectamos que el superávit comercial de bienes acumularía US$ 10.000 millones en el segundo semestre de 2020, creciendo levemente respecto de la segunda mitad del año pasado. De esta manera, la balanza comercial alcanzaría US$ 18.000 millones en 2020, producto de un desplome de las importaciones (mayor al 20% i.a.), en un contexto de caída de las exportaciones que superaría el dígito.

En consecuencia, aunque el frente comercial no resultará un foco de tensión permanente en el mercado cambiario, tal como lo hubiera hecho en una situación de déficit, y eso es algo positivo, tampoco nos beneficiaremos de los derrames de un crecimiento exportador.

 

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