La tregua arancelaria entre Estados Unidos y China no ha derivado en un acuerdo agrícola concreto, lo que mantiene la incertidumbre en el mercado global de la soja. La reciente reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin añade complejidad a un escenario internacional volátil.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) redujo los stocks finales de soja en ese país, pero la falta de compras chinas limita el repunte de precios. China continúa abasteciéndose principalmente desde Brasil, situación atípica para esta época del año, cuando suele recurrir a la soja estadounidense.
En Argentina, la dinámica es diferente. Las ventas de soja por parte de los productores se mantienen por encima de lo habitual. Según Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, “en la última semana se comercializaron más de 900.000 toneladas con precio, frente a un promedio de 600.000”.
Ventas y exportaciones argentinas
Hasta la fecha, ya se comprometieron 29 millones de toneladas, equivalente al 57% de la producción, por encima del 54% histórico. De ese volumen, 23 millones de toneladas cuentan con precio fijado, es decir, el 47% de la campaña frente a un 39% promedio histórico.
Este nivel de ventas impulsa un programa de exportación inusualmente alto, con colas de buques que superan 1 millón de toneladas por tercera semana consecutiva. El programa podría alcanzar hasta 11 millones de toneladas de poroto.
Maíz y trigo con perspectivas dispares
En cuanto al maíz, el USDA incrementó el área sembrada y el rendimiento proyectado en Estados Unidos, lo que elevó los stocks. Brasil también aumentó su estimación de cosecha, reforzando un panorama de sobreoferta.
En Argentina, la cosecha de maíz ya cubre el 95% del área sembrada, aunque con retrasos en el sur bonaerense debido a lluvias. Las ventas por parte del productor son más lentas de lo esperado. Apenas 20 millones de toneladas tienen precio, un 40% de la producción, cuando el promedio histórico es del 52%. Sumando negocios a fijar, el total llega a 24 millones, el 50% de la producción frente a un 65% histórico.
La cola de buques para el maíz se ubica en 1,1 millones de toneladas, una de las más bajas de los últimos años.
Trigo en un mercado intermedio
El trigo presenta una situación intermedia. Globalmente, los stocks finales caen a mínimos desde la campaña 2015/16; sin embargo, la presión de la cosecha del hemisferio norte mantiene el mercado con tendencia bajista.
En Argentina, el programa de embarque del ciclo viejo alcanza 510.000 toneladas, con más de 2 millones aún disponibles en el mercado, lo que permite cumplir con los compromisos de exportación. La nueva campaña muestra un 62% del área en condición buena a excelente.
Las ventas de productores siguen rezagadas: apenas 500.000 toneladas a precio, un 2,4% de la producción esperada, contra un 15% promedio histórico. Sumando contratos a fijar, el total asciende al 11%, frente a un promedio de 24%.
Factores que presionan el mercado local
El bajo nivel de ventas, la escasez de espacios de almacenamiento, las tasas de interés positivas y la costumbre del productor de usar el trigo como herramienta financiera hacia fin de año anticipan una fuerte presión de cosecha local.
Dante Romano concluyó: “Estamos frente a un mercado en el que la soja muestra mejores perspectivas que los cereales, con un programa de embarques récord y ventas activas. El maíz y el trigo, en cambio, avanzan más lentos y podrían verse presionados por la abundancia global y la dinámica local. La volatilidad internacional seguirá marcando el rumbo, pero Argentina está jugando un papel muy relevante en este momento”.












