El gobierno se encuentra entre la espada de los conflictos sociales y la pared de los requisitos que le imponen los funcionarios del Fondo Monetario Internacional. La cuestión radica, pues, en encontrar una fórmula flexible que le permita arbitrar soluciones imaginativas que atemperen los embates de unos y resulten aceptables, aun a regañadientes, por los otros.
¿Cuál es la posición del Poder Ejecutivo ante la emergencia? Rodolfo Terragno, en calidad de Jefe del Gabinete, fue el vocero de la Presidencia ante el Senado el miércoles. Los comentaristas parlamentarios advirtieron en el tono de su exposición y en las intervenciones de los legisladores justicialistas un indicio de un acuerdo previo en favor de la convivencia.
En resumen, en lenguaje preciso y concreto, Terragno sostuvo:
1. Las medidas económicas de ajuste son consecuencia de un caso de fuerza mayor. En medio de la crisis se comprobó la acción de poderosos sectores que “pedían la dolarización de la economía, la devaluación del peso o un ajuste mayor al efectuado”.
2. El gobierno no tenía interés alguno en rebajar el sueldo de su personal; sabía que debía pagar un precio político.
3. Se hizo evidente el riesgo de que los mercados de capital dejaran al país sin financiamiento, a pesar de lo cual no se cedió a la presión de “quienes se arrogan la representación del mercado y abogaban por extremar los términos del ajuste”.
El presidente del bloque justicialista, Augusto Alasino arremetió contra las declaraciones del jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes y recordó a Terragno que con antelación al ejercicio del poder por la Alianza, el economista y ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, se había pronunciado en favor de un descuento de salarios del 20%.
El embate provino del senador Jorge Yoma. Calificó al ajuste de “confiscatorio y nulo” – consideró que usurpaba facultades legislativas – y dio un paso más allá al defender las jubilaciones de privilegio acotadas por el Gobierno. Su provincia, La Rioja, es una de las más favorecidas por ese régimen.
El gobierno se encuentra entre la espada de los conflictos sociales y la pared de los requisitos que le imponen los funcionarios del Fondo Monetario Internacional. La cuestión radica, pues, en encontrar una fórmula flexible que le permita arbitrar soluciones imaginativas que atemperen los embates de unos y resulten aceptables, aun a regañadientes, por los otros.
¿Cuál es la posición del Poder Ejecutivo ante la emergencia? Rodolfo Terragno, en calidad de Jefe del Gabinete, fue el vocero de la Presidencia ante el Senado el miércoles. Los comentaristas parlamentarios advirtieron en el tono de su exposición y en las intervenciones de los legisladores justicialistas un indicio de un acuerdo previo en favor de la convivencia.
En resumen, en lenguaje preciso y concreto, Terragno sostuvo:
1. Las medidas económicas de ajuste son consecuencia de un caso de fuerza mayor. En medio de la crisis se comprobó la acción de poderosos sectores que “pedían la dolarización de la economía, la devaluación del peso o un ajuste mayor al efectuado”.
2. El gobierno no tenía interés alguno en rebajar el sueldo de su personal; sabía que debía pagar un precio político.
3. Se hizo evidente el riesgo de que los mercados de capital dejaran al país sin financiamiento, a pesar de lo cual no se cedió a la presión de “quienes se arrogan la representación del mercado y abogaban por extremar los términos del ajuste”.
El presidente del bloque justicialista, Augusto Alasino arremetió contra las declaraciones del jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes y recordó a Terragno que con antelación al ejercicio del poder por la Alianza, el economista y ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, se había pronunciado en favor de un descuento de salarios del 20%.
El embate provino del senador Jorge Yoma. Calificó al ajuste de “confiscatorio y nulo” – consideró que usurpaba facultades legislativas – y dio un paso más allá al defender las jubilaciones de privilegio acotadas por el Gobierno. Su provincia, La Rioja, es una de las más favorecidas por ese régimen.