Los directivos y ejecutivos de la mayor firma de ingeniería en la Eurozona no trepidaron en aplicar formas habituales de corrupción y algunas nuevas para captar altos funcionarios y medios alrededor del planeta. Como muestra sobre un botón: ante un juez federal de Washington, el grupo se declaró culpable de pagar coimas en Brasil, Argentina, Venezuela y Bangladesh. <br />
<p>Días atrás aceptó pagar en EE.UU. (donde rige una severa ley sobre corrupción en el extranjero, inimaginable en Latinoamérica) multas por US$ 800 millones. A esto reañaden € 596 millones (US$ 805 millones) en Alemania. En total, US$ 1.605 millones, un monto sin precedentes en el sector privado. Algunos analistas aún no creen los métodos casi ingenuos empleados para tantos enjuagues. Al respecto, cabe una observación: Siemens ya pagaba sobornos a militares y funcionarios argentinos desde 1974, en conexión con el mundial de fútbol 1978 y los sistemas involucrados. En el caso de los años 90, hasta ahora parece que los germanos repartieron “sólo” US$ 105 millones en coimas. </p>
<p>En la sede central, Siemens instaló tres “cajas bobas” donde se depositaban valijas que luego se llenaban de dólares, francos suizos, marcos y, después, euros. Guido Antonini Wilson y sus socios se habrían sentido como en sus casas. Pero la minuciosidad alemana ponía límites: no más un millón de euros podía estarse para “aceitar” contratos en la división equipos de telecomunicaciones. Hasta enero de 1999, se usaban dólares y otras divisas. </p>
<p>No se hacían preguntas y se confiaba en la palabra –o la firma- de quienes retiraban los fondos. Esta mecánica realmente increíble es descripta en un informe bilingüe difundido por del departamento federal de justicia (EE.UU.). Otro rasgo típico: mientras el marco fue moneda corriente (1º de enero de 1999), Siemens contabilizaba los sobornos como deducciones impositivas bajo el rubro “gastos útiles”. </p>
<p>En 2001, alrededor de US$ 67 millones dejó Alemania en valijas. Nada se parecía menos a las complejas maniobras habituales en el lavado de dinero “profesional” o en el narcotráfico. La simplicidad del mecanismo se asemeja al “esquema Ponzi” de Bernard Madoff pero, a diferencia del financista y sus parientes, nadie en Siemens creía estar delinquiendo. </p>
<p>Ese flujo de pagos ilícitos prosiguió aun cuando, en 1999, Alemania había ilegalizado los sobornos a funcionarios extranjeros. Pero la estantería empezó a desmorarse al ingresar Siemens como cotizante en Wall Street (2001). Esto la sometió a dudas leyes norteamericanas contra la corrupción, dictaban bajo William J.Clinton, pero vigentes al asumir George W.Bush. </p>
<p>Entonces ¿qué hizo Siemens? Dos cosas: reemplazó efectivo con cheques a depositas en cuentas no asentadas en libros y tercerizó el trabajo sucio entre “consultores de negocios”. Seis años después de entrar en la bolsa neoyorquina, las coimas entregadas sumaban los US$ 805 millones descubiertos por una justicia que, este año, ya procesa unas quince compañías germanas y francesas por sobornar extranjeros. </p>
Siemens: multas por US$ 1.605 millones en Alemania y Estados Unidos
Como apuntan Franfurter Allegemeine y el Economist, el tufo a podrido se extiende por buena parte de Europa meridional y sudoriental. En Argentina salpica feo a los gobiernos de Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde.