“Estábamos en las antípodas uno de otro”. Su obra hasta el “Choque de civilizaciones” (hubiese sido más correcto “sociedades”, como en Arnold J. Toynbee) “era brillante. Luego incurrirá en ultrasimplificaciones, rasgo típico de Harvard”, donde enseñaba el rival de Eric Hobsbawn. Pese a sus errores de vejez, “Huntington era un brillante pensador y polemista”. <br />
<p>Sen recuerda que, ya en 1993 –mucho antes de que Francis Fukuyama decretara el fin de la historia, leyendo mal a G.W.F.Hegel-, “previó el colapso soviético. Pero de ello dedujo que los conflictos entre potencias serían substituidos por choques entre culturas de base religiosa. Más tarde, exhortó a Occidente a afrontar al Islam, en una actitud reduccionista” (afín a la Israel). </p>
<p>El bengalí, ejemplo de simbiosis y no choque cultural, subraya omisiones de Huntington, que Hobsbawn no cometió. Por ejemplo “pasó por alto la guerra entre musulmanes sunníes y shi’íes en Irak o el conflicto indopakistaní. Tampoco prestó al renacimiento de Rusia como potencia”. Curiosamente, ahora Afganistán vuelve a primer plano como cuando, en los años 20, Toynbee lo consideraba un fracaso liminar del imperialismo británico que, por el contrario, administraba India como una sociedad multicultural. “Recién la independencia de ese país y Pakistán –incluía la posterior Bangladesh- reavivó seculares conflictos entre hindúes, musulmanes y budistas”. </p>
<p>El choque de cuño religioso que auguraba Huntington se parece a las guerras europeas de los siglos XVI y XVII entre católicos y protestantes. Pero, como lo muestra la “conversión” de Enrique VIII, la religión era ya ese instrumento político que –en el siglo XX- aterraba a Toynbee, católico en un país donde esa confesión era minoría. El autor de “Estudio de la historia”, empero, vio más lejos que Huntington e identificó a las religiones superiores como crisálidas de civilizaciones. No sus productos. </p>
<p>En su fase antihispánica, el fallecido polemista “llega a plantear una defensa del inglés, el protestantismo y la etnia anglosajona como bases de Estados Unidos”. No obstante, su ataque a quienes hablan castellano y son católicos –casi los iguala con los musulmanes- no toma en cuenta a los afroamericanos, todavía primera minoría, “probablemente porque hablan inglés y EE.UU. no limita con países de esa etnia”. Eso ocurre con la Europa mediterránea, donde las posturas xenófobas de Huntington –no justamente un ario- cuajan con la resistencia a inmigrantes moros y negros. </p>
Sen: Huntington acabó ultrasimplificando la historia
Amartya Sen, bengalí y Nobel de la paz (1998), sostiene que el difunto Samuel Huntington era al principio un brillante teórico. Pero al final promovía concepciones exclusivistas y no toleraba hispanohablantes en Estados Unidos.