Con tres cuartos del año cerrados, la balanza comercial muestra señales de alerta. Y no sólo en materia de cantidades: el superávit comercial constituye prácticamente la única fuente de divisas en un contexto en que la restricción externa está cada vez más operativa, señala Mauricio Claverí, coordinador de Comercio Exterior y Negociaciones Internacionales de abeceb.com.
En el tercer trimestre del año, las exportaciones crecieron apenas un 1,9%. Esto obedeció a una contracción de los precios de exportación del -4,8% que absorbió parte del crecimiento de los volúmenes enviados (+6,7%).
En este sentido, las ventas externas de Poroto, Aceite y Harina de Soja, Biodiesel y vehículos automóviles explicaron la dinámica de las cantidades. Esto sirvió para compensar la caída de los precios de todos los productos del complejo Soja, Biodiesel y Mineral de Cobre registrada entre julio y septiembre de 2013. Por su parte, las importaciones totales aumentaron un 9,6% durante el tercer trimestre del año debido a un incremento tanto de las cantidades (+4%) como de los precios (+5,4%).
El comportamiento de los volúmenes se asocia a las compras de Combustibles y Lubricantes y Vehículos Automotores.
Las importaciones en esta última línea crecieron en unidades un 48% interanual. Mientras que en materia de precios de importación se observa un incremento en todos los usos económicos con excepción de Bienes Intermedios, debido al efecto descrito sobre insumos primarios (principalmente minerales metálicos). De esta manera, los términos de intercambio experimentaron en el tercer trimestre una contracción interanual de -9,5%, lo que representa la mayor caída desde el primer trimestre de 2009.
Pero este factor ahora presenta una característica más coyuntural, ya que se produce en un contexto en el que la demanda y la liquidez mundial enfocada en commodities comienza a perder el impulso que tuvo durante toda la década pasada. Mientras tanto, al analizar lo sucedido en el acumulado de los primeros tres cuartos del año, las ventas externas muestran una suba interanual de 3,9%, que se explica totalmente por un incremento de las cantidades enviadas de +4,9%, que compensó una contracción de los precios del -0,9%.
En este sentido sobresalen los volúmenes exportados de Porotos de Soja, Aceite de Soja, ciertos alimentos procesados (Carnes, Pescado, Frutos y Lácteos) y Vehículos Automóviles. Por su parte, la dinámica de los precios se explicó por la caída del valor de venta del Aceite de Soja, Mineral de Cobre, Biodiesel y Combustibles y Lubricantes.
A su vez, estos retrocesos en los precios obedecen, en el caso del Aceite de Soja y el Biodiesel, a la menor demanda de los principales compradores China y España.
Mientras que la caída del precio internacional del petróleo y del mineral de Cobre explican las disminuciones asociadas a Combustibles y Lubricantes y Minerales Metalíferos. Con relación a las importaciones, el crecimiento registrado hasta el tercer cuarto de 2013 fue de 10,7% interanual.
Detrás de esta cifra aparece tanto la dinámica positiva de las cantidades (+6,7%) como de los precios (+3,8%). En el primer caso, las importaciones de tres rubros explican el comportamiento de las cantidades: Combustibles y Lubricantes, Vehículos automotores y Piezas y Accesorios para Bienes de Capital.
Así, el aumento de los volúmenes adquiridos se explica por la creciente demanda energética local.
Asimismo, la alteración de los precios relativos asociada al actual esquema cambiario ha impulsado las compras de vehículos importados, acelerando también la importación de partes.
Por su parte, los precios de las importaciones crecieron para todos los rubros con excepción de bienes intermedios. Como resultado de lo anterior, el crecimiento de los precios de importación combinado con precios de exportaciones relativamente constantes han causado que en lo que va del año el índice de términos de intercambio, medida del poder de compra de las exportaciones, caiga en un 4,6%.
Así, de cara al futuro habrá que estar atentos a la evolución de los precios del comercio exterior, dado que el deterioro de esta relación podría agravar aún más la restricción externa, máxime si se tiene en cuenta que actualmente el superávit comercial constituye prácticamente la única fuente de divisas disponible.