Generalmente se dice que el boom tecnológico se acabó. El colapso del Silicon Valley Bank aterrorizó a la comunidad de inversores y el sector tecnológico se frenó como respuesta a la suba de las tasas de interés. En su columna del Financial Times Rana Foroohar cree que el mundo podría estar a las puertas de una nueva edad de oro de innovación e inversión tecnológica.
La diferencia está en que esta vez no se trata de los consumidores sino de la industria. Tres cuartos del PBI mundial, proviene de industrias tradicionales, como manufactura, transporte, logística y salud – que todavía no han sido transformadas en profundidad por la tecnología. Dice que eso está cambiando en un proceso que algunos llaman “evolución industrial”.
Cuenta que visitó la empresa VulcanForms, en las afueras de Boston, donde se replica el proceso de la fábrica modelo River Rouge de Henry Ford, en el que el acero entraba por un extremo de la línea de producción y los autos terminados salían por el otro.
Volcan Forms aplica ese proceso a muchas industras usando impresión 3D con metales para crear las partes. Un día para la turbina de un avión, al otro cambia para hacer implantes médicos o componentes para dispositivos electrónicos para el consumidor, todo en cuestión de unas horas. Greg Reichow, socio de Eclipse Ventures, explica que el conocimiento de cómo hacer las partes está en el software.
Esto permite a un fabricante digital como VulcanForms convertirse en un River Rouge para múltiples industrias. Los grandes clientes industriales pueden centrarse en sus actividades principales de Investigación y Desarrollo, ventas y marketing en lugar de en la producción, que en teoría ahora podría subcontratarse no a cientos de proveedores en docenas de países sino a fábricas individuales situadas en cualquier lugar donde se encuentren los clientes. Es un gran cambio, y la manufactura es sólo una parte.
El deseo de muchas empresas de aumentar resiliencia en sus cadenas de suministro, unido a la digitalización de la industria, ha incrementado la capacidad de producción local en sectores estratégicos. El impulso legislativo del gobierno norteamericano para hacer frente al cambio climático bien podría crear un nuevo boom tecnológico en el sector industrial.
Se están recaudando numerosos fondos de inversión para apoyar el crecimiento de nuevas empresas de alta tecnología en fabricación avanzada, movilidad, energía y otras áreas asociadas a la reindustrialización. “Todo lo que vemos a nuestro alrededor, a excepción de nosotros mismos y de los alimentos que cultivamos, está fabricado”, señala el profesor del MIT John Hart, cofundador de VulcanForms.
“Ahora, después de la pandemia, varias fuerzas se están alineando para remodelar la forma de hacer las cosas. Comprendemos la necesidad de tener cadenas de suministro ágiles. Somos conscientes de la importancia de la producción para nuestra seguridad económica y nacional. Y en tercer lugar, necesitamos descarbonizarnos, lo que requerirá el crecimiento de nuevos sistemas de fabricación a escala”.
Dado que algunos sectores como la industria, la energía y el transporte son responsables del 70% de las emisiones de carbono, cambiar la forma en que fabricamos las cosas será crucial para alcanzar los objetivos del cambio climático. Imprimir capas de metal, por ejemplo, requiere una fracción de la energía y la carga de carbono que supone cortar piezas de un bloque de material sólido. Los inversores en tecnología ven enormes oportunidades en este cambio.
Unless es un fondo de inversión que proyecta destinar US$ 100 millones al año a startups dedicadas a la transformación industrial. Eso incluye cosas como manufactura aditiva y ciencia de materiales pero también sensores, robótica, IA y software que ayude a digitalizar el enorme número de empresas industriales pequeñas y medianas. Hasta ahora, esas firmas están aisladas y en el futuro podrían estar conectadas así como la gente está en Internet, podrían compartir recursos e información en una nueva red industrial inteligente. Las oportunidades para aumentar productividad y crecimiento son evidentes.
Una pregunta que falta hacer es si la nueva revolución industrial será una que no necesite empleados humanos.