Se firma el decreto de obras sociales

A pesar de la férrea oposición de las centrales obreras, que prometieron un paro con movilización para diciembre. La desregulación no será escalonada sino total.

28 noviembre, 2000

El presidente De la Rúa firmará hoy (martes 28) el decreto que desregula totalmente el sistema y abre las obras sociales sindicales a la competencia de las privadas.

Ayer, los ministros Héctor Lombardo (Salud), Patricia Bullrich (Trabajo) y Rubén Cano (Superintendencia del Seguro de Salud) mantuvieron una reunión con dirigentes de la CGT “oficial”, quienes ante la seguridad de esta medida, manifestaron su descontento en forma de un abierta declaración de guerra.

«Si ustedes vienen por nosotros, nosotros iremos por el gobierno.», fue la última frase que escucharon los tres funcionarios, al finalizar el encuentro.

Los representantes de la central obrera reprocharon a los funcionarios que la liberación del sistema, por el cual cada afiliado podrá decidir si su aporte va a una obra social o a una empresa prepaga de salud, sea total.

Ellos pretendieron ,hasta último momento, que se desregule el sistema por franjas; que se otorgue libertad de opción a los beneficiarios de altos ingresos, agrupados en obras sociales de dirección, y no a los que están inscriptos en sus tradicionales «cajas sindicales».

Como respuesta a la negativa del Gobierno, los sindicalistas estudiarán en una cumbre, a realizarse el día de la fecha, la posibilidad de realizar una huelga con movilización a la Plaza de Mayo en la primera quincena de diciembre.

Otro problema que se deberá enfrentar para ejecutar la desregulación es el potencial desinterés de las empresas de medicina prepaga a quienes los $ 20 per capita garantizados por el gobierno como aporte, les resultan insuficientes para garantizar la cobertura del Programa Médico Obligatorio .

Las empresas privadas también se quejan de que el Gobierno no haya establecido qué tipo de prestaciones deben ofrecerse: si habrá un plan único para todos los afiliados o si se diversificarán en planes más sofisticados. Y, en tal caso, cómo se mantendrá el «principio de solidaridad» ya que los programas más costosos deberán abonarse con un pago mayor.

El sindicalismo ha manejado gran parte del sistema de salud argentino desde que el gobierno militar de Juan Carlos Onganía le otorgó el manejo de las obras sociales.

El presidente De la Rúa firmará hoy (martes 28) el decreto que desregula totalmente el sistema y abre las obras sociales sindicales a la competencia de las privadas.

Ayer, los ministros Héctor Lombardo (Salud), Patricia Bullrich (Trabajo) y Rubén Cano (Superintendencia del Seguro de Salud) mantuvieron una reunión con dirigentes de la CGT “oficial”, quienes ante la seguridad de esta medida, manifestaron su descontento en forma de un abierta declaración de guerra.

«Si ustedes vienen por nosotros, nosotros iremos por el gobierno.», fue la última frase que escucharon los tres funcionarios, al finalizar el encuentro.

Los representantes de la central obrera reprocharon a los funcionarios que la liberación del sistema, por el cual cada afiliado podrá decidir si su aporte va a una obra social o a una empresa prepaga de salud, sea total.

Ellos pretendieron ,hasta último momento, que se desregule el sistema por franjas; que se otorgue libertad de opción a los beneficiarios de altos ingresos, agrupados en obras sociales de dirección, y no a los que están inscriptos en sus tradicionales «cajas sindicales».

Como respuesta a la negativa del Gobierno, los sindicalistas estudiarán en una cumbre, a realizarse el día de la fecha, la posibilidad de realizar una huelga con movilización a la Plaza de Mayo en la primera quincena de diciembre.

Otro problema que se deberá enfrentar para ejecutar la desregulación es el potencial desinterés de las empresas de medicina prepaga a quienes los $ 20 per capita garantizados por el gobierno como aporte, les resultan insuficientes para garantizar la cobertura del Programa Médico Obligatorio .

Las empresas privadas también se quejan de que el Gobierno no haya establecido qué tipo de prestaciones deben ofrecerse: si habrá un plan único para todos los afiliados o si se diversificarán en planes más sofisticados. Y, en tal caso, cómo se mantendrá el «principio de solidaridad» ya que los programas más costosos deberán abonarse con un pago mayor.

El sindicalismo ha manejado gran parte del sistema de salud argentino desde que el gobierno militar de Juan Carlos Onganía le otorgó el manejo de las obras sociales.

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